🎀19🎀

81 6 6
                                    

Capítulo 19:
Lágrimas nocturnas.


Me despierto en el primer estremecimiento de la mañana
y mi corazón ya está pecando.

Qué puro, qué dulce es tu amor...

🎀🎀💧💧🎀🎀


Una bruma oscura se cernía duramente sobre la noche densa. Caía un rocío frío, en honor a las lágrimas angustiadas que la chica se negaba a soltar mientras observaba la ventana del salón de baile de su casa. A su alrededor, las luces cálidas de las candilejas de cristal sobre ella brillaban en una ilusión de que todo andaba bien. Sin embargo, ella sabía la realidad. Nada estaba bien, mucho menos para sí misma.

Sus manos escocían con anticipación, ansiando el momento que pudiese marcharse de la imponente propiedad donde muchos otros deseaban vivir; dentro de una de sus palmas, escondía su ticket de salida. Ella quería escapar de aquella prisión de vistas victorianas y altos techos abovedados que ocultaban hasta la más mínima herida que la componían como persona. A ese punto de la velada que sus padres daban, Miranda Lee desconocía si su cabeza ondulaba en vueltas a causa de la mala mezcla de sus antidepresivos junto con vino tinto, o todo era producto de la ansiedad que le ocasionaba estar expuesta a tantos pares de ojos que no disimulaban que la estudiaban con pesar.

Para nadie era un secreto. La única hija del perfecto matrimonio Lee era un completo desastre. Y bajo toda esa belleza que la hacía lucir impecable, vivía una niña aterrorizada por las alucinaciones nocturnas que le acompañaban como una sombra.

—¿Bailas? —La voz tranquila le hizo girar la vista sobre su hombro, encontrándose con el chico menor que ella el cual le sonreía con una amabilidad que no se iba jamás de su sistema.

Miranda negó con su cabeza, haciéndole espacio en el cómodo alféizar acolchado donde había pasado la noche entera, para que así le acompañase. Él entendió rápido, así era, desde muy joven le captaba sin necesidad que existiesen palabras de por medio. Al castaño no le importó que su traje negro se arrugara o que su madre le riñiera por pasar tiempo a un lado de Miranda, parecía más intentesado en estar a su lado que otra cosa.

—¿Jung Yoonoh no quiere hablar contigo? —Buena manera de romper el hielo, ironizó ella en su cabeza.

Riéndose sin humor, bajó su cabeza para luego negar efervescentemente. De soslayo podía ver la figura alta del chico por el que moría, filtrando sonrisas disimuladas hacia su hermano mayor, las cuales lucían más a algo parecido a un coqueteo ensayado. Ni una mísera mirada había recibido de su parte en toda la cena, pero no importaba... Sabía que Yoonoh estaba conociendo a Lee Taeyong, y seguramente consiguió un amigo en él.

Sí, por supuesto que era eso.

—Estás muy callada. —Puntualizó el chico de ojos delicados, con una preocupación que ella no dejó pasar.

Lo cierto era que, Miranda se encontraba tan dopada entre sus pensamientos y medicamentos, que no podía conectar un sólo hilo de pensamientos correcto.

—¿Quieres irte de aquí, Na Jaemin? —Su boca habló más rápido de lo que quería, sin permitirse detenerse a sí misma. Él, quien le miraba fijamente, abrió sus ojos desmesuradamente por la oferta—, no soporto ni un minuto más de esta fiesta, quiero marcharme. ¿Te gustaría acompañarme? —Ofreciéndole un escape, Miranda le sonrió de la manera más sincera que sus sentidos medio despiertos le permitieron.

Con o sin él, la chica se marcharía. Y poniéndose de pie, Miranda buscó la puerta más cercana de su casa sin que nadie se percatase de su ausencia. No es como si eso fuese posible, nadie la notaba últimamente. Sus padres se hallaban muy ocupados haciendo relaciones públicas y sus hermanos perdían el tiempo en el piso de arriba junto a sus amigos mientras jugaban, lo que ella asumía, que eran cartas.

𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora