Atenea lucha durante años por obtener poder y posicionarse en el mundo de la mafia, mundo en el cual es toda una diosa, se apoda como la viuda, pero solo tiene un objetivo. Ese objetivo es destruir a Artemisa, calcula sus pasos, sabe donde y cuando...
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Reencuentro
Saúl Di Marco
Una camisa blanca y unos pantalones negros a juego con los zapatos me acompaña como vestimenta. Camino hacia el interior de la central, es la hora en la que debo estar aquí, el auto de Lorenzo se encuentra aquí, debe tener rato que llegó, quedamos en vernos aquí.
― Buenas tardes, señor Di Marco.― Leonor, como siempre luce espectacular, sus labios carnosos de color rojo nunca pasan de moda, siempre los lleva pintado de ese color.
― Como siempre, hermosa, Leonor, extrañaba verte del otro lado del escritorio.― guiño un ojo en su dirección.
De reojo la veo sonrojarse, siempre ha estado interesada en mí, pero no es mi tipo de mujer, ella es muy frágil y sentimental, se nota que le gusta el sexo vainilla y yo no sé tener sexo de ese tipo, me gustan las cosas rudas y apasionadas, quizás por eso nunca la vi con otras intenciones que no sea la de una compañera laboral.
― El general Nowak lo espera en la sala de reuniones junto con sus demás compañeros.― mira su agenda, luego vuelve a centrarse en mí o más bien en fantasear con su mirada.
No la culpo, sé el impacto que puedo ocasionar en las mujeres, pero no uso eso a mi favor, soy un hombre que tengo algo más que ofrecer que un perfecto físico.
― ¿Hace rato comenzó la reunión?
― Para nada, creo que todavía no ha comenzado.
Me deshago de mis lentes versace y los coloco en el bolsillo de mi camisa, paso por su lado con una sonrisa.
― Todavía llevo pendiente el café que te debo, cualquier rato de estos te invito por ello.― la veo asentir entusiasmada.
― Como usted desee, señor Di Marco.
― Al rato nos vemos linda.
Camino en dirección a la sala de reuniones, entro sin pensar mucho en lo que pueda encontrarme del otro lado de la puerta, ya que si pienso en ello nunca entraré, todos alzan la mirada de sus ordenadores y me observa sorprendidos, la realidad es que solo Lorenzo y el general sabían de mi llegada.
― Bienvenido agente Di Marco, lo esperábamos con ansias.― el general Nowak extiende su mano para saludarme.
― Gracias por el recibimiento.― respondo respetuosamente.
De reojo observo a todos los integrantes de la mesa, Kate sale a mi vista, trae el cabello color cobrizo como antes, al parecer se deshizo del castaño, luce más madura y debo admitir que hasta más hermosa, ni hablar de sus curvas, fueron una de las cosas que más me cautivaron de ella, su belleza.
Todos me saludan amablemente, hace años no sabían de mí, yo tampoco de ellos, después de lo que sucedió, tomé un vuelo hacia Seattle y me desligué de todo y de todos, he vuelto porque requieren de mi servicio y yo era la última alternativa.
― Hemos buscado al agente Di Marco porque es el único que ha trabajado con este tipo de casos.― el general Nowak camina alrededor de todos nosotros.
Todos se miran entre sí, la mayoría de los que se encuentran presentes saben sobre la relación que tuve con Kate, pero por la magnitud del asunto y conociendo mis límites ningunos se atreve a tocar ese tema en mi presencia, ni nada que se asemeje a lo sucedido.
Sin embargo, los comentarios entre ellos mismo demuestran que debaten un tema que hace años caducó para mí.
«Tema superado.»
― En estos momentos tenemos como prioridad la captura de una mafiosa, la cual es apodada como la "Viuda", llevamos detrás de sus pasos desde hace dos años, pero hemos fallado en el intento, es muy astuta y sabe como caminar sin dejar huellas.― explica el general cada detalle de la misión sin omitir ningún detalle.
Observo las imágenes que se proyectan, cada una de estas muestran las últimas misiones que se han realizado para la captura de la viuda, pero todas tienen el mismo error. Por los movimientos que esta mujer realiza se nota que no es ninguna novata, tiene experiencia en este tipo de cosas y sabe como despistar a las autoridades.
En teoría, esto quiere decir que no será cualquier misión.
― ¿Qué otras cosas tienen para poder guiarnos?― cuestiono observando el material que tengo ante mis ojos.
― Por el momento solo tenemos un retrato hablado y las ubicaciones donde ha estado en los últimos días.
En definitiva, no tienen nada.
― Eso no es suficiente para capturar a una mafiosa con ese historial.― reclino la silla hacia atrás para mejor comodidad.
― Lo sabemos, es por eso que hemos optado por buscarte.― el general rota las imágenes y se acerca a la mesa.― Queremos que seas tú quien lleve el mando de este operativo.
― Por mi parte no hay problema en trabajar, lo que debo informar es que puede tardar mucho capturarla.
― De eso estamos seguros.
― Pues estudio el caso y en cuanto considere que tengo la información necesaria comenzaré con el operativo.― doy por terminada mi parte.
― Le anexamos los documentos necesarios, los oficiales quedan a su disposición.
Termina de hacer las últimas indicaciones y se retira dejándome a la merced de todos, ignoro la presencia de cada uno de los oficiales y salgo en busca de una coca cola, el calor en esta ciudad es abrumador, por eso detesto el verano, es bueno para ir a la playa o pasarse todo el día en una piscina, pero luego de ahí es asqueroso.
Camino por los pasillos que conducen hacia la máquina expendedora, la verdad es que todo sigue igual que como lo dejé hace años, el mismo color, las mismas luces decorativas, en fin, por aquí no hay nada nuevo que se pueda ver.
― Traje una para ti.― Lorenzo se acerca a mí con dos latas de coca cola.
La tomo y abro la lata para darle un largo y delicioso trago, es todo lo que calma mi sed y calor en estos momentos.
― Gracias, justo ahora iba por una a la máquina expendedora.
― Leí tu mente, te conozco como la palma de mi mano.― palmea mi hombro con una sonrisa.
Palmear mi hombro para él se ha vuelto una costumbre, no me molesto en decirle que no lo haga, de todas formas siempre lo hace.
― ¿Por qué no me constaste el caso? De haber sabido que me necesitaban para esto mejor me hubiera quedado en Seattle.
― No podía hacerlo, sabes que tienen nuestros celulares intervenidos, además tengo información que puede resultarte útil.― caminamos hacia la salida a sentarnos en unos bancos.
― Hablemos de eso mejor en mi casa o en la tuya, no es fiable hablarlo aquí en la central.
― ¿Por qué hubieras rechazado esta maravillosa oferta?
― Por la sencilla razón de que dejé de ganar mucho dinero en lo que tú y yo sabemos por venir detrás de una estúpida que juega al papel de mafiosa.― tomo otro sorbo, cruzo mis piernas y observo hacia el estacionamiento.
Veo a algunas personas ya irse hacia su casa, la tarde culmina y algunos oficiales de turno se quedan mientras que otros se van a descansar con sus familias.
― Cuando la conozcas te darás cuenta de que no es como piensas, la viuda es otro nivel en todo el sentido de la palabra.
― Siento que no sentiré nada cuando la vea.― nos levantamos y caminamos hacia el estacionamiento.
― Verás que sí, solo es cuestión de verla para darte cuenta de todo lo que esa mujer puede provocar en ti.