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Lunes 11 de Agosto

La Señora Younge vino a verme esta mañana, como sabía que lo haría. -¿Usted dijo que estaba buscando a Mr Wickham? - preguntó, al presentarla mi mayordomo.
-Si, así es.
-Sé dónde está. Sucede que lo encontré por casualidad en el parque ayer- dijo-Le mencione que usted estaba en la ciudad, y dijo que estaria encantado de que lo visitará.

El piensa que puede sacarme dinero, sin duda.

-Muy bien. ¿Cuál es su dirección?.
-Pues, ahora, déjeme pensarlo. Era un nombre gracioso- dijo, extendiendo su mano. Puse un soberano en ella.
-Si pudiera solo recordarlo.
Me tomó cinco soberanos, pero al final descubrí lo que quería saber. Fui inmediatamente a la dirección que me habia dado, y encontré a Wickham esperándome.

-Mi querido Darcy-dijo, girándose hacia mí al entrar -Qué amable de tu parte el encontrar tiempo para visitarme.

Miré alrededor a su habitación Era pequeña y humilde, lo que me dijo que su situación era desesperada. Estaba complacido por mi visita, y sabía que lo volvería más complaciente. -Por favor, siéntate- dijo.
-Prefiero permanecer de pie.
-Como desees.

Él se sentó y pendía en su silla, descansando sus piernas sobre el brazo.- ¿Qué te trae por aquí? - preguntó, sonriéndome.
-Sabes bien que me trae por aquí.
-Confieso que estoy perdido. ¿Has decidido darme una manutención, quizás, y has venido a darme las buenas noticias?.
Su insolencia me enfurecia, pero mantuve la calma.

-Vine a decirte lo que tu propia conciencia debería haberte dicho, que nunca debiste haber secuestrado a Miss Bennet.
-¿Miss Bennet? - preguntó, fingiendo sorpresa-Pero no he visto a Miss Bennet. He estado en Brighton, y ella permaneció en Longbourn.
-Miss Lydia Bennet.

-Ah, Lydia. No la secuestré. Ella vino conmigo por su propia cuenta. Estaba partiendo de Brighton pues mis acreedores se estaban poniendo algo nerviosos, y Lydia sugirió el venir conmigo. Traté de convencerla de que se quedará. Para ser honesto, Darcy, ella me aburré. Es una conquista muy fácil. Ella se convenció a si misma de que soy el hombre más apuesto del regimiento y todo estaba hecho. Le dije que no tenía dinero, pero a ella no le importó. "Estoy segura de que lo tendrás algún día" dijo Dios, que gracioso. Estoy tan cansado de sus súplicas que fue más fácil el dejarla venir conmigo que el hacerla quedarse. Además, tiene sus usos.

Dijo descaradamente. En ese momento la puerta se abrió, y la mismísima Lydia entró.
-Dios, que sorpresa! ¡Mr Darcy!-  dijo, dirigiéndose hacia donde estaba Wickham. Se paró detrás de su silla y descanso una mano sobre su hombro.
-Mr Darcy ha venido a reprenderme por haberte secuestrado- dijo Wickham, cubriendo su mano con la suya.
-Mi querido Wickham no me secuestró! ¿Por qué habría de hacerlo? Estaba muy dispuesta a ver Londres. Le dije que debía llevarme con él. ¡Qué divertido ha sido!- Ella se rió de mi.
-¿No le tiene consideración a su familia?- le pregunté friamente-Han estado preocupados por usted desde que dejo la protección del Coronel Forster. No tienen ni idea de dónde esta.
-¡Dios! Olvidé escribirles-dijo Lydia-He estado tan ocupada con mi querido Wickham ¡Nos hemos divertido tanto! Pero no importa. Les escribiré tan pronto nos casemos. ¡Qué divertido será, el firmar mi nombre, Lydia Wickham!.

Ella apretó la mano de él, y él, el insolente perro, la atrajo hacia su regazo y la besó, y después sonrió mientras la acariciaba.

-Entonces ya ves, Darcy, tus preocupaciones son infundadas- dijo él. Las palabras de Lydia me había dicho una cosa: que al menos ella esperaba casarse. Sentí que ella estaría menos dispuesta en quedarse con él si supiera que Wickham no tenía tales intenciones. No pensé que se lo hubiera dicho, pues ¿Por qué desperdiciaría a una dispuesta compañera? y entonces sentí necesario el hacer algo.

-Me gustaría hablar con Miss Bennet a solas- le dije a Wickham.
-Muy bien- respondió, levantándola y alejándola de sí -Trata de convencerla de regresar a casa si deseas. Ella es una ramera. Pero no sé por qué su destino pueda importarte a ti- agregó mientras se ponía de pie.
-Importa porque pude haber hecho tu comportamiento público en Meryton y no lo hice.

-Hubiera sido imposible para ti el comportarte de esta manera si tu verdadero yo hubiera sido conocido.
-Quizás-dijo-Pero no creo que ésta sea la razón. Dudo que me hayas buscado si me hubiera fugado con María Lucas No dude.

Si le dejaba adivinar que tenía una razón personal para buscarlo, se me haría muy difícil el comprarlo a cualquier precio.
-Quédate- dijo Lydia, tomando su mano al caminar él hacia la puerta.
-Mr Darcy desea hablar contigo a solas. Temé que te este forzando a quedarte aquí, y quiera darte la oportunidad de ir a casa con él.
-Como si quisiera regresar al mal ventilado y viejo Longbourn- dijo, enredando sus manos alrededor de su cuello y besándolo en los labios.

Él puso sus brazos alrededor de ella y le devolvió el beso, después giró hacia mí, retándome a decir algo en contra, antes de irse de la habitación.

-¿No es guapo acaso? - preguntó Lydia, mientras la puerta se cerraba detrás de el-Todas las chicas estaban locas por él en Meryton, y Miss King se hubiera casado con él si su guardián no la hubiera detenido. Fue lo mismo en Brighton. Muchas de las chicas hubieran escapado con él.

-Miss Bennet, no puede quedarse aquí-  la interrumpí.
-Está en un mal estado, es seguro, pero tendremos algo mejor dentro de poco. Me gustaría su ayuda en algo, Mr Darcy.
-¿Si? dije, esperando que hubiera visto la luz al fin. -¿Usted qué cree? No puedo decidirme. ¿Mi querido Wickham se ve mejor con su casaca roja o con la azul?

-¡Miss Bennet!- exclamé violentamente-No puede quedarse aquí con Wickham. Él no tiene ninguna intención de casarse con usted. Sé que él ha dicho que lo haría, pero era una mentira, para hacerla fugarse con él.

-Él no me hizo fugarme con él, fui yo quien lo hizo fugarse conmigo. Brighton estaba volviéndose aburrido- dijo con un bostezó- el Coronel Forster era tan molesto. Él no me dejaba ir a la mitad de los lugares a los que yo quería, y tuve que escaparme del campamento en
dos ocasiones para atender las fiestas de Wickham. Denny me ayudó. Me vestí como un hombre. Debería haberme visto. Mi propia madre no me hubiera reconocido.

-Su reputación quedará en ruinas! Él la abandonará tan pronto como se canse de usted, y usted quedará abandonada en Londres sin ningún protector, sin dinero y en ningún lugar para vivir. Vuelva conmigo ahora, y haré lo que pueda para persuadir a su familia que la reciban de nuevo.
-¡Dios! ¡No quiero ir a casa! Moriría de aburrimiento. Estoy segura de que tarde o temprano nos casaremos, y si no, no significa mucho- dijo.

Era inmovible. No lo dejaría. Puesto que estos eran sus sentimientos, no podía hacer otra cosa que tratar de asegurar que el matrimonio tomará lugar.

-¿Está escuchando esto? - le pregunté a Miss Bennet. Ella sólo se encogió de hombros.
-No significa nada. Una heredera podría darnos algo de dinero, entonces podríamos tener una mejor casa- dijo.

Era sólo por Elizabeth que me quedaba. Mi deseo era salir de ahí y dejar a su hermana con la vida que había elegido para ella. Pero el recordar el rostro pálido de Elizabeth me sostenía

-Reúnete conmigo en mi club mañana- le dije a Wickham.
-Mi querido Darcy, saber que no soy bienvenido ahi.
-Me aseguraré de que seas admitido.
Parecía sorprendido, pero dijo-Muy bien.

Mientras me alejaba de la casa, el recuerdo de su insolente sonrisa estaba presente.

El diario de Mr. Darcy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora