"La media bestia"

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ʏᴜɢᴏ ᴏʜɢᴀᴍɪ

Entonces seguimos andando, saltando sobre las rocas altas para atravesar el río. Cuando hablaba podía ver mi aliento gélido alejarse de mi como humo. Alice tiritaba mucho en mi espalda, me apretaba para poder encontrar calor, mientras que Uriko mantenía el equilibrio para no caer en el agua tan fría.

—Alice... ¿no te parece buena idea si nos transformamos para protegernos del frío con nuestros pelajes? ¿puedes convertirte en bestia voluntariamente?

Ella abrió los ojos un poco más. También al hablar expulsó su aliento como humo de cigarrillo.

—S-sí, puedo hacerlo, acabo de pensar en lo mismo...—sonrió.

—Je, je, grandioso. Porque definitivamente, si así es aquí, que no hemos subido absolutamente nada de la montaña, no imagino más arriba. Yo puedo transformarme, pero a tu hermana parece que no le molesta el clima.

La observamos saltar y tropezarse del otro lado.

—Je, je. Ella viene aquí muy seguido...

—Perfecto, de regreso lo hacemos... porque veo que ya estamos aquí... en el refugio de Long.

Yo miré arriba, estupefacto por la inmensa cueva en la que decían que se resguardaba “Long el tigre”, nos quedamos inmóviles ante el lugar, yo volteé a la izquierda y me encontré con los ojos inseguros de Alice. Uriko nos invitaba a entrar alegremente, llamando muy fuerte a su maestro, así que una vez más nosotros nos miramos y tomados de la mano entramos a su hogar.

—¡Maestro Long, soy yo, Uriko!—con su mano haciendo un cuenco en alrededor de su boca le gritaba la niña.

Solo el eco de Uriko resonó entre las sombras, acompañado del crujido de nuestros zapatos al aplastar pequeños fragmentos de rocas. Entonces una silueta apareció frente a nosotros. Un par de ojos siniestros, y sus pasos calmados nos hacían temblar. Uriko amistosa como siempre fue por él, lo abrazó y lo jaló del brazo hacia nosotros.

—¡Maestro Long, le he traído a dos personas! ¡necesitamos ayuda, creemos que usted puede aconsejarnos!

—Oh, que sorpresa. Alice, has venido... y están acompañadas de... Yugo Ohgami, el hombre que armó una revolución contra los zoanthropes.

Yo cerré mi puño y arrugué la frente.

—No te equivocas, Long.

—Bien, no es que sea curioso, pero debo preguntar... ¿por qué han venido hasta aquí? ¿qué pueden necesitar de mí?

—Long, nuestra intención no era venir aquí y perturbar tu soledad, lo único que queremos es ayuda para encontrar al hermano menor de Yugo...

Exclamó Alice casi suplicando.

—¿Un rescate entonces? está bien.

—¡Sí, creemos que una nueva amenaza ha aparecido, como Tylon, pero peor!—añadí yo.

—Espera, ¿cómo Tylon, has dicho?—se sobresaltó.

—¡Así es maestro, esa mujer de la que me rescató la otra noche podría estar implicada en el secuestro de Kenji y también en este asunto del FLZ!

Exclamó Uriko alterada.

—Ya veo, conocen también el FLZ...

Parecía meditar un poco, se dió una vuelta despacio y caminó alejándose.

—¡¿Tú ya sabías de ellos, Long?!—me enojé.

—No, por aquí no llegan muchas noticias, pero fue hace unas horas que me enteré de lo que planean... una organización nueva, cruel y seguramente muy poderosa nació.

Bloody Roar: revolution of ZoanthropesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora