capitulo 14

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Berlín. - Alemania.
Sin fecha.
Sin hora.
Antonio.

Comienzo a comer con dolor en la mandíbula haciendo que lo haga de forma pausada. Jenell se levanta de la cama desnuda y está vez no aguanto la arcada que me da verla.

- ¿Estas bien? - Llega de forma rápida dejando su vagina en mi cara y me alejo con asco.

- Si.

- ¿Seguro? - Se acerca y me impacienta el que esté tan cerca.

- Vístete - Mando furioso y se aleja de mi obedeciendo.

Tiene el cuerpo marcado, rojo y algunas heridas las tiene abierta. Tenía años sin practicar el BDSM. A Isabella a pesar de que la he marcado sería incapaz de volver su cuerpo irreconocible, su cuerpo es mi templo el cual tiene que estar perfecto.

No se ni porque estoy comiendo ya que el hambre no me ha llegado en ningún momento. De solo acordarme como me la cogía me revuelve el estómago.

No mentí cuando dije que me daba asco pero a veces hay que hacer ciertos sacrificios y esto es por un bien mayor. Ni eyacular pude, no es la mujer que quiero y es que la erección solo la tuve que recurrir a su recuerdo.

- Ya - Se sienta a mi lado vestida y comienza a comer - Vienen por ti para buscarte y arreglarte para nuestra boda mi amor - Otra arcada y me tapo la boca - ¿Seguro estás bien mi amor?

Siento que el aire se me corta pero asiento para que se aleje.

- ¿Qué hora es? - Pregunto viendo la ventana.

- Son las 9 a.m., la boda será a la 4:30 p.m.

- Bien - Horas, solo faltan horas.

- Las fronteras se cerraron - y le doy mi atención - Salió una foto de nosotros en una revista y no queremos correr riesgo aunque la foto desapareció.

Sonrío internamente al saber que significa.

- ¿Qué fue lo que pasó en Italia?

- Mi padre dice que Isabella explotó una bomba en el centro de Italia y las personas comenzaron a morir - Chasquea los dedos - Creo que se llama...

- Mass -Le digo y asiente.

- Eso mismo - Me ve fijamente - ¿Tu la creaste?

Tocan la puerta y Jenell se levanta dejando pasar a sus hombres, me levanto y me encamino hacia la puerta antes de ser detenido por la alemana, se pone de puntillas y volteo la cara cuando trata de besarme haciendo que me deje el beso en el cachete, le sonrío con disimulo y me suelta.

Salimos de la habitación y sonrío con ironía. Son muy idiotas si creen que con cerrar las fronteras la van a detener están muy equivocados, apuesto lo que sea que solo viene o ya está aquí para pegarme un tiro.

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- Nuestros apellidos juntos serán perfectos - Volteo los ojos y me arreglo el traje - Antonio - me volteo viendo al padre de Jenell - Toma - Me da los anillos - Espero que uno de ellos puedas dejarlo en el pasado.

Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora