Weakness | • Daryl Dixon +18

∞ 𝟘𝟜

[𝕁𝕒𝕕𝕖 𝕄𝕚𝕝𝕝𝕖𝕣]

-Insisto Señor.. ¿Daryl? - pregunté intentando sonar confundida - Creería haberlo visto antes - hablé aflojando una sonrísa traviesa. 

-Jade, creo que es un poco difícil que conozcas al Señor Dixon, él no es de éste Estado, cariño - habló mi maestra mientras ponía su mano en mi hombro.

Aquel hombre tenía una sonrisa nerviosa, parecía realmente sorprendido al verme ahí. Pareció  ignorar por completo lo que había dicho, pero sus dedos jugaban con el anillo que había en su mano, asentía a todas las cosas que los demás hombres decían, y esas pequeñas actitudes, delataban su nerviosismo. Su pie se movía de manera inquieta y a ratos, me regalaba miradas cómplices. 

El grupo de dispersó para ir a sus respectivas mesas ya que la cena iba a comenzar,  y yo mientras,  comencé a recorrer el  salón, conversando con uno que otro inversionista, sacando todos mis dotes de Miller para ganar fondos para la universidad, que para ser honesta, no lo veo necesario.

Me encontraba con una copa de vino blanco en mi mano, casi en el centro admirando lo hermoso que se veía el salón y lo mucho que se habían preparado para esto. 

-Señorita Miller, buenas noches - habló un hombre a mi lado - Es un placer, como siempre, tenerla entre los presentes. 

-Muchas gracias Rector, un gusto también para mí verlo - hablé una vez que distinguí quien era. 

-Por favor, vamos a la mesa central - habló.

El Rector señaló con su mano una mesa donde estaban casi los mismos hombres de la primera conversación, y entre ellos, el misterioso corredor de la noche anterior. Mientras caminaba hacia la mesa, pude notar que su mirada estaba puesta en mí, aquellos azules resaltaban en esa mesa. Miles de preguntas rondaban mi cabeza, pero sobre todo, ¿Quién era?. Nuestras miradas se mantuvieron en constante conexión  hasta que solo estuve a centímetros de la mesa y la voz del Rector me saco de ese pequeño transe. 

-Por favor, tome asiento al lado del Señor Dixon - habló de manera alegre a lo que yo solo asentí y me acomode en una silla a su lado. 

La cena comenzó, sentía que a mi lado todos balbuceaban cosas realmente aburridas, nada de mi interés. Puntuaciones, inversiones, personas importantes y bla bla bla.. realmente agotador para mí. En cosa de minutos, ya no quedaba nada en el plato de nadie. Se había abierto la barra de alcohol, y mi destino era esa barra de madera con líquido fermentable que refrescaría mi garganta. 

-Caballero - hablé poniéndome de pie y capturando las miradas de todos en la mesa - Con su permiso, me retiro, nos vemos en unos minutos ha sido de total agrado compartir esta velada con ustedes - todos comenzaron a hablar al unísono y yo simplemente salí de ahí. 

-Una copa de vino blanco, por favor - hablé una vez que llegué a la barra. 

-Enseguida - contestó el bartender, quien rápidamente comenzó a preparar lo que pedí - Aquí tiene, señorita - habló al pasar unos minutos entregándome mi trago. 

Cogí mi móvil con la esperanza de tener algun mensaje o llamada de Andrew, pero nada, fue en vano. Decidí volver a marcarle, pero nada. Desde que nuestra relación comenzó, Tom ha sido la inseguridad de Andrew. Es decir, entre Tom y yo nunca ha pasado nada, simplemente tenemos esa conexión, nos damos esas miradas intensas, pero más que eso, nada. Pero no mentiré, cuando conocí a Tom sentí cosas por él, sentimientos demasiado fuertes para mi gusto. Nunca se lo dije a nadie, es un secreto que vive en mi corazón. Y a su vez es cierto que no soy una mujer de enamorarse, atarse, de echo, creo que Andrew me pilló en el momento más bajo de mi vida para que aceptara ser su novia. Lo quiero, sí, es un increíble hombre, pero.. ¿pasar el resto de mi vida con él?, por Dios, no, claro que no.