New York.
Mansión Bernocchi
Antonio.Llevo días en el cuarto donde los únicos que entran a verme son Isabella, el doctor y Longo.
Me pareció muy raro ver que las cosas de Isabella no están aquí, después Longo me informo que ella no había entrado más.
No duerme conmigo y tampoco pasa muy mucho tiempo aquí, me la paso dormido por culpa de los sedantes ya que me sometieron a más de una operación.
Así que no es mucho lo que he estado consciente desde que llegué.
Estoy en la cama jugando un un lápiz mientras el doctor termina de curar mi muslo.
- ¿Cuándo puedo comenzar a entrenar? - Le pregunto y el se quita los guantes.
- Dos semanas - Niego - Miércoles.
- ¿Algo más?
- La cirugía de láser es mañana - Asiento y comienza a recoger sus cosas.
Se va y sigo jugando con el maldito lápiz. Al parecer ir a la empresa es más importante que estar aquí.
La puerta se vuelve abrir con cuidado y me tenso viendo a la personita que entra con cuidado, el corazón se me acelera y la sangre correr a un nivel que jamás había sentido, los golpes en mi tórax no me deja respirar bien, creo que estoy hasta nervioso por primera vez en mi vida.
Cierra la puerta y cuando se voltea se asusta viéndome, la reparo y el parecido que tiene con su madre es mucho. Mismo pómulos, mismo cabello, mismo labios y mismo perfil pero no sus ojos, el maldito Bernocchi les reluce en ellos y hubiera querido que fuera el color de su madre que hubiera heredado.
- ¿Eres mi papá? - Pregunta y sus ojos me detallan con curiosidad, su voz... Mierda mi corazón va a estallar.
- No - Abre los ojos y sale corriendo de la habitación.
- ¡Mami! - Escucho pisadas de tacones - ¡Adentro hay un señor en la habitación de mi papá!
No me sorprende que sea una chillona, era de esperarse con la madre que tiene y tal cosa solo ensancha la sonrisa que no sabía que tenía en los labios.
- Ana, no tienes que gritar - Escucho como la regaña.
- ¡Pero es que hay un señor en la cama de mi papá! - Sigue y sonrío - ¡Mátalo!
- Hija..
- ¡Te imaginas! - la corta - ¡Cuando papi vuelva y este ese hombre ahí! - Se calla pero no por mucho - ¿Es tu novio?
- Ana..
- ¡No puedes tener novio! - La sonrisa se me hace más grande como si fuera posible.
- Ana escucha... - Todo se queda en silencio y de la nada su cabecita se asoma por la puerta.
Se vuelve a perder en el pasillo y de nuevo vuelve a entrar pero está vez con sigilo, se me acerca y la veo expectante. Pecas, tiene pecas regadas cómo Isabella.
- Me mentiste - me reprocha y la sonrisa no se me quita, entrecierra los ojos.
- Lo hice - Abre los ojos y ve a su mamá que está en el marco de la puerta con los brazos cruzados como si fuera lo peor que he dicho.
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Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]
AventuraCuatro años han pasado desde que el se fue, cuatros años mintiendo, cuatros años desde que mi bebé nació, cuatro años desde que Massimo cambió, cuatro años en la que la familia Smirnov se ha vuelto más sádica y violenta, cuatro años jugando al ratón...