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Después de varios días en una pequeña depresión. Hyunjin decide volver a la universidad. Está apunto de graduarse y no quiere tirar esos años de estudio a la basura.

Su rostro es serio, vuelve a ser el mismo, chico frío, que era antes. Una Omega se le acerca.

—Hola Hyunjin, escuché que terminaste con tu Omega, que mal, ¿crees que podamos salir a tomar un café, luego?

—Para nada—sin mirarla siquiera a los ojos, continúa su camino a su casillero en busca de sus libros.

Justo cuando cerró su casillero huele las feromonas de aquel Omega rubiecito, que conoce perfectamente. Su Alfa se pone triste y desea ir con él, pero su orgullo era más grande que no lo haría.

Ni siquiera voltea a verlo y se dirige a su clase.

Mal día. Ese día compartía todas sus clases con Felix. Vio al mismo entrar y sentarse a su lado.

—¿Cómo estás?—pregunta casi en un susurro el rubio, pero el otro logra escucharlo.

Decide mejor quedarse callado. Sin saber el dolor que le causó al Omega en su corazón al no obtener respuesta. Pero por una parte lo entendía, él le había echo aún más daño del que estaba sintiendo en ese momento; lo termino sin siquiera explicación. Trato de ignorar los ojos rojos e hinchados de Hyunjin, pero no pudo y varias lágrimas resbalaron por sus mejillas.

Su corazón dolía horrible y al momento sintió que le faltaba el aire para respirar. Sentía cada patadita que su bebé daba, seguro lo estaba sintiendo.

—Buenos días, jóvenes—el profesor entra por la puerta—. Bien el día de hoy solo les dejaré un trabajo en equipo—explica con detalle el proyecto—. Lo realizarán con sus parejas de a lado. Bueno lo tienen que entregar el próximo viernes, tienen varios días para hacerlo—sin más se retira del lugar.

Mal.

Ahora tendrían que hablar.

—Y-Yo puedo hacer el proyecto, pondré tu nombre y te daré tu parte para la exposición—limpia rápidamente sus ojos.

Mío

Mío

Mío

Proteger.

Cachorro.

—Eso no es justo, tal vez puedas ir a mi casa y lo hacemos—contesta fríamente.

—P-Pero... tú sabes, esto es incómodo, si prefieres no verme o no hablarme, yo lo puedo hacer y listo.

—¿Por qué terminaste conmigo?—pregunta por qué siente que ya no puede contenerse más.

—Solo no te quiero lastimar, soy una persona fastidiosa, grosera, inútil, solo soy un bueno para nada. Pero no es tu culpa—responde, el Alfa escucha como aquella dulce voz se comienza a quebrar.

—¿Y mi hijo? ¿Qué va pasar con el?

—El esta bien. Podrás verlo cada que desees—se retira del lugar. Tiene algunas cosas que hacer.

Él Omega se dirige a la cancha de básquet donde no hay nadie, solo aquella Alfa que lo maltrata.

—¿Compraste lo que te pedí?—asiente.

Saca una caja de cigarrillos y una con píldoras de cocaína y se las entrega.

—¿Trajiste la Marihuana?

—Amm, no lo siento lo olvide... —el mío comienza a apoderarse de él, su Omega le pide correr y alejarse, pero puede ser peor.

—Te lo advertí.

Comienza a golpear su estómago y el rubio intenta escaparse pero ella es mucho más fuerte que él en todos los sentidos.

—Déjame por favor... ¡con mi cachorro no! El no tiene la culpa de nada—sus súplicas no son escuchadas.

—¡También te prohibí hablar con Hyunjin y te valió!

—¡Aléjate de Mi Omega Maldita zorra! —Hyunjin corre y toma a la chica por el pelo y la tira al piso, le da unas cuantas patadas que son suficientes para dejarla inconsciente. Ahora se dirige con Felix.

—¿Estás bien? Mierda no...

—Hyunjin el bebé... —sin decir más se desmaya y comienza a sangrar.

 AMANTES | Hyunlix  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora