𝐑𝐀𝐈𝐍𝐁𝐎𝐖-JakeHoon

𝙾𝚁𝙰𝙽𝙶𝙴

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Era bastante impresionante como haberlo ayudado a encontrar su brazalete de la suerte los había hecho convertirse en grandes amigos. Sunghoon no lo entendía o al menos no lo entendió en ese momento y es que Shim Jaeyoon eran tan simple y sencillo como el hecho de que el sol correspondía al día y la luna a la noche el castaño no era realmente rencoroso cuando se daban pasos cercanos a la paz y eso cautivó aún más al pequeño Park al cual le Revoloteaba el estómago debido a las dichosas mariposas del amor.

Definitivamente era la inocencia de dos adolescentes que aún portaban corazón de niños y aún habiendo hecho las paces su dinámica no cambio mucho que digamos, al menos no al principio, eso sí... ahora todos estaban consientes de que eran amigos. Jaeyoon por su parte de alguna manera era feliz, lo sentía extraño. ¿Cómo podía caerle tan bien un chico como Sunghoon a pesar de todo? ¿cómo podían tener tanto en común y ser tan diferentes al mismo tiempo? No lo sabía y la verdad tampoco le importaba mucho ya que ahora tenía un nuevo amigo al que podía hacerle bromas pesadas sin que hubiera verdaderas quejas.

Y todo pudo mantenerse así solo como una amistad pero cuando Sunghoon cumplió diecisiete años Jaeyoon notó algo extraño, el menor tomaba ciertas distancias y ocupaba excusas cuando lo invitaba a pasar la tarde a comer algún helado o ver una película, algo que con los años se había convertido en algo habitual para ellos, sin embargo el castaño lo tomó... bien, al inicio.

Pensó que tal vez el pelinegro si tenía cosas por hacer, que quizás si estaba verdaderamente ocupado y que aquellas excusas eran dadas por situaciones reales. Hasta que realmente cayó en cuenta de que el chico de bonitos lunares solo le daba excusas a él, algo que realmente destruyó su corazón.

Jaeyoon no lo entendía, pensó que eran amigos, pero incluso el pálido se molestaba si le tomaba la mano, algo que antes no pasaba, manoteaba su palma si quería agarrarle las mejillas y evitaba cualquier toque o roce. De más estaba decir que el lenguaje de amor y afecto del mayor era el contacto físico, amaba dar abrazos, sobre todo a Sunghoon, se sentía cálido y cándido todo el tiempo; más cuando este siempre le correspondía sin rechistar siendo bastante efusivo cuando los recibía, pero ahora todo era confuso para él... su corazón se sentía desgarrado, su estómago le dolía y de solo pensar que había hecho algo malo o que pudiera molestar al menor le hacía añicos el alma... sintió aquellas emociones exageradas. Si, eran amigos pero ¿Tanto le afectaba? ¿Por qué sentía que perdía algo más?- estuvo días pensándolo mientras más ignorado se sentía, encerrado y dolido sin entender que había hecho mal.

La verdad era que nada, Shim Jaeyoon no había hecho absolutamente nada, solo ser verdaderamente perfecto y Sunghoon simplemente había despertado en su totalidad, fingir que solo quería ser su amigo, soportar sus noviazgos y escuchar sus experiencias con sus parejas era doloroso, el pálido se había vuelto ambicioso... ya no le era suficiente con lo que tenían, quería besarlo, abrazarlo y tomarle de la mano más que como unos simples amigos, pero sabía que el mayor nunca lo vería de esa forma así que optó por lo que siempre se le dio bien, huir.

Ignoraba como podía al contrario, a su castaño de hermosas pecas que parecían haber sido pintadas una por una con suma delicadeza, con cariño y devoción, escapaba de sus demostraciones de afecto que empezaban a incrementar la ansiedad que le causaba el distraído chico que no se daba cuenta de con que ojos los veía Sunghoon, ojitos que brillaban en adoración, solo que ahora el pálido parecía ser alérgico a la sensación tan cálida que le provocaban los abrazos dados por el mayor y aún cuando sabía el dolor que ocasionaban sus rechazos en el moreno simplemente prefería cuidar de su corazón y quedarse con los buenos momentos que había pasado junto a él sin alargar su relación de amistad por más tiempo.

Pensó que Shim lo dejaría estar, puesto no considero que fuera tan importante, pero cuando menos lo esperó el mayor lo acorraló en uno de los pasillos cuestionando su comportamiento tan extraño. Ni siquiera cuando se "odiaban a muerte" paso de el de aquella manera tan cruel. Jaeyoon seguía y seguía reclamando hasta que notó el rostro perfecto tornarse una puesta de sol y aquellos luceros brillantes ahogarse en sal cristalina, parecía que en cualquier momento se echaría a llorar y no era para menos. Empezaba a creer que debía mandar todo al mismo infierno y simplemente decir todo, fue cuando el castaño confundido quiso acercarse y darle conforte preguntándole dulcemente que le sucedía que Sunghoon explotó.

-¡ES PORQUE ME GUSTAS!- gritó el menor con las lágrimas corriendo por sus mejillas sin control alguno- Es porque me gustas mucho, tanto que me quema hasta las entrañas, quiero que me abraces y que me tomes las manos, pero no como amigos, pero... no quiero que me odies por ser extraño y tampoco quiero sufrir más, soy ambicioso pero aún así mi corazón... - dijo entre hipidos mientras sorbía su nariz y se recriminaba el hecho de que le gustara el pecoso - Por eso solo quiero protegerlo- suspiró - Pero, aún así... Me gustas, Shim Jaeyoon, eso es todo - el mayor estaba en shook y en un primer momento no sabía cómo tomarse lo dicho, pero lo más extraño es que se sentía aliviado por aquella confesión como si estuviera... feliz.

Nunca dio nada por sentado y pensó que ese tiempo de amistad y las sensaciones que el menor provocaba en el eran secuelas de lo que era tener tan buena química amistosa con alguien. Entendió que su constante necesidad por abrazarlo, apretar sus mejillas, entrelazar sus manos y elogiar sus talentos no era solo porque lo consideraba un amigo, el contrario le gustaba y su reacción al verlo confesar tal cosa de esa manera solo le confirmo ese hecho.

Jaeyoon aceptó lo que sentía de inmediato, no tenía sentido negar algo tan obvio para él y menos hacer sufrir más al menor, pero no sabía que se hacía en esos casos a pesar de ser un "experto en confesiones" aunque nunca se confesó a nadie realmente.

Parecía haberlo olvidado y es que el nunca daba el primer paso y hasta pensó que aceptó salir con aquellas chicas porque se sentía mal si las rechazaba pero sentía raro cuando le contaba todas sus cosas al menor aún fuera un desahogo, ahora todo tenía sentido. Sunghoon era bueno actuando por lo que verlo sonreír y desearle suerte con las chicas le provocaba un malestar y es que Jaeyoon quería su atención, quería ver alguna reacción negativa algo que nunca obtuvo, pero ahora sabía que ese apoyo de cierta manera era una farsa. Así que de manera impulsiva tomó el rostro del pálido y estampo sus labios con él, dejando a Sunghoon inmóvil puesto no entendía lo que estaba sucediendo, sumándole a eso que aquel era su primer beso.

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Leyendo de nuevo esto para subirlo, me volvió a sacar lagrimitas. Jej que molondrona.