The Baddest Female (K-Pop) [2NE1]

Capítulo 13: La ley del hielo.

Totalmente colérica, la líder de 2NE1 vuelve la vista hacia la desconcertada dama en el mismo instante en que el sorprendido occidental regresa s sus sentidos. Éste de inmediato se aproxima a la primera y muestra una forzada sonrisa.

—Hablemos afuera –la sujeta de los hombros e intenta hacerla girar para salir; sin embargo, ella lo mira nuevamente con desprecio y lo empuja para quitarlo de enfrente—. Por favor, Ciel –murmura—. Vamos.

Con una adorable expresión, el carismático fotógrafo le asegura a la misteriosa jovencita que no debe preocuparse, que le explicará todo en cuanto esté de vuelta y que sólo tardará unos minutos.

Tratando de no ser demasiado brusco, toma a la caprichosa cantante del brazo y la lleva al sitio más alejado de la puerta del apatamento, donde su hermosa invitada no pueda escuchar la conversación entre ellos dos.

—¡¿Qué hace ella aquí?! —exclama enfadada—. ¡¿Todavía sales con esa boba sin gracia?! Fue ella quien te obsequió esa sortija que llevas, ¿cierto? —interroga; él hace una mueca de frustración y esconde las manos en los bolsillos de los pantalones—. ¿Por qué lo ocultas? ¿Debería preguntárselo yo misma? —se encamina.

—Espera –la detiene—. ¿Me puedes decir qué haces aquí y por qué has entrado sin antes llamar?

—¡Eish! Eso no importa ahora –patalea cual niña pequeña—. ¿Por qué no repondes? ¿Tu relación con esa chica es seria? ¡¿Por qué lleva tan poca ropa?! —vocifera.

—Baja la voz, por favor –dice, esforzándose por no perder los estribos ante la insolencia de su interlocutora—. Ella puede oírte.

—¡No quiero! —chilla—. No me importa si me escucha. Ojalá lo haga. A ver si así siente un poco de vergüenza. ¡Cómo se atreve! Es una...

—¡Cuida tu boca! —advierte molesto—. No permitiré que la insultes. Al igual que tú, ella es una dama. Merece todo tu respeto así como tú mereces el de ella.

—¡Tch! Extranjero idiota –masculla—. ¿Acaso no ves la clase de mujer que es ella?

—¿Qué te sucede, Ciel? —frunce el ceño con descontento—. ¿El peróxido te ha hecho perder el juicio? —muestra una cínica sonrisa—. ¿Por qué hablas así de ella?

La cólera que invade a la bella jovencita se incrementa al doble. ¿Cómo se atreve ese desagradable foráneo a cuestionarla y a defender a esa descarada chica?, piensa. Sin poder controlarse más, le propina al joven manager una fuerte bofetada que consigue desconcertarlo todavía más.

—Eres un imbécil –musita, luchando por retener las lágrimas que se han agolpado en sus ojos.

Además de sentirse confundido por la actitud de su inmadura representada, Víctor también está enfadado. Sí, esta vez ella ha logrado exasperarlo, sobre todo por el golpe que le ha dado; él considera que no había razón para que lo hiciera.

—No sé la razón de tu molestia –dice reprimiendo su enojo—. Pero es muy desagradable la manera tan descortés en la que has entrado a mi apartamento. Te suplico que no lo hagas de nuevo.