Si una persona te hace sonreír alejate, te hace tener sentimientos, los que son una mierda.
Owen Smith.Sky Vega.
Veinte de agosto, 06.03 horas.
Baje las escaleras luchando con la chaqueta del uniforme de mi trabajo, no iba tarde, solo era obsesiva con llegar una hora antes a todos lados.
Si se preguntan ¿Y Sky trabaja?
Sí, sí trabajo, los sábados solamente, es un trabajo muy fácil para mí, es algo así como una guía... Pues vale les explico. Aquí en Racagua a unos kilómetros más allá de la parte rica pasando el bosque hay un lago, y junto al lago una mansión abandonada —la cabaña de la fiesta, ya la conocen pero déjenme quieta —rodeada por el frondoso bosque —la cual fue de los primeros fundadores —, la mansión en una estructura sumamente grande, tardas como mínimo una hora en recorrerla toda. Y ese es precisamente mi trabajo. Yo guío los recorridos en la mansión desde el vestíbulo a las habitaciones, no hay nada ahí que no conozca.
—¿Cómo amaneciste? —me pregunto mi mamá desde la barra de la cocina.
—Perfectamente —le dije —, no te preocupes por la enfermedad, la sobrellevo perfectamente.
—Sky... —ya iba a empezar a decir el discurso de hace años.
—Mamá, el tratamiento es lo que debería preocuparme, pero de eso me voy a preocupar mañana —le lance un beso con el torso de la mano como despedida.
Tomé mi bolso y salí de la casa revisando el uniforme del trabajo, una chaqueta negra con una pequeña placa con mi nombre en el lado izquierdo de mi pecho remangada a los codos, una camisa manga corta blanca, pantalón negro y unos tenis blancos.
Para llegar al lago tenía que hacer un recorrido a pie al centro, tomar un autobús a la parte rica, llegar a la casa de Jona, que vivía en una de las casas más cercanas al bosque, y desde allí rodear el bosque —tenemos prohibido pasar dentro del bosque, aunque cuando vamos tarde pasamos dentro del bosque sin que nadie se entere —, Travis nos lleva en su coche hasta la mansión.
Después de que el taxi —me dió pereza esperar un autobús —me dejara frente a la casa de Jona ya estaba un coche estacionado afuera de su casa, y Travis, Vanesa y Evan sentados en las escaleras de la casa de Jona.
—¡KIKY! —me grito saludando Evan poniéndose de pie.
No recuerdo si lo mencione, pero Evan es el culpable de ese molesto apodo que ahora me persigue.
—¿Dónde está Jona? —pregunte apenas llegué ignorando a Evan.
—Aquí llegó por quién llorabas —solto Jona saliendo de su casa.
—Cállate y camina —les dije ajustando mi cabello cuando la brisa lo removió.
Todos se pusieron de pie y empezaron el camino a rodear el bosque.
—Entre más viejas, más molestan —mascullo Evan andando detrás de mi.
Para cuando llegamos a la mansión, aún nos quedaba media hora antes de que empezarán a llegar las personas para el primer recorrido del día que comenzaba a las ocho.
Nuestro jefe, el señor Carballo ya estaba dentro.
Mi trabajo era uno de los más difíciles y largos, ya que consistía en hacer el recorrido por toda la mansión, el trabajo de Evan era estar en la puerta de la sala central —ya les diré dónde queda —, y estar dispuesto a contestar las preguntas, Jona debía de dar la bienvenida a las personas en la puerta principal, Vanessa era la encargada de la recepción, y Travis se encargaba de revisar cada lugar después de pasar por ahí.
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Beautiful Eyes [En Edición]
Teen FictionDos adolescentes con enfermedades (no solo mentales), por recomendación de un chico que es un apoyo emocional durante sus tratamientos crean una cuenta para hablar de su dia a dia. Podemos ver cómo poco a poco se vuelven realmente reconocidos por co...