Capítulo 03.

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—¿Dónde está Jayden? ¿Sigue con su humanidad apagada? —Fue lo primero que pregunté tras estabilizarme una vez que completé la transición

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—¿Dónde está Jayden? ¿Sigue con su humanidad apagada? —Fue lo primero que pregunté tras estabilizarme una vez que completé la transición.

Axel me mantuvo en su oficina durante un rato asegurándose de que la transición había sido completada y luego me escoltó personalmente por la mansión hacia algún lugar que desconocía hasta el momento.

—Está bien, se encuentra trabajando —murmuró, con un tinte de tensión en sus palabras. Presionó la palma de su mano en mi espalda baja y me guio a través de un extenso corredor en la mansión—. Él... no se tomó muy bien tu muerte, aunque eso fue lo que encendió su humanidad, el choque de emociones siempre que apagas tu humanidad es demasiado potente. Somos vampiros, por lo que al reavivar lo que sentimos es un golpe fuerte que nos desestabiliza.

—¿Cómo se regula eso? —inquirí, dando pasos perezosos—. Me refiero... ¿Hay alguna manera de que no impacte tan fuerte?

Axel ladeó su cabeza repetidas veces, considerando mis palabras. Detrás de nosotros, a unos cuantos pasos, se encontraba una Soldat alta y esbelta de cabello castaño y ojos verdes que nos había estado escoltando silenciosamente junto a Brock. Eso me pareció extraño, pero no hice ningún comentario al respecto.

—En el caso de Jayden... Él enfoca la bruma de emociones en una actividad. Y en este momento... Se encuentra expulsándola por medio de la rabia.

Detuve mi caminata, tomando el antebrazo de Axel y dándole una mirada extrañada. ¿A qué se refería? Mi corazón se detuvo un momento, la preocupación se instaló dentro de mí, agarrando la forma de una nube negra.

—¿Rabia? ¿Hacia quién? —pregunté, curiosa y con algo de nervios.

El vampiro tragó saliva, mirándome de reojo con un poco de empatía y... ¿Consuelo?

—Alanna Van Doren —pronunció, su voz sonando un tono más bajo y receloso. Casi pude saborear la rabia destilada cuando enunció el nombre.

Y yo compartía el sentimiento, escuchar que esa mujer continuaba con vida agrió aún más la fea sensación en mi estómago y me sentí a mí misma apretando mis puños con rabia.

La fuerza sobrenatural aún era algo nuevo y para lo que no estaba adaptada, y no me di cuenta de la gran presión que estaba ejerciendo hasta que noté la sangre deslizándose a través de mis palmas y goteando el suelo, el sonido lo percibí primero debido a mis sentidos intensificados.

—Corazón... —Axel me tomó las manos, haciendo que aflojara los puños y examinó las heridas que mis uñas enterradas habían hecho, la piel estaba roja y sangrante, con medias lunas profundas allí—, pronto aprenderás a controlar mejor tus emociones, pero quiero pedirte que seas cuidadosa, accidentes como estos ocurren los primeros días del vampirismo mientras te adaptas a tus nuevos poderes.

Él acarició mis palmas con sus pulgares suavemente, enviando una corriente eléctrica a lo largo de mi espalda y formando un nudo en mi garganta.

Me aparté de inmediato, esto no estaba bien. Axel no tenía que tocarme de esa forma tan íntima o cariñosa, llevaba haciéndolo desde que me desperté y no podía soportarlo.

Corazón Resiliente #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora