capitulo 18

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New York.
Mansión Bernocchi.
Antonio.

Veo Anastasia luchar con su cabello y yo simplemente no se que hacer.

- Papi ayúdame - Hace un puchero y me levanto del sillón rosa.

Este lugar me da taquicardia.

Me pongo atrás de ella y le hago una coleta que me queda sorpréndete bien, he visto como Isabella lo hacía muchas veces así que supongo que es por eso.

Toma gelatina y lo pasa por el comienzo de su cabello aplastando los que estaban desordenados. Me gusta que me diga Papi, no se porqué pero su voz tan aguda y suave que utiliza me gusta. También cargarla y fastidiarla.

- Lista - Se levanta y toma una mochila rosada, dándomela.

Respiro hondo y me la coloco en la espalda, me abre los brazos y la cargo nuevamente. Debería estar pendiente de mi tío y sus movimientos o en la oficina enterándome que ha pasado estos cuatro años, hablando con mi organización pero no, Isabella prefirió dejarme cuidando a nuestra hija que parece un diablillo.

Llegamos afuera y la monto en el copiloto, pongo su bolso en el piso y voy por el cinturón colocándolo. Cierro la puerta y mis hombres se suben los otros carros. Arranco y Anastasia se echa hacia adelante buscando algo que poner y deja una canción que no le presto atención.

Mi nuevo celular suena y contesto a mi abogado.

- Le voy a mandar todo lo que me pidió para que lo lea y mañana lo mando a su oficina.

- Ok - cuelgo y mi asistente me llama.

- La señora Bernocchi es la que lleva todas las cuentas personalmente y no nos permite ver eso, además como usted estaba tomándose un tiempo prácticamente no estaba trabajando.

- Comprendo - Le cuelgo y busco donde es que me van a torturar - ¿Enserio tengo que quedarme?

- Si y después vamos a comer algo rico - Veo a Regina que juntas sus manitas.

- ¿No tienes otra clase? - No responde pero se pone seria - ¿Qué pasa?

- Es que no quiero ir - Susurra.

- ¿Por qué? - Cruzo a la derecha.

- Es que solo quiero bailar - Responde y se emociona cuando ve como llegamos - Pero no quiero que mami se moleste.

Arrugo las cejas y me estaciono al frente de un edificio, mi hija me ve con emoción y resoplo entrando al estacionamiento.

- No puedo creer que me hagas esto - Refunfuño apagando todo.

Salgo del auto y Longo ve todo con fastidio, abro la puerta y saco a mi hija, tomo mi celular metiéndolo en el bolsillo trasero, tomo su bolso y cierro la puerta, entro al lugar y las personas me ven fijamente arrugo las cejas.

- Disculpe - Una señora delgada se me acerca - ¿Usted es..

- Mi papi - Le dice Regina y ella me detalla mejor asombrándose.

- Señor Bernocchi un placer - Asiento - Bueno ya estando todos podemos empezar - comienza a caminar y yo me pincho el puente de la nariz.

Entro al salón que está llenos de espejo, dejo mi hija en el suelo y corre hacia las otras niñas, me señala y no puedo creer que este en estas, para empezar Regina debería estar en Rusia y no aquí dando vueltas y siendo una niña mimada.

- Los padres se sienta allí - Me señala algunos sillones y tomo asiento viendo mal todo - ¿Desea algo?

Pegarme un tiro, termino negando y se va. Comienza con lo de ellas y le mando un mensaje a Isabella que quiero un informe de todo lo que ha pasado en la empresa y en la organización, le mando un mensaje a Ikor para que nos reunamos en la noche. Isabella me hace una videollamada y las mujeres a mi lado me ven con dedicación.

Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora