Capítulo 16

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— ¿Qué paso con tu hermano? —le preguntó Roy una vez que el llanto cesó, la ayudó a sentarse en la manta que había acomodado previamente en el césped, Lizzie le contó de la discusión con Darien fuera de la taberna.

— Perdón que te lo diga, pequeña, pero los celos de Darien no son de hermanos.

— ¿De qué hablas? —preguntó perpleja.

— De verdad no lo notas, ¿cierto? —La joven le alzó una ceja en respuesta, Roy resopló—. Digamos que Darien ya no te ve como su «hermanita».

— Eso es imposible, nos criamos juntos, él es mi hermano en todos los sentidos que importan.

— Para ti sí, pequeña, pero no para él.

— No lo puedo creer, debo aclarar esto ahora, no puede ser verdad. —El coronel la detuvo antes de que pudiese levantarse.

— Déjalo procesar, deja que se calmen los ánimos, ya hablarán por la mañana. —Roy sacó dos cervezas de la canasta y le entregó una, Elizabeth bebió un sorbo aún asimilando lo que le acababa de decir Roy, eso era imposible, Darien, su Darien no podía tener sentimientos por ella—. Luego piensas en cómo arreglar el mundo, teníamos un trato para hoy, no creo que se te haya olvidado. —Le guiñó coqueto y le sonrió de lado, esos pequeños gestos hacían que, por extraño que pareciera, Lizzie se olvidara del resto del mundo, quizá Darien tenía razón y aún no terminaba de conocer el hombre en que se había convertido Roy, pero lo que veía hasta ese momento, le encantaba.

— No pienso en arreglar el mundo, bobo, solo lo libraré de la tiranía —le dijo con arrogancia.

— Hablando de eso, mi padre quiere que nos reunamos mañana, toda la tropa. Quiere saber de tu entrenamiento y al parecer lograron descifrar el mensaje que dejó Gabriel.

— De verdad, eso es genial. —El cambio de tema había funcionado, Roy había aprendido que cuando se trataba de entrenar o algún avance para poder derrocar a Fermín, sacaba a Elizabeth de cualquier otro pensamiento o trance en el que estuviese, a la chica le encantaba sacar la frustración entrenando, se estaba esforzando el triple en lograr en solo semanas el entrenamiento de un año, que se requería para salir a misiones en campo abierto.

— Además, te tiene una sorpresa.

— Dime qué es.

— No.

— Eres terrible, por qué me dices que me tiene una sorpresa si no me dirás lo que es.

— De eso se tratan las sorpresas. —Ella solo le golpeó el hombro.

— Bueno, ¿lista para cumplir tu parte del trato? Yo ya cumplí el mío, hoy entrenaste todo el día con Cory, avanzaste bastante con el poder de Dean, la criogenesis no es fácil.

— Sigo sin comprender cómo sabes tanto de poderes, aún no te he visto utilizar ninguno, ¿tienes algún poder?

— Esa pregunta aún no será respondida, con respecto a cómo sé tanto, con estudio, no me centro solo en uno, debo estudiar muy bien a mis enemigos y a mis aliados, sobre todo a mis compañeros, para dirigir a los Akuma debo saber exactamente qué esperar de ellos, razón por la cual no quería que participaras en las primeras misiones, no sabía qué esperar de ti.

— ¿Y ahora lo sabes? —preguntó ella alzando una ceja.

— En el plano militar sí, te entreno yo mismo y he supervisado los entrenamientos que no. En otras áreas, aun no sé qué esperar. —Le dedicó una intensa mirada que provocó un pronunciado sonrojo en la chica, quien bajó la mirada y cambió el tema.

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