Extraño

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Caminaba una y otra vez detrás del estúpido arbusto; ya habían pasado 10 minutos desde la hora en que Ryujin pidió que se vieran y ni siquiera daba señales de vida.

Minho volvió a mirar su celular, pero ni siquiera leía sus mensajes.

—¿En serio estoy perdiendo tanto tiempo de receso por esta estúpida chica? —murmuró para sí mismo.

Pocos segundos después escucha pasos acercarse al lugar, se asoma por encima del arbusto y observa cómo Ryujin se acercaba trotando hacia él.

—Min... Minho!

El nombrado la miró y vio como ella, con el poco aire que tenía, se inclinaba un poco y colocaba sus manos sobre sus rodillas, tratando de recuperar oxígeno.

—Ya, respira, no quiero que te mueras aquí. —mencionó con amargura.

Un rato después, Ryujin se puso derecha y sacó la botella de agua que traía en su mochila, para beber de ella tragos largos.

Minho solo la miraba en silencio.

La chica finalmente se había recompuesto, guardó nuevamente su botella y miró al chico frente a ella.

—Lo siento, ya no me ejercito tan regularmente, así que-

—Ahórrate los detalles y ve directo al grano. —interrumpió él, mirándola fijo.

—No seas tan grosero, siempre es lo mismo contigo, ash. —contestó con un bufido.

—Shin, sabes bien que no me gusta perder el tiempo así que dilo ya.

La menor se tensó al escucharlo; ciertamente ese chico la sabía poner nerviosa a flor de piel con tal de que solo dijera su apellido.

—Oh, bueno, yo... —mordió su labio al pensar en lo que diría.

—¿Qué? ¿quieres dinero?

Ryujin lo miró con una mueca de disgusto y desaprobación.

—No porque sea becada significa que voy a estar pidiendo dinero. —sentenció ella.

—Si no es dinero, ¿entonces qué quieres? —preguntó con un tono totalmente fastidiado.

Ya no estaba para juegos, y Ryujin sabía la poca paciencia que él tenía; realmente andar con las mujeres era una pérdida de tiempo enorme.

—Yo... —miró a sus pies un segundo, y luego volvió a mirar a su mayor—. Oíste sobre la fiesta que hará Yeonjun, ¿verdad?

—Sí, ¿y qué con eso?

—Pues, yo quería saber si tú... —mordió levemente su labio inferior—. Quisieras... ¿ir conmigo?

Minho la miró con el ceño confuso, pensando en el porqué de su petición.

—¿Qué? —cuestionó—. No salgas con estupideces, Shin.

—N-no son estupide-

—No somos nada serio, creí que lo habías entendido; ¿quieres acaso jugar a la parejita que van juntos a las fiestas? —soltó con un tono de burla.

Ryujin lo miró con ojos tristes y una mueca algo torcida, parecida a un puchero.

No mentiría y diría que eso no le había dolido de cierta forma, sin embargo, desde un principio Minho siempre le recalcó que no eran nada serio y no lo serían.

Y ella estaba bien con eso, realmente no le importaba; solo se trataba de sexo casual, eso habían acordado, nada de sentimientos ni compromisos tontos.

¡Él no es mi Hermano!  | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora