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El comienzo de todo empieza por la Antártida, en el Norte para ser más exactos.

Ambos eran animales de la región, Sunoo era un zorro ártico y Sunghoon un pingüino. Aunque era poco probable encontrarse, la Luna los bendijo.

Meses atrás había comenzado la temporada de apareamiento, Sunghoon no encontraba a el pingüino que deseaba, ni siquiera se le acercaban. Era raro, veía a cada uno de sus amigos teniendo una pareja o cachorros, entregándoles una pequeña roca como regalo, según ellos, la más bella para su destinado. Podría parecer desalentador ver a todos teniendo un momento romántico, mientras Park solo se ocupaba de cazar pescados y ver por si mismo.

Era su vida al final del día, y estaba conforme con lo que se le da. Tocando el tema del celo para el no era un gran problema, prefería abstenerse de aparearse con alguien a quien no ama y dejarse llevar por las feromonas. Estaba bien, esperaría a su alma gemela y consumirían su amor como es debido.

Muchas veces lo llamaron reservado, o aburrido, insinuando que se quedaría solo y sin cachorros por su forma de pensar. El hecho de no querer entregarse a cualquiera desconocido no le apetecía, mucho menos estaba interesado en alguien de paso. Quería algo duradero con su Omega.

Los días pasan y la rutina sigue igual. Despierta, va a cazar, y duerme. Omitiendo las cosas innecesarias de decir básicamente de eso se trataba, nada más ni menos.

Está bien, supongo.

De sus ojos escaparon finas líneas de lágrimas, creando un camino cálido sobre su pálido rostro hasta su barbilla. No le dió importancia.

Un día de ventisca fuerte lo visitó uno de sus amigos, Jay

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Un día de ventisca fuerte lo visitó uno de sus amigos, Jay. Un águila que estaba fuera de lo convencional y que llevaba una vida de viajero solitario.

Le abrió la puerta felizmente, o eso creía. Realmente no sabe que cara poner después de unos días tan poco... alentandores.

Sobra decir que Sunghoon está perdiendo las esperanzas

—Pensé que estarías feliz de verme, Sunghoon.

Dejó escapar una risa nasal, sin saber que decir y en automático.

—Solo estoy agotado, eh tenido mucho trabajo. —le quitó importancia.

—¿Mal día? —preguntó, queriendo iniciar una charla.

—Lo mismo de siempre. Nada importante. —la charla terminó ahí.

Jay no se rinde, y pregunta queriendo más información.
—Mhm. —afirmó pensativo—Siendo sincero bro, No te ves bien ¿Ocurrió algo? Te veo más serio que de costumbre.

—No es nada. —Jay soltó un suspiro, esperaba una respuesta así por parte de Sunghoon.

Park marchó hacía alguna parte de la casa, siendo seguido por Jay.

Peculiar Couple | SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora