AGUST
El brillo de la mañana ya entraba por la rendija de la ventana, Estuve toda la noche en vela cuidando de los sueños de mi Evangeline, gracias al cielo que no tuvo pesadillas, durmió placenteramente. Supongo que el alcohol le ayudó un poco.
Me levanté de la cama con sumo cuidado para no despertarla, anoche me quedó un asunto pendiente. Esperaba que me tuvieran todo listo para cuando yo llegara. Le preparé el desayuno, me daré una ducha, necesitaba cambiarme de ropa, pero no había tiempo. No queria perder más tiempo. Asi que esperaba que tuviera ropa en aquel lugar. Casi no me gustaba ir allí, pero cuando iba era una descarga de adrenalina a mi cuerpo que me encantaba. Allí podía sacar todos mis demonios y darle un poco momento de diversión. Le di un casto beso en el cabello y me dispuse a irme.
-¿Estas escapando? – Una somnolienta voz hizo que me detuviera – Eso es de mal gusto.
-Sigue durmiendo, tengo algo de que encargarme – Le dije, dándole una sonrisa. A pesar de que estaba recién levantada se veía hermosa, tenía el cabello revuelto, el maquillaje se le había corrido un poco, pero seguía siendo hermosa, seguía siendo mi estrella, mi Evangeline.
-¿Nos vemos más tarde? – Su voz aun sonaba algo somnolienta.
Su pregunta me sorprendió. Suele echarme cada vez que estoy cerca o provocarme para que la castigue y le dé el placer que busca. Sonreí divertido.
-¿Me quieres ver más tarde? – Le dije en tono coqueto.
-Ayer no me castigaste por desobedecerte. Cuando la gente se porta mal lo castigan, no debes romper esa regla.
Moví mi cabeza de un lado a otro, con una leve sonrisa. Sabía lo estaba buscando, ese es su maldito juego.
-¿Seguro que no lo quieres hacer ahora? Ayer me dijiste que estaba ebria, pero – Volvió hablar cuando no dije nada. Relamió sus labios y debo decir que eso envió corrientes eléctricas que recorrieron todo mi cuerpo hasta llegar a mi polla. Sentía la enorme erección que se estaba formando dentro de mi pantalón.
-¿Me estas provocando?
Comencé a caminar lentamente hacia ella, a la mierda lo que tenía que hacer, eso podía esperar un poco. No podía irme sin darle lo que tanto estaba buscando, verla así, solo en bragas hacia que mi libido llegara al máximo, mi cuerpo la reclamaba, mi polla la deseaba.
-Solo estoy pidiendo que me des el castigo que merezco por desobedecer a mi futuro amo – Me dio esa maldita sonrisa que me enloquece. Como podía ser tal letal y adictiva para mí.
Me acerqué, la cogí de los hombros. La puse a mi altura y la besé. Sus pechos estaban pegado a mi cuerpo, solo nos separaba la camisa que llevaba puesta. Ella pasó sus brazos por encima de mi cabeza. Yo llevé sus manos a su trasero y comencé a masajearlo. Mi polla ya estaba a punto de reventar el pantalón. Sus manos comenzaron a desvestirme. Sus movimientos detonaban desespero. Mis manos acariciaban todo su cuerpo. Mi boca se apoderaba de sus labios, su cuello y sus pechos.
Poco a poco fui bajando una de mis manos a su centro. Comencé a masajearla cuando llegué a su punto, ella soltaba pequeños jadeos, que hacían que mi encendiera. Escuchar gemir por mí era la mejor melodía, era mi melodía favorita. Cuando bajé un poco más mi mano, y llegué a los pliegos de su centro, ya estaba húmeda. Introduje un dedo, ella jadeo y arqueo su espalda, después introduje dos. Ella buscaba desesperada mi boca. Me daba leves mordidas en el labio inferior.
-Este no es el castigo que esperaba – Me dijo en un susurro. Sin despegar mi boca de la suya – Esto parece un premio.
-Es de mañana, solo estoy desayunando – Le dije, mientras mis dedos hacían su trabajo en su centro. Entraban y salían.
-¿No me vas a castigar? – Volvió a decirme. Mientras su respiración se iba agitando. Sabía que estaba disfrutando lo que mis dedos hacían en su centro.
-Hoy no me apetece castigarte. Solo quiero follarte.
Sin darle tiempo hablar, la tomé por los hombros y la giré. Dejándola en cuatro sobre la cama. bajé el cierre de mi pantalón. Mi polla estaba a punto de estallar. Al sacarla ya había liquido preseminal en la cabeza. Me introduje en ella. Un gruñido salió de mi garganta, estaba tan húmeda, tan apretada, tan caliente. Nunca me cansaba de esto, nunca era suficiente para mí, su coño se amoldaba perfectamente a polla. La tomé del cabello, lo envolví en mi mano y tiré de él, haciendo que ella echara la cabeza para atrás. arremetí contra ella con toda la fuerza que pude, entraba y salía salvajemente, mi pelvis chocaba contra su trasero y hacía eco en la habitación. Ella jadeaba, y decía mi nombre y eso más me prendía. Con mi mano le apretaba la cadera, para llevar el ritmo, la otra solté su cabello y lo llevé a su clítoris, comencé a masajearlo mientras la embestía con toda la fuerza que podía.
-¿Te gusta? – Le dije con una voz ronca.
-¡Oh, Dios! Si.
-¡Oh, cariño te aseguro que él no es el que te está follando! – Embestí más duro haciéndola gritar de placer – El que te está follando es un maldito demonio.
Salí de ella, sentí un suave grito de reproché, la tiré en la cama boca arriba.
-Ábrete para mí – Mis ojos estaban nublado por el deseo – Voy a entrar en ti.
Ella me hizo caso, me acomodé entre sus piernas y entré nuevamente. Ella se aferró a mi espalda, sentía el ardor de sus uñas clavarse en ella, yo seguía devorándola toda, su boca, su cuello, sus pechos. Todo eso era una droga para mí, y vaya que me tenía adicto.
-Necesito... Necesito – No podía hablar y verla así me encendía mas.
-¿Qué necesitas Eva? – Le dije arrastrando mis palabras.
-¡Oh! ¡Por favor!
-Córrete para mí, mi estrella.
Eso fue como una orden, sus uñas se clavaron más en mi piel, tendría la espalda como si una fiera la hubiera rebanado, pero no me importaba. Después de ella, me corrí yo, salí de ella y me llegué en su vientre. Chorros del líquido blanco salí de mi. Ella me miraba juguetona.
Me levanté, me subí los pantalones - ¡Maldita sea! ahora me urgía bañarme – Ella me miraba expectante. Me acerqué le di un corto beso en los labios.
-¡Gracias por el desayuno mi Evangeline!
Salí lo más rápido que pude de ese lugar, si me quedaba un minuto más corría el riesgo de no quererme ir nunca. Me subí al auto, tomé mi celular e hice una llamada.
LLAMADA
-¿Está todo listo?
-Todo listo. Como lo pediste.
-Perfecto, voy para allá.
Colgué. Me apresuré en llegar. Después de unos minutos en carretera llegué a una bodega que tenía a las afuera de la ciudad. Tenía este lugar reservado para este tipo de trabajos. Era un lugar donde por más que gritaras nadie iba a escucharte, estaba custodiado por mis hombres y aquí solo podrías entrar por órdenes mías o muerto.
Buenas. paso por aquí para saludarlos, tambien para decirles, que en un principio esté iba a ser un solo capitulo, pero me inspiré mucho y me salieron tres, espero que los disfruten. Tambien queria decirles, que en facebook, en una de las publicaciones que suelo hacer para promocionar la historia una chica me comentó que el nombre de la historia no tiene que ver con la trama. Quiero aclarar, que la narración no es como si fuera un diario, es la historia de esta hermosa ninfómana y de algunos encuentros que tuvo antes de conocer a Agust, después entenderemos porque se llama Diario de una ninfómana, solo no se adelante, y disfruten de ella.
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DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)
RomanceEvangelina, es una mujer marcada por una sed insaciable, se adentra en un juego peligroso de encuentros y desencuentros. Cuando cree haber encontrado a su alma gemela en un hombre tan oscuro y apasionado como ella, se sumerge en una relación intensa...