𝖬𝗋𝗌. 𝖲𝗆𝗂𝗅𝖾𝗒 𝗀𝗎𝗒. ★ 𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗯𝘂𝗿 𝗧𝗻𝘁 𝗗𝘂𝗼.

𝖬𝖾𝖾𝗍𝗂𝗇𝗀 𝗌𝗈𝗆𝖾𝗈𝗇𝖾.

William finalizaba los últimos detalles del aspecto de su pequeña, aún esforzándose por no romper en llanto y prácticamente sobornar a Tallulah para que no asistiera a su primer día.
No quería parecer sobreportector, pero la imagen de su niña con una mochilita en forma de guitarra le generaba un cortocircuito.

—Pa.... ¿tieda llamando a papi?— Sin intensión, se había quedado por algunos minutos observando a la niña, siendo sacado de sus pensamientos por aquella voz ligeramente preocupada.

Sacudió su cabeza y acomodo sus gafas, marcando una sonrisa tranquilizadora en sus labios.  —Sí, amapola, tan solo es que... No me di cuenta cuándo fue que creciste tanto.

—Ya soy toda una niña gande, midame.— Tallulah saltó de su cama con rapidez, posando con una mano en su cintura y girando para modelar sus ropitas relucientes, cortesía de su tío Techno.

Will solo pudo sonreír y asentir, aclarando su garganta ante el nudo de lágrimas que se había formado en ella.
Colgó la mochila en su hombro, tomó sus llaves y acomodó a Tallulah en sus hombros, ocupando la cámara de su celular para capturar, en una foto de los dos, el momento.
Finalmente, se dispusieron ambos a abandonar el lugar, comenzando la caminata entre conversaciones alegres y recordatorios de parte del castaño.

Decir que Alex estaba estresado sería poco, el chico estaba al borde de estrellar su cabeza contra la muralla, repetidas veces si era posible.
Su función debía ser recibir a los pequeños, tranquilizar a quiénes lloraban desconsolados y darles palabras de aliento a padres desolados, pero su cabeza se encargó de llenarlo de las sensaciones más desgastantes que pudo producir, sumado con su ansiedad habitual.
Caminó a tropezones hasta el patio trasero del establecimiento, recargándose en una muralla mientras intentaba recuperar al aliento que le fue robado, al tiempo que se concentraba en frenar los temblores corporales que le recorrían como escalofríos.

—¡Alex, aquí estás! Te estuve bus-... Lexi... — Reconoció la voz al instante, aún cuando no fue consciente de los pasos que se aproximaban hasta que aquél castaño se encontró a su lado.

Alex soltó un suspiro prolongado, cerrando sus ojos como último recurso, al tiempo que presionaba el listón en su brazo contra su piel. Pudo reunir fuerzas para hablar, intentando tranquilizar al chico al sonreír levemente. — Estoy bien, George, tan solo fue un desliz.

El azabache abrió sus ojos al sentir el aire volver a su organismo, encontrándose con la imagen de aquél castaño con una mueca de preocupación. Abrió los brazos y lo jaló hacia él, abrazando la anatomía de su mejor amigo entre pequeñas risas provocadas por las maldiciones del chico.

—¿Sabías que te extrañé mucho, pequeño George?

—Uno, soy mayor, Dos, soy más alto, Tres, iug. — Pronunció con dificultad al encontrarse apresado por los brazos del más bajo.

Alex soltó el cuerpo ajeno, dando algunos saltos de emoción ante el subidon de energía que la presencia del mayor le producía, frenando sus acciones al escuchar como se abría la puerta principal del jardín y las rejas que lo rodeaban.
Tomó la mano del castaño y lo arrastró hasta la entrada, preparándose mentalmente para enfrentar el día, pero fue interrumpido por las manos de George en sus hombros, girando su cuerpo hasta estar frente a frente.