Capítulo 175. - El favor de Brandon

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La mujer detrás de Janet se rio y enseguida le susurró algo a su amigo mientras esperaban el ascensor.

"Sí, claro que es ella. ¿Dónde estuvo escondida todo este rato? Ahora que esa gente se fue, apareció como si nada".

"De seguro estaba esperando a que los guardias de seguridad alejaran a esas personas. Yo creo que solicitó un préstamo, y no quiere que lo sepamos", agregó el hombre a su lado.

Janet no estaba de humor para discutir con ellos, por lo que se limitó a darse la vuelta e irse por las escaleras. Sin querer pensar en eso, ella decidió concentrarse en el trabajo.

Cuando por fin llegó a su escritorio, nadie se molestó en hablarle. Gerda solía ser una parlanchina que hablaba sin parar. Sin embargo, ese día parecía extrañamente silenciosa. Los demás colegas miraron a Janet por un momento, y después continuaron con su trabajo. Todos parecían inquietantemente tranquilos, como si una tormenta se estuviera gestando para destruir todo.

Janet había sido bastante perceptiva desde que era una niña, y al sentir la extraña actitud de todos, respiró hondo y se sentó a dibujar.

El tiempo pasó tan rápido que en muy poco ya era mediodía.

De pronto el celular de Janet sonó con un mensaje de Brandon que pareció recordarle lo que había estado tratando de olvidar todo el día.

"Escuché que el incidente de hoy tiene algo que ver contigo". Al leer eso, el corazón de Janet casi se le subió a la garganta.

¿Qué podía decirle a su jefe? Después de todo, ella se había convertido en la comidilla de la oficina una vez más.

Mordiéndose el labio, dudó durante mucho tiempo.

Unos minutos más tarde, su celular volvió a sonar.

"¡Respóndeme!". Ella pudo sentir la ira de Brandon en el mensaje.

"Sí, señor Larson. Me disculpo por todos los problemas. Un grupo de estafadores engañó a una anciana de mi familia para que firmara un préstamo, y he estado tratando de lidiar con el problema. Trataré de no causarle ningún inconveniente a la empresa", respondió ella, esperando que el CEO entendiera su situación.

Todos los capitalistas se enfocaban primero en sus intereses, de modo que ella solo oró para que Brandon mostrara misericordia y la perdonara.

Sin embargo, esta vez el hombre no respondió tan rápido como solía hacerlo.

Janet revisó nerviosamente su celular en busca de nuevos mensajes, y la verdad era que cada minuto parecía una hora; aquello era una auténtica tortura.

Después de cinco minutos, la cabeza de la chica comenzó a dar vueltas.

Afortunadamente no se había apresurado a pedirle ayuda a Brandon.

Ella había pensado en explicarle su situación a Brandon para saber si podía ayudarla. Después de todo, él podría resolver el problema sin esfuerzo.

No obstante, se sintió muy avergonzada de pedirle ayuda, pues a fin de cuentas, ella no lo conocía bien. Él no era ni un pariente ni un amigo, y ella ni siquiera sabía cómo lucía.

Ese hombre era su jefe, y no estaba obligado a ayudarla.

Su tortura finalmente terminó cuando recibió otro mensaje de parte de él. "No pienses demasiado en eso. Solo concéntrate en tu trabajo, que nuestra empresa se encargará del asunto".

'¿Qué quiere decir con eso? ¿Acaso me va a ayudar a resolver el problema?', se preguntó ella sin poder creer lo que leía. Ella leyó y releyó el mensaje una y otra vez, y no podía entender por qué Brandon quería ayudarla de nuevo.

Ningún jefe era tan amable con un empleado. Brandon era un hombre de negocios, por lo que Janet pensó que él pondría el interés de la empresa por encima de cualquier otra cosa. Sin embargo, él parecía extrañamente diferente de los demás.

'¿Estaré de alguna manera relacionada con Brandon? ¿Habrá algún secreto del que todavía yo no sepa?', se preguntó.

De todos modos, la idea parecía ridícula.

'¿Pero Brandon no es gay? ¿Por qué está haciendo todo esto por mí?'.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora