Adiós

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Fue el sábado 1 de julio cuando tomó la decisión. Faltaban apenas 30 días para su cumpleaños. Se despertó poco antes del amanecer, como había estado haciendo últimamente. Incluso, estaba de buen humor y planificando mentalmente algunas de las actividades que iba a realizar en el día.

Bebió una taza de café, revisó algunas noticias sobre lo que ocurría en el mundo, solo para mantenerse enterado, "ya que no había manera de poderlo cambiar". Hizo la meditación de la mañana, luego tomó su ducha y desayunó. Realmente pensaba que hoy iba a "comerse el mundo". Pero repentinamente, como le estaba ocurriendo con frecuencia, volvieron otra vez esos pensamientos oscuros a su mente y el mantenía una lucha constante para que no entraran, pero no los podía controlar, simplemente llegaban y se apoderaban completamente de su existencia. Esta vez llegaron con mucha fuerza.

Cuando estos pensamientos llegaban, su mente se convertía en un campo de batalla entre lo que él consideraba lo que debe ser el "bien y el mal", lamentablemente casi siempre, este último ganaba la contienda. Y otra vez empezaban aquellas voces que el solo oía en su cabeza, menospreciándolo, a insultarlo, degradarlo, hasta el punto de no poder ni sonreír, ya que "no tenía derecho a reírse".

Durante mucho tiempo él se mantuvo fuerte y resistía, como podía, esta arremetida. Pero llegó un momento en que ya su resistencia no era la misma. Quizás fue que se rindió, ya no tenía ganas de seguir luchando esta batalla interna, estaba cansado y agotado. Ya no soportaba más esta situación.

Empezó a recordar situaciones del pasado y del presente y se dio cuenta que de nada servían consejos, reflexiones, creencias o lo que sea que "supuestamente" sirven para aliviar ese sentimiento.

Estaba anocheciendo. Después de cenar algo ligero, se vistió y salió de la casa donde vivía, no llevaba maletas, ni bolsos, nada. No llamó a nadie, no envió ningún mensaje, tampoco dejó ninguna nota en algún lugar.

Cuando revisaron su vivienda, todo estaba ordenado y limpio, todo en su lugar. No había nada que indicara alguna lucha o violencia. La última imagen que se tiene de él, es de una cámara de algún vecino que captó el momento en que salió de su casa, revisó sus bolsillos y siguió su camino. Desapareció por completo.

Durante mucho tiempo lo buscaron e hicieron todo lo posible por encontrarlo, pero nunca hubo una respuesta, ni nada que indicara dónde se encontraba.

Al final, solo el tiempo logró desaparecerlo por completo. Ya ni siquiera era el recuerdo de nadie.

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