38. day three

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CAPITULO TREINTA Y OCHO
Día tres

ELIZABETH ESTABA CANSADA DE TODO, SU CUERPO DOLÍA Y SU MENTE SOLO REPETÍA UNA Y OTRA VEZ, COMO UN DISCO RAYADO, todo lo que vivió en la práctica simulada de la universidad

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ELIZABETH ESTABA CANSADA DE TODO, SU CUERPO DOLÍA Y SU MENTE SOLO REPETÍA UNA Y OTRA VEZ, COMO UN DISCO RAYADO, todo lo que vivió en la práctica simulada de la universidad . No había dormido nada durante la noche demostrándolo en sus grandes ojeras que seguramente le pediría a Matthew o alguna compañera de la universidad que le cubriera para evitar dar lástima.

Se sentía agotada.

La universidad la estaba acabando

Estaba dolida y no quería seguir estudiando enfermería, se sentia terriblemente desilusionada de la carrera y las profesionales que la ejercen. Si bien, siempre supo que quería ayudar al prójimo y aligerar la dolencia que padeciera, estas situaciones la hacían dudar al respecto de que si estaba realmente hecha para la carrera.

También se le sumaba el alza del costo que la beca le pedía una vez al año para renovarla.

Estaba aterrada y sin animos de nada

La llave de la regadera esta abierta y el agua corre por su delgado cuerpo, lleva un buen rato bajo la tibia agua intentando ocultar cualquier rastro de llanto y la mala noche, ya que el chico con el que lleva saliendo llegaría en cualquier momento a su nido de amor y no quería preocuparlo por cosas tan tontas. Cuando salió a fuerzas de la ducha gracias a que sus deditos se encontraban arrugados, se colocó un atuendo cualquiera descuidando por primera vez desde que esta con Damian su apariencia; un pantalón holgado amarillo le cubrían sus delgadas piernas, para arriba solo utilizaba una camiseta pabilo blanca y encima de esta un hoodie desgastado gris, optó por colocarse unos de polar y unas pantunflas para mayor comodidad; por un momento dudó de su vestimenta, pero aún así se las situó evitando que las inseguridades la inunden.

Se miró en el espejo con el cabello mojado y despeinado. Las grandes ojeras en su rostro pálido resaltaba aún más la tristeza emanante de sus ojos, el collar de plata colgando de su cuello le provocaba una extraña opresión en el pecho; era el bonito colgante que Damian le obsequió al terminar exitosamente su semestre pasado.

Se aguantó el semestre.

-¿Habibi? -El grito de Damian provocó que se dejara de mirar y se apurara en salir.

-Ya voy

Se aplicó un poco de crema en la cara y se echó el perfume que Damian le había obsequiado.

-Hola Dami -Le sonrió para luego darle un corto besos en los labios. -¿Compraste todo?

-Si, hoy tendremos una noche de cine -Le observó con detenimiento el rostro. -¿Por qué estabas llorando?

-No estaba llorando

-Mhm -Alzó una ceja observandola mientras dejaba de sacar las cosas de las bolsas. -Sabes que puedes confiar en mi ¿verdad?

THE PERFECT GIRL ─── Damian Wayne ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora