punkflower - one shot.

𝕡𝕦𝕟𝕜

Miles recorrió las bulliciosas calles de la ciudad, su traje negro y rojo de Spider-Man se mezclaba con el ambiente de new york. Le encantaba ser un superhéroe, luchar contra el crimen y proteger a los inocentes. Pero había algo que pesaba en su mente que ninguna cantidad de telarañas podía aliviar.

Amor, ese sentimiento que dolía en su pecho e ignoraba constantemente, desde que conoció a Hobie en su encrucijada a través del spiderverse. Una extraña conexión que sentía cada vez que sus ojos se cruzaban, su corazón se aceleraba con cada roce casual e intercambio de palabras. Desde su estilo llamativo, perforaciones en su rostro, chaqueta con inumerables parches hasta su forma de expresarse, esa combinación le resultaba  atractiva, es como si no se esforzara en lo más mínimo por ser cool.

Por otro lado, Hobie admiraba el carácter del chico, se sintió atraído por el espíritu de el arácnido y el deseo de marcar la diferencia, su rebeldía y no seguir lo que le  imponían los demás sobre si mismo.

Con el tiempo, Hobbie y Miles forjaron un vínculo y desarrollaron una amistad que se extendió más allá de su deber compartido como Spiderman. Descubrieron intereses compartidos, desde la música hasta el arte, y pasaron su tiempo conociendose el uno al otro, entendiendo que quizás no eras tan diferentes como pensaban.

Miles se balanceó hasta un edificio y se sentó un momento para observar la ciudad desde lo alto, encontrando tranquilidad en el atardecer, no fue que salió de sus pensamientos que escuchó a alguien detrás de él hablar.

─Hey, me oyes? ─ musitó aquel punk. Miles giró su cuerpo con sorpresa, demasiado confuso para articular una palabra, hasta que palabras volvieron a salir de sus labios. ─ Supongo que es raro verme, no? Pensé que visitarte no seria mala idea ─ el moreno esbozó una sonrisa y metió las manos en su chaqueta.

Miles sonrió ante esto subiendose la máscara, dió pasos hacia él y se dieron un corto saludo. ─ Hobie? En serio eres tú? ¡No puedo creer que estés aquí! Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos. Qué te trae aquí, hermano? ─ Miles dijo, y antes de que siguiera preguntando, el más alto contestó.

─ Es bueno verte también, amigo. Bueno, he estado escuchando un par de cosas sobre ti que has estado haciendo, y pensé que ya era hora de volver a vernos ─ rió algo divertido observando los gestos del menor.

Su conversación continuó, comentando hechos recientes y otros no tanto. Compartiendo ese momento y ambos sintieron que su vínculo se reavivó nuevamente.

Hobie observó a Miles a su lado, el contrario no paraba de hablar sobre algo que no llego a entender, quizá por que presto demasiada atención en sus ojos cafés o en la forma en que sus labios se movían. En qué momento llegó a verlo de esa manera? aún no lo sabe, y sin embargo tampoco le importa mucho.

Miles se giró para verlo y sin esperarlo, Hobie plantó un beso brusco sobre sus labios, tan nervioso como podría estar no lo detuvo y trató de seguir su ritmo, abriendo su boca para dar paso a la lengua del contrario.

El aire a su alrededor parecía cargado de anticipación cuando cerró sus ojos, sus emociones se arremolinaban en una delicada danza. Con una mezcla de nerviosismo y anhelo, cerraron aún más la brecha entre ellos, sus cuerpos se juntaron como por una fuerza invisible. El cuerpo de Miles se tensó , saboreando la calidez de las manos de Hobbie contra su cuello. El mundo pareció desvanecerse, quedando solo ellos dos en ese momento íntimo.

Sus labios finalmente se separaron, la culminación de deseos tácitos y emociones compartidas. El tiempo pareció detenerse mientras se perdían en la intensidad de la conexión. Fue un beso que decía mucho, un testimonio del amor y deseo que habían mantenido ocultos durante mucho tiempo.

Luego de tomar respiración, Miles susurró. ─Lo había deseado hace tiempo, sabes? ─ Completamente acalorado, descargó aquello que queria decir.

Hobie sonrió ante esto y sus ojos brillaron con una mezcla de alegría y emoción. ─ Nunca pensé que sentiria esto, Miles ─ confesó sin más el moreno.

Las mejillas de Miles se sonrojaron con un tono más profundo de rosa y se inclinó nuevamente hacia su toque, deleitándose con la ternura de ese momento.