Odio mi vida. Si. Soy una depresiva total. Y me importa un rábano lo que la gente me diga.
-Cariño, debes tomar estas pastillas.- Me entregó 3 frascos diferentes, uno azul, otro rojo y uno negro, como mis pulmones.-Las azules son para la mañana, debes tomarte 2. Las rojas son para la tarde y debes tomarte 3 y las negras son para...-
-Si. Ya sé. 3 en la noche. Y lo sé Helen, no debes repetírmelo una y otra y otra vez, no soy estúpida, tendré cáncer pero no alzhéimer, no soy pez.-Dije interrumpiéndola, ya cansada de que me repitiera siempre lo mismo todos los meses.
-Lyss, querida, lo hago por que debo, es mi trabajo.-Me dio un beso en la mejilla, me condujo hasta la puerta y se despidió de mí. Ahora sí, comienza mi día.
Llegue a la casa acompañada de Neil, mi madre. Ella es una exigente total, me hace ir a grupos de rehabilitación, hasta me obliga a ver tele todas las tarde sabiendo que solo me gusta leer y estar en mi computador.
Tomé una fruta de la estantería, hoy me tocaba una roja así que tomé una frambuesa. Me senté en el sillón de mi cuarto, donde leo o estoy en el computador y me puse a leer por tercera vez "Bajo La Misma Estrella", me siento identificada con Hazel, aunque mi final no será el mismo, nadie se enamorará de mí, nadie se interesaría por una chica con cáncer etapa tres, todos saben que en esa etapa, la mayoría de la gente muere por distintos factores, la depresión, las quimioterapias que en si son buenas pero hacen daño, los pulmones ya no dan más, quieres morir, ya nadie querría estar con una persona como yo.
Ya han pasado 3 horas y debo tomar un lácteo, me paró de mi sillón, marco la página en donde quedé, me pongo mis pantuflas y voy a la cocina. Al llegar al refrigerador suena el timbre, voy perezosamente a la puerta de entrada y la abro.
-¡Qué haces a estas horas acá!, deberías estar estudiando.- Gritó mi querida madre.
-Hola Mamá, yo estoy muy bien, como siempre, gracias por preguntar.- Dije con ánimos de perros como dice mi madre.
-No estoy para chistes Lyss Colton. Estas con un ánimo de perros hoy.- Como dije.
-Tu eres la que me pone así.- Sentí mi garganta apretada- Tu eres la que jamás se preocupa por mí. Tú eres la razón.- Escupí con desprecio, sintiéndome peor de lo que estaba.-Subiré a mi cuarto, buenas noches.- Subí a mi cuarto seguida de mi perrita Helen, llamada del mismo nombre de mi doctora, esa mujer sí que me escucha y me entiende.
Tomé mi celular y revise WhatsApp, tenía un mensaje de mi doctora.
"Querida, que no se te olvide tomarte las pastillas. Besos."
-Que me importa a mí las pastillas- Dije en un susurro. Apagué mi celular y lo tiré a la cama, me senté en el sillón, abrí mi libro y me dispuse a leer unas páginas más.
Al terminar de leer, me lavé los dientes, me puse mi pijama y me acosté.
-¡Lyss Colton!- No por favor no- A cenar.- MI mamá entró a mi cuarto, sin tocar, y me llevó a rastras a el comedor.- No has cenado y ya te acuestas- Dijo regañándome.
-Tenía sueño,- Me sentó en una silla- Y quería dormir.- Me paso un plato de lasaña.
-Comételo todo.- Y se fue a su cuarto.
Oí que prendía la tele, me pare de la silla, fui al basurero y tiré la comida, lavé los platos sucios que había dejado mi madre sin lavar y me fui a mi cuarto. Me acosté y cerré los ojos esperando poder morir esa noche.
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20 Oportunidades Para Vivir
Teen FictionTeniendo cáncer uno ya quiere morir, teniendo anorexia, teniendo depresión, ella era todo eso. Pensó que todo era verdad, que ella tenía un amigo pero todo fué una farsa, todo fué un plan, fueron 20 Oportunidades Para Vivir sabiendo que su deseo mas...