SIRIUS BLACK METIÓ SUS MANOS A SUS BOLSILLOS, TOCANDO LA PUNTA DE SU VARITA INCENDIADA con un cigarrillo cuidadosamente enrollado. Tomó una calada, inhalando el fuerte humo con minima dificultad.
Un hábito. Y era uno terrible. Tal vez si pretendiera que era simbólico, el mundo quemándose como la punta de su cigarrillo, lentamente infectando los cuerpos de todos los que lo inhalaban, y a muchos que no lo hacían. Vio como el humo bailaba en el aire, dejando la melancolía agridulce lo absorbiera.
A Remus le gustaba fumar mucho más que a él, aunque había sido bendecido con una mayor habilidad en el arte de ocultar. Cuando un profesor estaba cerca, el cigarrillo se extendía y parecía haberse disolvió entre sus dedos. Así que, Sirius siempre era el culpable cuando el olor del tabaco llenaba el aire.
Sirius amaba ver su sonrisa irónica, la torcida ironía que aparecía en sus labios, sarcastica pero no tanto. Oh, al forma en la que te miraba, como si estuviera recordando un chiste local que solo tu eras parte. Una ceja media alzada, como si dijera, qué interesante.
Sabía lo mucho que Remus odiaba sus cicatrices, pero para él, las marcas escabrosas y desiguales eran la cosa más hermosa del mundo. Sirius nunca antes había conocido a un alma más valiente que Remus Lupin.
Ciertamente nunca haba conocido a una alma valiente que solo sonreía con bula, impavido cuando Sirius accidentalmente prendía en llamas los bóxers de James. Nunca había conocido un corazón tan hermoso, endurezco por el mundo que lo trataba con manos tan duras, el tejido cicatricial manchando el lienzo, creando una belleza divina.
No ayudaba que Remus también era locamente atractivo. Sirius no estaría sorprendido si el icor fluyera, como torrentes en casaca de sus heridas en lugar de sangre mortal.
Sirius le dio una sacudida a la ceniza, recordando los dedos ágiles de Remus, ansioso de prender otro una vez que el que estaba usando muriera. Amaba a su sardónico Lunático, siempre un paso adelante, pero siempre impaciente por darte una mano cuando lo necesitabas. Tenía mucha simpatía por aquellos que persistían.
Y siempre podía adivinar cuando lo necesitabas.
Eventualmente, apagó el cigarrillo, desvaneciendo los restos con su varita. No tenía sentido fantasear sobre alguien que sabía que nunca podría tener, a pesar del vacío irregular que lo empalaba al hacerlo.
Necesitaba que Moony sea feliz, era lo más importante. Él se merecía eso.
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JAMES POTTER CORRIÓ PARA SEGUIR SUS PASOS, IGNORANDO SU CLARA IRRITACIÓN.
Brigitte ni siquiera estaba segura de por qué el estaba tan irritado, ya que James había saltado, de forma algo heroica, debía añadir, hacia la bala metafórica.
Tal vez era por eso que ella ralentizó, lo suficiente para que el tuviera unos segundos para alcanzarla. James no perdió tiempo en comenzar con su explicación colorida, pero discordante, completada con gestos de mano violentos.
━━¡Lo siento mucho por lo de la nota! Digo, al comienzo pensé que era genial, pero pensandolo mejor definitivamente no debí haber tratado de hacer un incendio en la mitad del salón de clase de Flitwick. Aunque, no era una mala idea, solo no había sido bien planeado, ¿sabes? ━━divagó, sus ojos iluminados por la posibilidad━━. Oh, por cierto, Sirius de verdad no dijo enserio lo de—
Era difícil mantenerse al día en una conversación con James Potter, sus explicaciones siempre eran muy completas, dando giros y vueltas innecesarios. Brigitte lo cortó con una mirada lo suficientemente afilada para penetra el acero━━. ¿Alguna vez dejas de hablar?
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𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐰𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞, james potter
أدب الهواة𝘦𝘯 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘦𝘭𝘢 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘢 𝘴𝘪 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 𝘢 𝘵𝘳𝘢𝘷𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘫𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳 Nunca te contaron la belleza de una espada de doble filo. Brigitte Alarie nunca hab...