Pérdida

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Su padre asistía con más frecuencia de lo normal, sabía que algo estaba pasando cuando él llegó a medianoche. Inclusive su huella digital estaba registrada en el acceso a la casa.

—¿Qué pasa?—Dijo, viéndolo pasar corriendo

Sarada lo siguió, tomando el frasco de mermelada

Entraron a la habitación de su madre, después de que ella no reaccionara ante su nombre ¿Acaso se habían peleado? Sasuke removió las sábanas intentando sentarla, ahí estaba una gran mancha de sangre que alerto a Sarada, haciendo que el frasco que sostenía en sus brazos resbalara, su madre abrió los ojos rápidamente dándose cuenta de la situación

—Sarada por favor, sal de aquí

Le pidió, apenas podía escuchar su voz, Sarada entro en shock recordando su aborto y todas las escenas que había enterrado; Sasuke intentaba hablarle, pero Sarada no despegaba la mirada de las sábanas y de la pequeña masa que estaba ahí, un coagulo del tamaño de un renacuajo.

Alguien más entro, retirándola de esa escena y llevándosela a su habitación, cuando ella volvió en sí se topó con el cabello blanco azulado de la persona.

—¿Recuerdas algo de lo que dije?—Ella negó, él maldijo por lo bajo se había perdido demasiado tiempo

—Tú mamá tuvo un aborto espontaneo—Le dijo—Estoy aquí para quedarme contigo

—¿Dónde está Utakata?—Suigetsu se desconcertó—Él es quien viene a cuidarme

Se sintió ridícula después de decirlo en voz alta, ¿cuidarla? ¿ella necesitaba ser cuidada?

Suigetsu negó y Sarada reaccionó a la realidad, ellos intentaban tener un bebé, habían escondido su relación ¿Por qué?

—¿Cómo debo sentirme?—Preguntó en voz alta escupiendo las palabras

Suigetsu se rasco la nuca sin saber que decir, probablemente aun no le hablaban acerca de su relación.

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—No sé como agradecerte—Le dijo Sasuke, dándole una palmada en el hombro, Suigetsu se levantó de ahí observando a las personas de servicio pasar de un lado a otro yéndose detrás de ellos

Sasuke soltó un suspiro, venía el trabajo difícil, hablar con Sarada, la veía desde la ventanilla de la cocina, estaba sentada, mirando hacia el televisor, silenciosa, habían decidido mantener la relación en secreto hasta que Sarada se adaptara a la presencia de Sasuke, pero esperaron demasiado tiempo.

Ella estaba ahí en un lugar tan conocido y desconocido a la vez, pensaba en lo que había sucedido y quería descubrir porque le afectaba tanto. No era una escena de crimen para que hicieran tanto escándalo, ni siquiera era tan grabe, solo tenían que remover las sábanas y ya.

Accidentalmente había escuchado la conversación que habían tenido Sasuke y Sakura, pensó que hubiese sido mejor no hacerlo, sintió el dolor de ambos, y la culpa de su madre, ella trataba de explicarle los síntomas y lo tonta que fue al creer que era normal, mientras que él se disculpaba por no poder estar con ella, trataban de conectarse y asimilar lo que estaba sucediendo, dándose apoyo moral, intentando tranquilizarse.

—¿Crees que mi vida podría regresar a la normalidad? —Escupió cuando Sasuke se sentó al lado de ella, no tenía control sobre lo que decía, solo estaba en ese estado donde creyó que lo había pensado, hasta que Sasuke respondió

—No sé a qué te refieras con normalidad

Sarada observaba un punto fijo, pensaba en voz alta, entendió que este no era el momento de centrarse en sí misma y su confusión, quiso ponerse en el papel de su madre, en el dolor que estaría sintiendo y lo difícil que debe ser para ella.

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