Al día siguiente ambos fuimos donde Eos. Cuando Nathan despertó recuerdo que salió de mi pieza rojo, supongo que era raro despertar en una cama que no era tuya. Aún así no mencionó nada y se mantuvo callado todo el día hasta que fuimos a la casa de nuestra amiga. Fuimos los últimos en llegar y parecía que llamamos mucho la atención, también puede ser que la maldición me haga pensar aún más sobre las cosas más pequeñas posibles. Sin decir nada, Nathan se sentó en uno de los sillones, se le dificultó un poco porque no tenía su bastón y ni siquiera estaba intentando ser cuidadoso por donde caminaba. Llamando aún más la atención ya que las chicas estaban sentadas en la mesa de la cocina.
—¿Está todo bien con tu novio? —preguntó Eos.
—No, él está —"Momento"— no es mi novio, no digas eso Sol es mi novia, así que no digas eso
—Era joda calmáte —"Es fácil decir 'es joda' cuando vos no sos el que tiene crisis."— como sea ¿Qué le pasó?
—Descubrió algo no muy lindo —respondí, no quería decirlo por él, no sabía si él quería que lo dijera pero se sentía raro el dejarlo tan vacío.
Voltee a ver a Nathan y él estaba usando sus poderes demasiado, atraía cosas a él sin preocuparse mucho por más que era impreciso y parecía que le dolía "Se delató él solo."
—Descubrió que es un mago —dije mientras veía a Nathan.
—¿Qué? —Eos se veía más en shock que nada y creo que por primera vez desde que la conozco se calló por más de 3 minutos— Tipo, mago, mago ¿En serio? —yo solo asentí para ver cómo su cara mostraba disgusto, un disgusto muy mal ocultado con una sonrisa— Genial
—¿Estás bien Eos? —dijo Flor, pero Eos solo asintió con la misma sonrisa incómoda.
Ella comenzó a hablar unos 10 minutos después. Intentaba decirnos que ahora las cosas cambiaban un poco porque no había tenido en cuenta que Nathan era un mago, que teníamos que hacer otro plan para la maldición y muchas cosas más que no capté muy bien en un inicio. Durante todo el día, sin importar lo que hiciéramos, Nathan seguía en el sillón sentado sin decir una palabra, me gustaría decir que estaba escuchando y prestando atención pero siendo sincero no estaba seguro de esto. Se hizo muy tarde y ya nos estábamos yendo todos, primero Liz, después Flor y ahora Sol.
—¿Querés venir a mi casa? —me susurró Sol unos minutos antes de irse.
—Si quiero pero Nathan está raro —admití, me sentía mal, muy mal pero no podía dejarlo solo.
—Entiendo, sos un genial amigo —dijo ella para luego darme un beso corto– vení mañana o un día de estos, te extraño
—Lo haré lo prometo
Besé la mano de Sol y luego de que se fuera solté un suspiro doloroso mientras me quedaba inmovil para poder calmar un poco la fricción. Luego de eso comencé a juntar y a ayudar a Eos a limpiar su casa, era lo mínimo que podía hacer después de condenarla a tener una maldición. Ella me agradeció pero no dijo nada en todo el tiempo que limpiamos, era un silencio muy presente, no sabía si era incómodo o no, podía serlo o podía ser que a Eos simplemente le gustaba el silencio como a mi. De todas formas en un momento la curiosidad me carcomió y tuve que romper el silencio por más que podía ser de muy mal gusto para Eos.
—Eos —dije viendola y llamando su atención— ¿Segura todo está bien? Hoy estás más rara de lo normal
—Sip, todo perfecto, todo correcto —ella ni siquiera me volteó a ver y por más que no le gustaba el contacto visual ella siempre veía mi ropa cuando me hablaba.
—Eos —ella dejó de lavar los platos y se quejó para voltearme a ver.
—¿Cómo me conoces? Nos conocemos desde hace un mes —se escuchaba molesta, no conmigo pero con la idea de que no podía ocultar sus emociones.
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La Cicatriz
FantasyDylan descubre una extraña cicatriz en su brazo izquierdo, al intentar descubrir que le sucede termina conociendo a una bruja que le deja más preguntas que respuestas. Junto a ella y un grupo de personas que conoce, descubrirán que todos tienen una...