𝗃𝗎𝗌𝗍 𝖺𝗇 𝖺𝗋𝗍𝗂𝗌𝗍.

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Tallulah disfrutaba de haber elegido el mejor puesto en aquellas sillas coloridas, teniendo una perfecta vista a la ventana más próxima y una buena cercanía a la puerta, para ser de las primeras en salir al momento del recreo.
Sacó sus plumones meticulosamente organizados por ella misma semanas antes, escuchando como la sala se llenaba de niños de su edad, sin percatarse del castaño que se mantenía a su lado hace ya varios minutos, en completo silencio.

—Tu color rojo es parecido al del traje de spiderman.

Tallulah dio un brinco de sorpresa, tambaleándose en su asiento antes de golpear como reflejo al chico a su lado, tomando uno de sus lápices para defenderse.

—¡Auch! ¿¡Y eso por qué fue!? —El niño llevó sus manitos a la zona afectada, mirando de forma ofendida como la castaña reía
ante el quejido que soltó, mientras bajaba su arma improvisada y levantaba ambas manos en señal de paz.

—¡Disculpa! Me asustaste, aish. Soy Tallulah Soot, es un placed
conocerte. La castaña le extendió su mano con cortesía, sonriendo hasta mostrar sus dientes.

El chico acomodó su bandana azul y sonrió del mismo modo. —Un gusto Talli...¿thalia?...¡Tallulah! Soy Bobby Lange, fan número uno de Spiderman y de dibujar ¡Tus colores son muy lindos! ¿Puedes prestarme algunos?

Tallulah soltó una pequeña risa ante la emoción del castaño, asintiendo y tomando uno de sus cuadernos con notas musicales en la portada, arrancando una hoja para ella y una para el ajeno.
Ambos comenzaron a dibujar en un silencio cómodo, hasta que una idea se formó en la cabecita del niño y no dudó en compartirla con su nueva amiga.

—Uhm...¿Podrías dibujarme la máscara de spiderman en la cara?

La castaña lo pensó durante algunos segundos, llevando su manito a su barbilla y finalmente asintiendo con emoción. —¡Bien! pero solo si me dibujas notas musicales en toda la carita.

—¡Trato! — Y así ambos niños comenzaron a disfrutar de su lado más artístico, entre conversaciones infantiles que culminaron en el inicio de una linda amistad y un pequeño desastre en sus caritas.

Alex no supo explicar de donde surgió la valentía para coquetear con el padre de una de sus alumnas de forma tan descarada (para él, eso era lo más indecente que había hecho en bastante tiempo) mas aquel lado coqueto suyo se desvaneció en cuanto s...

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Alex no supo explicar de donde surgió la valentía para coquetear con el padre de una de sus alumnas de forma tan descarada (para él, eso era lo más indecente que había hecho en bastante tiempo) mas aquel lado coqueto suyo se desvaneció en cuanto se encontró en un punto ciego para el castaño.
Apoyó su espalda contra la puerta del salón, apresando su labio inferior en busca de ahogar la sonrisa tonta que amenazaba con aparecer en su expresión, al igual que se esforzaba en enfriar la temperatura de su rostro y recuperar su calma.

Respiró profundo y abrió la puerta de la sala, quedándose quieto en cuanto la imagen de George frente a dos niños con sus caritas pintadas llegó hasta él, reconociendo a la castaña con la que había interactuado minutos antes y al hijo de unos amigos cercanos.
Se aproximó con una sonrisa amable en sus cerezos, aguantando la risa que la expresión frustrada de George le provocó, mientras alcanzaba escuchar al mayor proponer con amabilidad que lo acompañaran a los baños a limpiar sus caritas, recibiendo una negativa de ambos.

Quedemos que nuestos pades vean nuestas obas de adte.— Protestó la castaña, cruzando sus brazos sobre su pecho y poniéndose adelante de Bobby, siendo su representante en aquella injusticia (Al menos a los ojos de ambos, lo era)

—Lo sé, pero la tinta de esos plumones se encargará de disolver las múltiples capas de sus pieles y quemará sus rostros hasta los huesos.— A veces se preguntaba si el sentido del humor de George era preocupantemente específico o simplemente incomprendido.

Los niños se le quedaron mirando con expresiones de entre miedo, confusión e intriga, siendo Bobby el primero en acercarse a George y tomarlo de la mano, volteando hacia Tallulah antes de prácticamente huir hacia el baño. —No sé tú, pero mi cara es muy preciosa como para permitir eso.

Tallulah vio con calma como el castaño huía arrastrando al más alto, mirando a Alex en silencio, esperando que el contrario supiera qué quería decir y afortunadamente así fue, con el azabache dedicándole una sonrisa y tomando la mano de la castaña, guiandole hasta los baños más cercanos.

Sentó a la pequeña en el lavamanos, tomando de unos cajones rosados pastel unas toallitas hipoalergénicas, apartando el cabello de la pequeña de su rostro y acomodando su gorrito rojo antes de comenzar a limpiar con delicadeza y paciencia, sonriendo con ternura al ver como la pequeña parecía relajarse al punto de los bostezos.

—Aguanta un poco más, pequeña, en la hora de la siesta podrás
descansar. — Para Tallulah, la voz de Miss. Alex se mantenía lejana y suave, casi como una melodía tenue. Se preguntó en ese momento si aquel chico de carita bonita sería buen cantante.

El ambiente le relajaba de sobremanera, el toque delicado del azabache le recordó a los mimos que su papá le da todas las noches para hacerla dormir, si esto se repetía, no le molestaría ensuciar su rostro todas las veces posibles. También cuestionó si el contrario tenía algún superpoder, porque su papá Will le había contado que todas las mamis tenían el poder de relajar a sus bebés, pero como ella no tenía mamá, él había aprendido para cumplir todas sus necesidades.
La curiosidad de Tallulah aumentó, tal vez Miss. Alex tendría poderes de mamá porque lo era, no parecía tan descabellado, en su cabeza, el bebé de Miss. Alex era muy afortunado por tener una mami tan linda.

—Miss. Alex... ¿usted tiene algún bebé?— Alex tembló antes de proseguir con sus movimientos, con el brillo de su mirada mezclándose con algún destello de tristeza.
Hubiera sido imperceptible, si no fuera porque Tallulah había aprendido a leer a su papá desde siempre, reconociendo aquel sentimiento como el que su papá reflejaba cada vez que ella pedía historias sobre su mamá.

Alexis suspiró antes de sonreír con debilidad, asintiendo levemente, sin frenar sus mimos. —Sí, tuve un bebé, pero él... necesitaba descansar, se quedó dormido para siempre ¿Entiendes? — Tallulah no era tonta, estaba familiarizada con la muerte desde su llegada al mundo, así que entendió rápidamente de donde provenía la tristeza contraria.

Su pechito dolió por algunos segundos, no logró entenderlo, pero decidió hablar con honestidad, no quería dejar a Miss. Alex triste.
—Usted es una mami sin bebé, yo soy un bebé sin mami, mi mami también necesitaba descansar.

Alex la miró a los ojos por algunos segundos, sonriendo con un consuelo que pocas veces había encontrado. No era necesario hablar, pero ambos entendieron que en ese cuarto existía una tristeza similar, mientras Tallulah aprovechaba el silencio para estudiar la posibilidad de convertir a Miss. Alex en su nueva mamá y solucionar aquellas tres parecidas tristezas.

Gracias por leer <3Si alguien vio que publiqué un capitulo nada q ver a medias (ES DE LOS FINALES QKDJWK) no, no lo hiciste

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Gracias por leer <3
Si alguien vio que publiqué un capitulo nada q ver a medias (ES DE LOS FINALES QKDJWK) no, no lo hiciste. :3

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