Jacintos

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Tal vez debió verlo venir de alguien como Itachi, un Uchiha no se salva de la maldición por más talentoso que sea, o por más estoico que finja ser. El tipo tiene tanto amor dentro que destruyó su vida entera por su hermanito, tal vez era cuestión de tiempo que canalizara algo de todo ese sentimentalismo en su cabeza en amor romántico por alguien.

Y da la casualidad de que no es correspondido.

Sus amapolas se han mantenido igual durante veinte años. Obito sabe que eso no es lo común en lo que respecta al Hanahaki; deberían crecer, echar raíces en sus pulmones tan profundo que detengan el flujo de oxígeno, deberían extender sus tallos hasta tapar la tráquea, deberían apoderarse por completo de su cuerpo. No lo hacen, de hecho, apenas las siente allí cuando no las está escupiendo activamente. Solía pensar que era gracias a las células de Hashirama, pero tal vez sea la manera en que Rin se congeló para siempre en el tiempo. Tal vez las amapolas decidieron seguir su ejemplo.

Pero con Itachi no pasa lo mismo. Sea porque no tiene las células o porque su amor sigue con vida, el chico se está deteriorando rápidamente. Tose, se cansa, tiene dolor, pero a pesar de eso, sonríe suavemente por primera vez desde que asesinó a su familia, y dedica miradas bastante reveladoras detrás de esas pestañas. Debe admitir que es muy bueno ocultándolo, pero nada se escapa del ojo de Zetsu, ni el de Obito, para el caso.

Siempre está muy atento a lo que hace Itachi, e Itachi está muy atento a lo que hace él.

Es común que los dos sharingan se crucen con la tensión de una cuerda en el aire, rojo con rojo, mientras el resto de la organización les dan la espalda. "Sé lo que te pasa," quiere transmitir el supuesto Madara, burlón, y en represalia Itachi rodaría y fusionaría sus tomoes en su patrón de mangekyou, como diciendo "no cambia nada."

Es verdad, no cambia nada, pero las circunstancias son casi tan graciosas como tristes. Obito cree que Itachi podría tener una oportunidad si lo intentase, pero parece que no tiene intención en un futuro próximo.

En el fondo, no le importa, pues Itachi lleva un tiempo siendo tan molesto como un mosquito volando cerca de su oído. Pero sería una baja de Akatsuki lamentable, y si no tiene su pelea con Sasuke antes, le complica bastante las cosas.

Afortunadamente, eso no es lo que pasa. Después de una misteriosa y expectante carrera a la que ambos Uchihas estaban atentos, esperando a ver que sucedería primero, los hermanos se enfrentan en la batalla más impresionante que Obito ha visto en años. Pero como era inevitable, Itachi colapsa, vomitando sangre y jacintos de agua.

Otro Uchiha muerto por Hanahaki, cayendo de rodillas frente al niño que una vez lo pensó invencible y habiendo tenido a su enamorado y posible cura al lado durante años. Obito piensa que es bastante trágico.

Jacintos [Hanahaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora