Larry entró al salón, y las miradas de las chicas y los chicos quedaron fijamente en él. Un chico alto con el pelo largo y una mirada penetrante, ojos café oscuros y un muy buen estilo del vestir se presentó ante sus ojos.
Sal al ver que Larry había aparecido no estaba contento, ya que el padre le había dicho que no llamara la atención con Larry ya que no quería levantar sospechas ni de él ni de Larry.
Profesor: ¿Qué se le ofrece muchacho?.
Larry: Vine a hablar con un compañero.
Todas las chicas se enamoraron a primera vista al escuchar la voz de ese castaño delgado y sexy apoyado en la puerta del salón.
Profesor: Sigan copiando lo que está en la pizarra muchachos, yo hablaré con el joven.
Todos siguieron escribiendo, y mientras Sal lo hacía deseaba que no lo llamaran a él para hablar con Larry, ya que sino todos iban a ver que el "raro monstruo del salón" estaba hablando con un chico sexy y alto.
Profesor: Oye Sal, ve a hablar con el joven, el te esperará fuera del salón.
Larry sale del salón para quedarse esperando a Sal, mientras que Sal ni quería levantarse de su silla, ya que sabía que le vendrían un montón de insultos a sus espaldas.
Travis: Buena suerte... monstruo.
Sal escuchó eso, y las ganas de llorar llegaron de vuelta, miró al profesor para que este hiciera algo, pero solamente apartó la mirada para después sentarse en su asiento junto a su escritorio. Sal salió fuera del salón y cerró la puerta, para después ver a Larry abriendo sus brazos esperando un abrazo, y así fue. Sal comenzó a llorar fuertemente con ruidos y respiraciones mientras abrazaba fuertemente a Larry.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Larry al ver a Sal desesperado le tomó la mano y comenzó a caminar así con él hasta salir al patio de recreos del instituto. Se sentaron en una banca que estaba cerca de dos árboles y Sal comenzó a llorar aún más desesperado. Larry con sus brazos fuertes atrapaba el cuerpo de Sal con el suyo mientras lo escuchaba llorar gravemente, hasta que no aguantó y le quiso hablar para saber qué había sucedido, ya que lo único que se pasaba por la cabeza de Larry era "seguro tuvo que ver algo con el estúpido de Travis".
Larry: No digas eso Sal, a mí me encantas, me encanta todo de ti, no digas esas cosas, ¿te molestan de vuelta?.
Sal: Siempre lo hacen, no paro de llorar en el baño todos los días, me dan patadas me hunden la cabeza en el inodoro, ¡Ya no lo soporto más, ME GUSTARÍA ESTAR MUERTO!.
Larry al escuchar la última parte de lo que dijo Sal, enseguida se dio cuenta que el autoestima de Sal estaba mucho más baja de lo que aparentaba. Decidió subirle la prótesis y darle un beso profundo para que se calmara, y lo logró. Sal estaba dejando de llorar... y al terminar el beso enseguida se puso su prótesis de vuelta y pudo hablar con claridad.
