Un chico de Westalis y una chica de Ostania se conocieron en un campamento y, sin saberlo, plantaron una semilla que, al principio, no parecía tener importancia. Pero, con el tiempo, lo que habían iniciado creció en algo más profundo: una historia q...
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—Escúchame bien, Anya.
—¡Papi!
Él se dio por vencido al intentar dialogar con la niña y continuó corriendo, sacándolos de los pastizales. Había sido una fortuna que la chica entre sus brazos leyera la mente del científico y le hubiera advertido sobre la explosión.
Aunque no estaba orgulloso de estar en manos de ella para sobrevivir.
«Podría llegar más rápido al bosque sin el peso extra de Anya».
—¡Papi malo! —se quejó la niña—. ¡Anya no es pesada!
Su reacción fue comenzar una serie de murmullos incomprensibles.
«¿Qué descuido fue ese, Twilight? Un espía como tú no debería olvidar que tienes a una chica que puede leer la mente».
Handler le había dicho que la infiltración en el edificio del Proyecto Apple era solo para recopilar información, como cualquier otra misión. Pero Twilight sabía qué había más en juego.
Se sabía que, durante la guerra, los países experimentaban con armas, y algunos políticos de Westalis financiaban proyectos peligrosos. La mayoría de estos proyectos habían sido cerrados, pero el Proyecto Apple seguía en marcha, lo que lo hacía muy peligroso. El mejor espía de WISE tenía que intervenir para acabar con el Proyecto Apple.
No obstante, la intervención se redujo a Anya y él huyendo, lo cual no era lo ideal, pero era necesario para sobrevivir.
Finalmente, Twilight se detuvo al borde del bosque y se volvió para mirar atrás. Aunque el edificio del Proyecto Apple solo era una débil luz de fuego a lo lejos, aún tenía sus dudas sobre si estaban a salvo.
—No siento a nadie cerca, papi —dijo la chica, consciente de que observaba el paisaje.
—Ya te dije que no me llamaras así —la reprendió—. Soy un espía, no tú...
—Anya tiene hambre —lo interrumpió, y su estómago emitió un sonido.
Twilight suspiró cansado, sin entender cómo había terminado con una chica capaz de leer mentes que le había salvado la vida. La filtración había iniciado a través de los túneles que conectaban con la antigua zona de experimentos. Desde allí, tomó el traje de un vigilante nocturno y avanzó hacia el lado oeste. Sabía por investigaciones previas que necesitaba obtener un pase para acceder al lugar.
Cuando entró en la sala de descanso, se encontró con unas quince personas. Twilight se acercó a la mesa de aperitivos y estaba a punto de empezar a escuchar cuando una alerta roja sonó y las luces del techo comenzaron a parpadear.
—¡Salgan! ¡El lado este está en peligro! ¡El lado este...!
La comunicación se cortó y nadie respondió. Las expresiones de las personas presentes lo dijeron todo y la sala se volvió un caos. A esas personas les importaba más salvar sus vidas que cualquier cosa en la que estuvieran trabajando. Incluso dejaron caer un pase al suelo, que Twilight recogió aprovechando la confusión para seguir hacia su objetivo y terminar rápido.
—¿Qué? —murmuró Twilight al chocar con algo. Al bajar la mirada, no creyó lo que veía—. ¿Qué haces aquí?
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Nota de la autora: No tengo mucho que contar más que una curiosidad y es que hasta ahora esta es la única historia donde he tocado el proyecto Apple y el pasado de Anya en profundidad.
