-¿Cómo se llama?.-
-Que pesado que eres, Gabriel.-
-Sabrina, no entiendo el drama. Quiero saber con quien estarás por si llegara a suceder algo.-
-No voy a morirme mañana.-
Me miró a los ojos con furia, sus palabras me dolieron pero también me sentí molesto. Estaba actuando de forma infantil.
-¿Por qué lo haces parecer algo grande? solo estoy pidiendo un nombre.-
-Un nombre que no voy a decirte porque es cosa mía.-
-¿Pero de qué va todo esto?. Me haces desconfiar y además me dices a la cara que no confías en mí lo suficiente para decirme el nombre de la persona con la que estarás. ¿O acaso se trata de un chico?.-
Revoleó los ojos y me dio la espalda entrando a la cocina.
-Déjame en paz.-
-Es eso, se trata de un chico, ¿verdad?. ¿Qué tendría de malo eso?.-
-No-se-trata-de-ningún-chico.-
-Entonces dime un nombre, Sabrina. Quiero irme tranquilo de que si algo llegara a suceder me enteraré rapidamente. ¿Podrías ponerte en mis zapatos un momento?.-
Lo pensó unos segundos y muy contra su voluntad me dio lo que le pedía.
-María.-
-¿Ella vendrá aquí o irás tú a su casa?.-
-Vendrá aquí.-
-¿Su apellido?.-
-No lo sé.-
Reprobé su respuesta con un gesto.
-Su número de teléfono.-
-Ya te estás pasando, no soy un bebé o peor, una discapacitada.-Sus ojos se pusieron rojos y su mentón tembló.-Voy a darle a ella tu teléfono por si algo sucediera y eso será todo.-
-No eres nada de eso, pero necesito cuidarte.-
-Ni mi hermano sería tan insoportable como lo eres tú.-
-Sabes que si.-
La tomé en mis brazos y apoyó la cabeza en mi hombro.
-Te quiero mucho, Gabriel.-
-Y yo a ti. Necesito cuidarte, eres lo único que tengo en el mundo.-
-Lo sé.-
A las 5.30 de la mañana sonó la alarma de mi móvil, tenía que desayunar lo más rápido posible y correr a la terminal del centro, el primer bus partía a las 6.30.
Me vestí con mi ropa cómoda sin descuidar que fuera presentable. Quería que aquellos hdp me vieran bien.
Encajando en la sociedad.
Mordí el último trozo de tostada mientras me cubría con el abrigo y buscaba las llaves. Revisé mentalmente la lista de cosas que no podía permitirme olvidar y cuando estuve seguro abrí la puerta, volviéndola a cerrar con cuidado de no despertar a Sabrina.
Bajé las escaleras y mis ojos dudaron por un segundo de lo que tenían enfrente.
Azul miraba los timbres con duda en el rostro.
Abrí la puerta y sonreí sin entender nada.
-¿Qué haces aquí?.-
-Ay, hola. No está tu apellido ahí, y no sabía cual tocar.-
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Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)
RomanceLlegó el momento de conocer la historia de Gabriel. (Secuela de "Soñándote despierta") Azul irrumpirá en su vida convirtiéndose en un problema más, de los miles que ya tiene. Toda su realidad se encuentra de cabeza luego de un hecho poco claro y gra...