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¿Volveré a verte?

Siempre que tú quieras...

No recordaba cuándo ni dónde se conocieron, pero jamás olvidaría sus frías y ásperas manos, su tez pálida surcada en pecas y los susurros de su voz arrullándola con palabras. Tampoco olvidaría los tantos momentos que pasaron juntos a lo largo de los años, las risas discretas y carcajadas sonoras, los enfados repentinos, los instantes de tristeza.

Cuando lo conoció supo que ya nunca estaría sola, pues sería su refugio en los tiempos de tormenta, el abrazo que te envuelve y te trasporta, esa historia que embelesa. Se convirtió en el afán de aventura y en el ansia de saber, y cuando se sentaban juntos y él le narraba miles de hazañas, ella solo podía dejarse llevar a esos páramos lejanos, a esos bosques frondosos y olvidados, a los lagos de agua cristalina, al inmenso mar salado.

En esos años, y guiada por su mano, también comprendió lo que era la amistad, y lo que se paga en ocasiones por ella, entendió la importancia de la confianza, y las repercusiones de no seguir tus principios. Intuyó los límites del ser humano y la fragilidad de su alma, las dificultades que a veces nos rodean y van dejando meya, las pérdidas, la soledad, el miedo, pero también aprendió que la oscuridad no es eterna, y la luz siempre resplandecerá con fiereza, mostrando un camino próspero, una aventura nueva.

Años después conoció el amor, ruborizando sus mejillas con cada palabra descrita, acelerándole el corazón con cada tenue caricia, avanzando lentamente por cada uno de ellos, los infantiles y traviesos que roban besos, los amores jóvenes, eternos y férreos, los amores alocados y efímeros, los que cruzan fronteras, los que incendian reinos, incluso, los que quitan la vida y arrebatan sueños.

Él fue mentor en tantos sentidos, fue amigo y conocido, fue acompañante y guía, le regaló sueños y travesías, le instruyó en los quehaceres de la vida, estuvo siempre a su lado, con distinta forma y nombre, pero siempre él. Porque un libro no es solo papel, es magia e historia, entendimiento y sabiduría, es esperanza y complicidad, es amor, es amistad, es todo lo que tú quieras soñar, por sí, querido amigo, un libro es el sueño despierto y la ilusión hecha letra.

 ¿Volveré a verte?
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