Un mensaje entró a su celular minutos antes de ingresar a aquella ceremonia, sabía muy bien de quien se trataba, pero no podía seguir dándose esperanzas de que podría dejarlo todo para huir con aquel hombre.
— No puedes flaquear ahora, Kagome, tu padre ya firmó el acuerdo y de paso te arrastró a ti —se dijo a si misma mientras apegaba el teléfono a su pecho y cerraba los ojos, un suspiro escapó de sus finos labios.
La vibración del aparato le avisó de la entrada de un nuevo mensaje, la curiosidad por saber lo que tenía aquella persona para decir se hacia cada vez más grande. ¿Estaría dispuesto a ir por ella? ¿sería capaz de interrumpir la boda con tal de llevársela? No lo sabía, pero si ella se lo pedía, él haría hasta lo imposible.
Titubeó unos minutos antes de desbloquear la pantalla del celular para observar los mensajes que recientemente habían sido recibidos. Allí estaba. Aquel hombre que la hacia suspirar de amor nuevamente le escribía. La desesperación era latente, sabía que estaba mal lo que hacía pero ¿Qué sucedería si abandonaba aquella ceremonia?
Miró la aplicación con lágrimas en sus ojos, no quería llorar, no quería arruinar el maquillaje que llevaba. Respiró repetidas veces en busca de calmarse, consiguiéndolo un par de intentos después, procedió a entrar al chat y leer los mensajes.
"Tú sabes que eres solo mía, no puedes dejar que la locura de mi madre nos arrastre a un final tan lamentable."
"Kagome, no puedes casarte, sabes que esta mal, ambos lo sabemos."
"Solo dime que huirás de aquella ceremonia y yo iré por ti, sabes que el dinero nunca ha sido importante para mí, no puedes casarte con él."
"Sé que estas leyendo mis mensajes, pero aunque no me des una respuesta concreta, te estaré esperando a la salida en un auto negro, lo nuestro no tiene por qué terminar así."
— ¿Qué estas haciendo? —tan rápido como escuchó aquella voz bloqueó el teléfono y lo escondió a un costado de su abultado vestido.
— Solo estaba tomando un poco de aire antes de iniciar la ceremonia —respondió lo más tranquila que pudo, no quería que el hombre que tenía en frente se hiciera una idea equivocada.
— Vamos, debemos iniciar la ceremonia, ya estas retrasada por cinco minutos —la regañó el hombre con severidad— no puedes arruinar esto, es lo mínimo que me merezco después de tener una hija tan ingrata —agregó sujetando con fuerza excesiva el brazo de Kagome.
Ambos caminaron por un pasillo adornado con fragantes y frescas rosas, la alfombra que cubría el camino hacia el altar estaba perfectamente lisa, las bancas a los costados estaban repletas de personas que Kagome ni siquiera conocía. Una vez terminado el trayecto, el hombre entregó a la joven e iniciaron la ceremonia que se llevaría a cabo.
Kagome observaba como el cura pronunciaba cada una de las palabras, pero parecía no escuchar con claridad. Su mente divagaba en cómo es que todo había resultado de aquella manera y no podía evitar sentir que estaba cometiendo un gran error al estar parada en aquella lujosa sala junto al hombre equivocado.
— Sí, acepto.
Aquellas simples palabras retumbaron en sus oídos, sus ojos se dirigieron involuntariamente hacia quien había pronunciado aquella corta frase en busca de lo que su corazón tanto anhelaba, pero no estaba ahí. El hombre que amaba no se encontraba junto a ella en aquel día tan especial.
— Señorita Higurashi —escuchó que la llamaban a lo lejos, sus sentidos aún no se encontraban del todo preparados para lo que vendría a continuación— señorita Higurashi ¿podría responder a los votos? —agregó la masculina voz intentando no sonar demasiado brusco.
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✧ Matrimonio ✧
FanfictionDe pie frente al altar se encontraba una azabache siendo inundada por sus dudas, sabía que aquella decisión no había sido por cuenta propia y que estaba obligada a casarse por aquel contrato firmado por su padre. ¿Podría simplemente pensar en su fel...