Una historia Omegaverse, dónde dos lobos están destinados a salvar a las manadas pero no todo será fácil para ellos, además, ¿Podrá su amor ayudar a la profecía?
Una historia de mi completa autoría.
Contenido +21.
No acepto copias ni adaptaciones.
A...
Todas las miradas estaban en ella y eso la ponía más nerviosa, Jungkook estaba luciendo muy apuesto allí en el altar. Al llegar él la recibió con una sonrisa y tomó sus manos para colocarse cada uno al lado de Baba.
Mientras ella recitaba los votos, ellos no dejaban de mirarse.
—Ahora repitan, yo... Y digan sus nombres.
—Yo, Dilraba Danrah.
—Yo, Jeon JungKook.
—Prometo amarte y cuidarte por el resto de mi vida —continuó Baba.
—Prometo amarte y cuidarte por el resto de mi vida —dijeron al mismo tiempo.
—Que la diosa de la Luna sea testigo de esta unión —siguió Baba.
—Que la diosa de la Luna sea testigo de esta unión —dijeron de nuevo los novios.
—Y que este amor sea hasta que la luna ya no exista.
—Y que este amor sea hasta que la luna ya no exista —volvieron a decir los dos.
Entonces ambos colocaron sus manos al frente siendo atadas con una bufanda roja, y en dos copas le sirvieron vino, para que ella le diera de beber y luego él le diera de beber a ella.
—Ahora puedes besar a tu Omega, Jungkook —Baba se echó un poco hacia atrás y les dejó espacio a ambos.
—El momento que tanto había esperado —le dijo toma do su mejilla suavemente para acercarla y poder besarla.
Sus labios se unieron en un beso suave mientras la manada aullaba fuertemente. Inmediatamente se fueron hasta el lago donde se bañarían con la bendición de la diosa Luna. Ambos bajaron lentamente hacia el agua hasta quedar dentro del reflejo de la Luna, dentro del reflejo el lado de Jungkook se volvió rojo, el agua era completamente roja y los ojos se Jungkook comenzaron a brillar rojo y unas venas rojas aparecieron en su cuerpo.
Al mismo tiempo Danrah estaba experimentando lo mismo, su lado estaba de color azul, un azul rey, haciendo que sus ojos brillaban de ese mismo color, llenando su cuerpo de unas venas azules. Todos los presentes estaban asombrados por lo que estaban viendo, todos conocían la historia de los progenitores y era como si lo estuvieran viviendo en este momento, así que por respeto todo se inclinaron a tierra, está era una unión que solo la diosa puede romper.
En cambio desde lejos Inguk veía aquello con rabia, como era posible que no solo ellos se habían burlado de él, sino que ahora resulta que ambos son la reencarnación de los primogenitores. Irene y Lara tampoco estaban feliz con la situación cada una debía hacer algo solo que no sería tan fácil como pensaban.
