¹². cariño

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Pete no duró demasiado en el hospital, los acompañó durante el traslado de la señora Jaidee a una clínica especializada y allí, Vegas dijo que debía retirarse ya que Kan lo necesitaba para una reunión. Así que Pete decidió que era buen momento para irse.

—Sube, te llevo— le dijo Vegas al llegar a su moto.—¿A tu casa?

—No, no, en realidad, debo ir a otro lugar. Voy por mi cuenta.

Vegas lo miró con el ceño fruncido.—¿Estás seguro?

—Estoy seguro— respondió Pete juguetonamente.—No te preocupes por mi, Veg.

El mayor soltó una risa ronca, tomando a Pete de la cadera y pegándolo a su cuerpo, todo esto lo hizo apoyándose de la moto. Pete rodeó el cuello de Vegas con sus brazos y le miró con un poco de altanería.

—No me digas así.

—Es tu nombre, Veg.

—No— se quejó.—Me gusta como suena mi nombre completo en tus labios, no lo cambies.

—Vegas— pronunció Pete lentamente, su boca rozando suavemente la del contrario.—¿Así te parece bien?

—Mh, no.— Vegas fingió pensarlo, sus manos aferrándose a su cadera.—Dilo como si te murieras por mi. Así como siempre lo dices.

Pete se separó un poco y lo miró con ojos abiertos en sobremanera, para darle una palmada en el hombro de Vegas en reprimenda, arrancándole una carcajada.

—¡Yo no te digo así!

—Claro que si, llámame como si fuese tu oxígeno, tu razón de vivir, el que pone las estrellas en el cielo...

—Vegas, ya. Yo no te digo así.

Vegas, como el imbécil que es, continuaba riéndose del sonrojo que inundaba las mejillas de Pete. El mayor afianzó su agarre en las caderas de Pete y se inclinó lo suficiente para besarlo, cosa que si le gustó mucho al menor.

Pete entreabrió sus labios y le correspondió el beso cariñoso que le estaba dando Vegas, la sonrisa se le escapaba entre el beso, sintiéndose muy tierno y querido en momento, hasta que Vegas movió su mano derecha, recorriendo toda su espalda hasta llegar a su nuca. Jadeó por la sorpresa cuando lo tomó del cabello de su nuca y apretó lo suficiente para inmovilizarlo un poco, cosa que dejó a Pete con los nervios alborotados.

—Vegas— susurró.

—Así, bebé, just like that.— le murmuró de vuelta con una sonrisa perfecta de come mierda. Maldito arrogante.—Me encanta que me llames así.

Pete soltó un gruñido lleno de vergüenza ante la manera en que si había dicho el nombre de Vegas, y no podía creer que de verdad lo estuviera llamando de esa manera todo este tiempo. Cómo si realmente lo necesitara.

—Ya, cállate.— se quejó alejándose del apretado abrazo.—No digas más.

Vegas lo sostuvo de la mano y entrelazó sus dedos.—Pero me miras tan bonito cuando me dices así.

Pete rodó los ojos y le sacó el dedo del medio con su mano libre. Vegas alzó la mano que sostenía y la acercó a sus labios, dejándole un beso en el dorso de la misma.

—Pete— susurró Vegas, pegando la mano del contrario en su mejilla.—¿Mantienes todo lo que me dijiste ayer?

—¿A qué te refieres?

—Uhm, ya sabes. Lo que me dijiste.

El menor dió un paso más cerca de Vegas y acunó su rostro con cariño, los ojos del Theerapanyakul brillaban tan lindos y le hizo sonreír con dulzura.

(don't) let me go [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora