1. Rompimiento y ¿Repostería?

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"Terminamos" Esas fueron las únicas palabras que escuché del discurso de diez mil palabras de Eric.

Lo que pensaba que sería una noche romántica viendo películas y siendo consolada en los brazos de mi novio, o ahora exnovio, se había convertido en una noche triste siendo dejada por el que había sido el amor de mi vida por casi dos años.

—¿Por qué? — Pregunto en voz baja, casi susurrando.

No entendía la razón de esta repentina separación, entre ellos las cosas iban de maravilla, a pesar de todo los problemas que había tenido estas últimas semanas me había encargado de que nada de eso afectara su relación, siempre tuve tiempo para él.

—Mic, Cariño —susurró Eric mirándome con ternura y acariciando mi mano. Como si le preocupara.

Si le preocupara tanto no me estaría dejando.

Lo odio, odio como me está dejando, pero de igual manera sigue mirándome con los mismos ojos de cachorro como la primera vez.

Falso.

— Sabes muy bien que ya no es lo mismo, hace tiempo que lo nuestro no es igual —dijo con tranquilidad, como si estuviera hablando del tiempo o del trabajo, como si no me estuviera rompiendo el corazón.

Suficiente.

Ya tuvo suficiente de todo esto. Cuando observo que Eric nuevamente abre la boca para decir más excusas, me voy.

Me voy con tanta rapidez que incluso me sorprendo a mí misma. Puedo escuchar como Eric me llama, pero no me importa, solo quiero huir, huir de él.

Salgo del apartamento con tanta prisa que termino chocando con una mujer casi tumbándola en el proceso.

—Lo siento, lo siento.

Me disculpo varias veces, me siento culpable al ver como se tambalea levemente, y mi culpabilidad aumenta al ver que se trataba de una señora ya mayor.

—¿Se encuentra bien? — pregunto agarrándola por los brazos para tratar de estabilizarla.

—Sí, hija, no hay nada de que preocuparse, solo fue un pequeño golpe. — Contesta mientras se endereza la falda, y se apoya de un bastón.

—¿Lo dice en serio?

—Sí, chica, hace falta más que un pequeño empujón para tirar a esta dura anciana — bromea.

—Bueno. — digo no muy convencida.—Aun así, ¿Hay algo que pueda hacer por usted?

— No, no, no te preocupes, estoy bien — contesta, y se aprieta algo al pecho, no me había dando cuenta hasta ahora, pero en su mano izquierda tiene varios papeles pequeños, parecidos a un volante. Y de repente los ojos de la mujer se iluminan bastante, como si se acordara de algo importante.

— ¿Sabes qué? De hecho, hay algo que si puedes hacer por mí —dice mientras me extiende unos de sus volantes. —He pasado el día entero tratando de conseguir aunque sea un estudiante, pero parece que a nadie le interesa. Me ayudarías mucho si aceptaras, o si no puedes, al menos trata de recomendárselo algún amigo o conocido.

Curso de Repostería
Por Soledad Hernandez

Te enseño hacer galletas, bizcocho, postres, pays, flan, etc.

Desde las 2:00 PM hasta las 4:00 PM.

Lunes a jueves.

Solo por 40 dólares mensual.

Quito mi vista del papel y la dirijo a ella, esta me mira con unos ojos suplicadores, que se me hace imposible negarme.

—Estaría encantada de inscribirme en su curso, señora Soledad. — Le sonrió.

Genial, hace solo unos 10 minutos estaba siendo dejada por mi ahora exnovio, y ahora está inscrita a un curso de repostería.

Pasteles De Limón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora