Bloody Justiciar

...but love isn't something you choose...

Hola!! Aquí les dejo otro capítulo (tengo que editarlo así que puede que falten algunas tildes y tenga uno que otro error gramatical)! Mi semestre inicia mañana así que ahora tendré menos tiempo para escribir, pero intentaré actualizar al menos una vez en semana.

Besos!!!

(...)

"...but love isn't somethingyou choose, you catch it like a disease, you get trapped in it, like adisaster."

Su respiración entrecortada resonaba en sus tímpanos, sus pulmones dolían, los músculos de sus piernas suplicaban por un descanso, sudor descendía por su sien, deslizándose por su cuello, uniéndose al sudor que ya manchaba su camisa. Podía escuchar pasos a lo lejos, aullidos cada vez más elevados, los gruñidos amenazantes de la bestia que habían atacado el auto cuando iban de camino a la mansión Addams. No había salida...no podrían escapar. Una mano se cerró alrededor de su muñeca, bajó la vista a los oscuros ojos de la vidente, quien apoyó una mano de su rodilla, respirando con dificultad, rostro sudado y labios entreabiertos en busca de aire.

-          Tranquilízate. Tienes que transformarte...

-          Es luna de sangre. – debatió la rubia lanzando una rápida mirada hacia la luna.

Enid no había tenido una transformación normal; no solo se había transformado mucho más tarde que todos los lobos de su clan, sino que su transformación no fue durante una luna común sino bajo la luna de sangre. Los ancianos de su clan decían que los lobos de luna de sangre eran feroces como ningún otro, propensos a perder el control con facilidad...estaban conectados a la muerte y constantemente serian tentados a cometer los más atroces actos. Durante años, la joven ojiazul había ignorado tales declaraciones, afirmando que esta luna no era más que otra luna, pero a medida que sentía su llamado, el ardor que recorría su sangre y los colmillos presionando dentro de su boca, consideraba las declaraciones de los ancianos ciertas.

-          Enid, mírame...- Addams le sujetó la mandíbula, y la loba mostró sus colmillos por instinto. No hubo miedo o duda en los oscuros ojos que parecían ver su alma. – Corres más rápido en tu forma lobuna.

-     ¡Mierda! No sé si lo perdí. – declaró Yoko apareciendo entre los arbustos. - ¿Qué ocurre, lobita?

-          La luna. – explicó Wednesday, y Enid lo agradeció porque los colmillos en su boca le hubiesen dificultado el hablar.

-          Eh...las orejas son mala señal ¿cierto? – cuestionó la vampira.

Se escuchó un ruido, una pisada sobre las ramas caídas. Las orejas de Sinclair se movieron con nerviosismo, captando el sonido en un instante. Finalmente, rendida ante la atracción de la luna roja, Enid permitió a su loba emerger de su prisión. Sus huesos se dislocaron, la piel dio paso al delicado pelaje, garras filosas y peligrosas no tardaron en revelarse. En un instante, la loba había surgido, dando un salto hacia adelante e inmovilizando en un segundo a la persona que había asomado entre el espeso follaje, sus filosos colmillos desnudos de manera amenazante mientras un gruñido bajo y furioso escapaba su garganta. Mientras ella viviese, ningún peligro llegaría a Wednesday Addams, el descubrimiento le golpeó con fuerza; aunque había intentado ignorarlo ya no podía. Al paso de las semanas, sus sentimientos habían evolucionado de un fuego consumidor a un calor protector, pues no existía fuerza en el mundo que pudiese haberle impedido desarrollar sentimientos por la hermosa pelinegra.

(...)

- Lupa mia (mi loba)...- jadeó Addams, sus uñas hundiéndose suavemente en el cuero cabelludo de la loba, quien, sobre su cuerpo desnudo, llenaba de besos su mandíbula y hombros, dejando besos que no dejarían evidencias una vez hubiesen abandonado los aposentos de la pelinegra. - mords moi (muérdeme)