Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]

capitulo 29

Grecia - Santorini.
Septiembre /2023.
Antonio.

- Ya esta algo estable - Comienza hablar el doctor - Las heridas se cerraron, las quemaduras se curaron y necesita reposo por el aborto realizado de la peor forma - lo veo de golpe.

- ¿Aborto?

- Así es y tampoco veo muy alentador la movilidad de sus brazos, tiene que tener mente abierta para lo...

Lo apunto y el hombre suelta el historial que cargaba en la mano.

- No me da la perra gana de tener la mente abierta ¿Comprende? - Asiente.

- Tiene que someterse a mas de seis meses de terapia intensiva.

- Quiero un traslado - medio me volteo.

- La chica está muy débil y no veo con....

Le suelto un tiro y las personas se detienen, ya no estoy para aguantar idioteces.

- ¿Tengo que pedir que me traigan a otro o que Mierda? - llega uno apuntado por mis hombres - Quiero un maldito traslado - Asiente y lo sueltan.

Bajo el arma y sale corriendo. Ya que va a vivir no lo va hacer como una miserable así tenga que cambiarle todo el puto cuerpo.

¿Aborto? ¿Estaba embarazada nuevamente? ¿De mi?

Claro que tiene que ser de mi. ¿Quién más la va a preñar si no soy yo?

Los hackers siguen mandándome informes que no me molesto en leer. Pienso en lo que una vez el abuelo Antonio me dijo y tenía razón a veces es mejor cortar el problema de raíz así que mando una orden clara para Anker.

El hijo de Carlo no es un problema ahora pero a futuro si y no es algo que puedo tener así que al parecer tendré que hacer una parada en Roma, Carlo al fin va a tener lo que se merece al lado de su padre e hijo.

Los prisioneros ya no sirven así que mando a que los quemen y le pongo precio a la cabeza de mi hermana.

Unas de las cosas que felicito a Isabella es que tiene a todo el mundo criminal con una correa en el cuello. Nadie se atreve a opinar o dar un paso sin que ella lo autorice y ahora que volví lo que ha echo tiene más peso.

Lo que me manda una corazonada con mucha más fuerza lo que se me pasó por la cabeza anoche porque todo esta revolución que se creó en los italianos de la nada tiene que tener un porque y no creo que sea por lo hijo de perra que es mi mujer.

Mando a matar algunos jeques de Irak por andar de ayudadores en mi contra. Aquí me apellido se respeta y el que no lo haga se explota, se quema o se corta, así de simple.

Veo el chat de Avonf y apago el celular respirando hondo, me lo quitaron y se la llevaron.

Massimo llega a mi lado y dejo que me abrace quitándole la botella de ron que carga, no me gusta que lo ingiera para apaciguar lo que siente. Con Isabella aprendí que si tapas un daño con otro nada bueno sale de ahí y no quiero que mi hijo se vuelva un alcohólico ya que me he dado cuenta que toma casi todo el día, de forma discreta para que nadie se de cuenta.

Tal vez Isabella no se da cuenta pero yo sí,  a mi nunca se me escapa nada.

- Lo extraño - nuestro verde se conectan. - Extraño al tío Avonf - pone su cabeza en mi pecho abrazándome con fuerza.