DLC - Minsung

Cuatro

Song recomendation: Shadow — Seventeen

Jisung caminaba por los pasillos de su universidad, escuchando una canción de Ariana Grande, la próxima canción que bailarían en 1million, repasaba mentalmente los pasos, mientras se dejaba llevar por la música.

Su hombro chocó con el de otra persona y se apresuró a sacarse los cascos y disculparse, viendo que con quién se había chocado, era con el primo de Seungmin.

— Lo siento hyung, no miraba por donde iba... — Jisung lo vio apagar la música de su teléfono también y sonreirle, por un momento al chico le temblaron las piernas como si estuvieras hechas de gelatina, si bien era cierto que lo había negado rotundamente frente a Seungmin y a Hyunjin, el primo de su amigo no le era para nada idiferente.

— Yo tampoco estaba prestando atención — Dijo Minho alzando uno de sus auriculares, viéndose notablemente avergonzado por ello después, Jisung sintió que lo comprendía más de lo que había pensado, Minho parecía ser tan introvertido como lo era él.

— ¿Estudia aquí hyung? — Rápidamente trató de cambiar de tema, algo que los mantuviera hablando el mayor tiempo posible, Jisung aún no quería irse, quién sabría cuando podría volver a encontrarse casualmente con él.

— Qué va, mi padre quiere que me centre en el boxeo, vengo a entregarle un pen drive con algún proyecto de clase a Seungmin... ¿Vas a verlo hoy? Quizás podrías dárselo tu de mi parte — El chico asintió, su siguiente clase sería dentro de quince minutos, y vería a Seungmin allí, pero fingió no saberlo para alargar el pequeño encuentro fortuito.

— Claro, sin problema — Minho le agradeció con una sonrisa, y dejó la memoria USB en la mano extendida de Jisung.

Por un momento, sus manos rozaron, y por asquerosamente cursi que pudiera sonar, Jisung sintió "chispas", quizás solo fue electricidad estática, pero se sintió como una señal bastante clara para él.

— Yo... tengo que volver al gimnasio, tengo una competición la semana que viene... — Minho se veía tan nervioso como él, tenía las puntas de las orejas rojas como tomates y Jisung no evitó pensar que se veía realmente tierno, le gustaba que las pintas de chico malo del chico fueran solo eso, mera apariencia.

— Suerte con el entrenamiento hyung... fighting — Respondió Jisung con un puñito en alto, tratando de luchar consigo mismo para no hacer el ridículo.

Se arrepintió al momento y decidió despedirse rápidamente y salir corriendo con la excusa de que llegaba tarde a su siguiente clase, corrió como si le fuera la vida en ello, hasta que sintió que se le caerían las piernas, descansó unos segundos, tratando de recuperar el aliento antes de entrar a clase, probablemente fuera de los primeros.

— ¡Jisung! — Escuchó la voz alegre de su compañero de clase, y trató de mantener la compostura frente a él.

— Me he encontrado con tu primo, me ha dicho que te de esto ¿Es la exposición de hoy? — Preguntó él tratando de hacerle conversación a Seungmin.

— Si... Le llamé hace un rato, me habéis salvado los dos de un suspenso seguro.

— El Minsung a su servicio — Seungmin levantó una ceja mientras trataba de esconder una sonrisa, Jisung trató de callarlo sin mucho éxito.

— Con que no te interesa mi primo... Han Jisung, que mentiroso. — Respondió él dando un suave golpe en el hombro de su amigo con el propio, estaba logrando asimilar bastante bien todo aquello, solo había necesitado algo más de tiempo para entenderlo apropiadamente.

— Cierra el pico Kim Seungmin, no quiero hablar de eso — Jisung parecía sinceramente molesto por la situación y con una última risilla, Seungmin decidió dejar el tema por la salud mental de su único amigo.

Minho llegó rato después al gimnasio, saludó rápidamente a su padre y a un par de instructores que recién comenzaban a trabajar allí, pasó al baño, cerrándose nervioso en uno de los cubículos. Sus orejas lo delataban, rojas como tomates maduros, apoyó la cabeza en la puerta del cubículo, tratando de calmarse antes de ir a entrenar.

El amigo de su primo lo ponía nervioso, desde aquel momento en ese mismo baño... Se abrió a él como no lo había hecho ni siquiera con Seungmin, Jisung era la primera persona junto a la que se había permitido llorar y ahora no podía dejar de pensar en él, los pensamientos de "Me siento cómodo con él" comenzaban a transformarse en horas de admirar su sonrisita feliz en las covers de YouTube, su forma de bailar... todo de él.

— ¿Qué demonios me pasa...? — Revolvió el pelo de su cabeza, tratando de sacudir a Jisung fuera de ella.

Él sabía lo que pasaba, comenzaba a gustarle el bailarín, pero si bailar era un pecado imperdonable para su padre, no quería imaginar lo que ocurriría si se enteraba de los pensamientos que estaba despertando en él un hombre.

Cubrió sus manos con esa benda que tanto le recordaba que carecía de alas para volar y hacer lo que él quisiera, esas eran las cadenas de su padre, atándolo al boxeo y a aquel gimnasio... Si perdía el próximo enfrentamiento, su padre se enfadaría, si se saltaba un entrenamiento, también, si dejaba el boxeo y lo cambiaba por el baile se volvería loco, y si decía en voz alta que comenzaba a sentirse atraído por una persona de su mismo sexo, lo echaría directamente de casa.