Toxic Yanderes (AquaxKazuma)

PRÓLOGO

Entonces será hoy, lo tengo decidido.

Nunca pensé que podría encontrar a alguien quien pienso que es realmente tonta, pero hace que mi corazón se vuelva loco por ella.

Tengo tanto miedo por mi vida, al parecer estoy extremadamente nervioso. Pero ya dije que preferiría intentarlo, y aunque sé que una vez no funcionó para mí, estoy seguro que con ella será diferente. Eso espero.

Ya todos lo saben, yo mismo se los dije a todos mis amigos, qué me estaba enamorando de esta chica, ha pasado tanto tiempo, y hoy por fin se lo diré, le diré lo que siento.

—...

¿Por qué me detengo? ¿Por qué no me atrevo? ¿Por qué no soy tan audaz? ¿Cómo puede ella estar tan fuera de mi alcance? Bueno ella es una Diosa, supongo que es normal que tenga todos estos pensamientos. Se acabaron los nervios, no puedo ocultar más estos sentimientos dentro de mí.

Muy bien, ella está ahí esperando. Estoy listo, solo espero que ella pueda sentir lo mismo que yo.

Aqua, y pensar que todo este amor comenzó después de mi muerte. . .

. . . Cuando alguien me habló repentinamente en un cuarto puro de blanco, me sentí muy confundido. Sobre todo por el repentino cambio de eventos.

—Kazuma Satou-San, bienvenido a la vida después de la muerte. Desafortunadamente, tú has muerto. Puede haber sido corta, pero tu vida ha terminado.

Aquel día había muerto por primera vez, y en ese cuarto en el que me encontraba estaba un juego de escritorio de oficina y una silla, y quien anunció que mi vida había terminado estaba sentada en esa silla.

Si existiera una Diosa, ella debe de serlo. Eso fue lo que pensé en el instante en que la vi.

Su belleza estaba más allá de las ídolos que salen en televisión, ella tenía un glamur que sobrepasaba a los humanos.

Su cabello largo y azul se veía suave y fino.

Parecía que tenía mi edad.

Ella no era demasiado rellena en los pechos ni demasiado escasa. Tenía un hagoromo violeta cubierto sobre su ropa.

La belleza parpadeo sus ojos que eran del mismo color azul aqua que su cabello, mirándome a mí quien no sabía que estaba sucediendo.

—Di-disculpe... ¿Pu-puedo preguntar algo?...

Recordé todo lo que paso antes de que muriera, y le pregunté tartamudeando a la bella chica que me seguía mirando y poniendome nervioso por ello.

—Por favor, adelante.

Su voz y cada una de sus acciones eran perfectas. Me era difícil pensar en esos momentos de nervios.

—La-la ay, la camión que salve de la chica ¿esta bien?

—¿Qué?

—¿Eh?...

—...

Qué estupidez había dicho en aquel entonces.

—Te refieres a qué le paso a la chica a la que empujaste ¿verdad?

La hermosa chica se levantó de su asiento y se acercó lentamente hacia mí diciéndome lo que yo trataba de decir hace unos momentos.

—S-sí... Disculpame por favor por mi desorden. (soy tan tonto, tan estúpido...)

Me maldeci murmurandome con la cabeza cabizbaja. Y no estoy seguro, pero sentí que aquella chica me había mirado con lastima.