Las pisadas eran pequeñas. Casi imperceptibles al pertenecer a dos piecitos diminutos.
Aún así, Taehyung las había escuchado. Como cada noche hace ya un par de semanas, estaba en su despacho en la tercera planta de su enorme casa, a oscuras. La única luz siendo la de la chimenea encendida. Sentado detrás del amplio escritorio de roble y vidrio, tecleando en su computadora y firmando documentos de papel grueso, con sus lentes de descanso y la expresión seria. A su espalda estaba el enorme ventanal que mostraba la copa de los múltiples pinos del jardín en la zona de bosque en la que vivían, la luz de la luna resplandecía junto a las estrellas y el reloj de Londres deslumbraba aún estando tan lejos juntos a los demás edificios.
Más pisadas. Taehyung se permitió sonreír, sin quitar la vista del papel en sus manos. Lo firmó con pereza y cerró aquel portafolios de cuero, dejándolo a un lado justo a tiempo cuando la puerta del despacho fue empujada y las feromonas dulces llenaron el espacio, mezclándose con las del Alfa.
Desde la altura de su escritorio, Taehyung no podía ver más que algunos mechones dorados alborotados, el dueño de ellos parado debajo del umbral.
"Papi" Llamó una suave vocecita, ligeramente temblorosa. Un sorbeteo de mocos y las pisadas se acercaron al pie del escritorio.
El calor del fuego logró iluminar el perfil del cachorrito, y Taehyung confirmó que lágrimas rodaban por sus mejillas y moquito líquido brillaba en su naricita enrojecida.
Echó su silla hacia atrás, palmeando sus muslos cubiertos por aquel pantalón de pijama. Jungkook trepó de inmediato al regazo de su mayor, sin soltar aquel peluche que era su adoración desde que Taehyung se lo había regalado hace dos semanas. Uno original de Disney, Tigger de Winnie The Pooh, la película favorita del pequeño Kim.
El Alfa acomodó el cuerpo frágil en su regazo y lo acurrucó en su amplio pecho, rodeándole y protegiéndole con sus brazos. Jungkook ronroneó, olfateando en medio de sus pectorales. El peluche de Tigger quedó en medio de sus torsos, calentito y llenándose de las feromonas del Alfa, por lo que el cachorro luego hundiría su naricita arrugada en la cabeza de felpa, encantado.
"Mi pequeño tesoro" Murmura Taehyung, y aunque su voz fuera seria y ronca el cachorro percibió el cariño y cuidado en ella, así que sonrió "¿pesadillas otra vez?"
"Uhum..." Asiente, volviendo a la mueca triste y el pucherito con el que entró a la oficina "Papi está muy lejos de mi cuarto, tu aroma casi no se siente hasta allá. Tuve mi-miedo... y otra vez no estabas en t-tu cama" Refunfuña, aplastando su mejilla regordeta contra el pecho firme.
Taehyung sonríe ante el gesto del menor, acunando su otra mejilla entre su gran palma y pellizcándola con la suavidad justa para causar risas agudas. Infla su pecho con orgullo, su lobo satisfecho.
En el tiempo que llevaba Jungkook con él había mejorado considerablemente su salud bajo el cuidado de los mejores doctores de Inglaterra. Había subido de peso y tenía un rostro adorablemente redondo y regordete, con ojos felices. Tal como un niño debía ser.
El Alfa sube su palma al cabello de su cachorro, acariciando.
"Papá está trabajando. Por eso no estaba en mi cuarto, debo terminar cosas importantes aquí"
Jungkook gimotea, y el sonido es suficiente para que Taehyung se sienta genuinamente ansioso. Presiona sus labios en la frente del menor en un tierno beso, arrullándolo.
"Papi siempre está trabajando... y a-además trabajó todo el día"
Lo sabía. Y lo odiaba. Pero su trabajo no era precisamente de doctor o abogado.
Siente la culpa inundarle y su lobo ruge furioso por la sola idea de que el cachorro se sienta abandonado.
Taehyung se aclara la garganta, y con cuidado peina los cabellos dorados hacia atrás. Luego, acuna los esponjosos mofletes entre sus palmas y hace que el menor le mire.
"Lo siento, ¿sí? Me he descuidado" Jungkook le ve con ojitos brillantes, y Taehyung no puede creer la alegría inmensa que llena su pecho. "¿Tienes sueño todavía, cariño?"
Para contestar, Jungkook bosteza tal cachorrito. Sus ojos se entrecierran y los párpados se notan pesados.
"Sí, papi. Tengo sueñito... pero mi cuarto da miedo."
Taehyung sonríe, comprensivo. Al pequeño le encantaba su cuarto. Era animado y muy bien organizado, lleno de juguetes y peluches, con luces coloridas colgadas en los ventanales y lámparas colgantes que simulaban nubes. Además del papel de pared con temática de 'El Bosque De Los Cien Acres', como el cuento del osito Pooh. Una enorme cama llena de mantas suavecitas, alfombra mullida en el piso, un columpio colgando del techo simulando una rama de árbol y más luces pequeñitas con forma de luciérnagas. Todo estaba diseñado para que se sintiera como un cuento infantil, por lo que era realmente cálido y reconfortable. Taehyung se paseaba todos los días para crear un territorio alrededor y perfumarlo con sus feromonas, así que Jungkook jugaba contento en el día. Sin embargo, en la noche el cachorro era vulnerable a la soledad y siempre encontraba la forma de despreciar aquel ambiente y buscar los brazos y el regazo cálido de su papá.
Taehyung siempre estaría ahí para arrullarlo.
"Entonces" Deposita otro beso en sus cabellos "terminaré este último asunto y dormiremos en mi cuarto, ¿qué dices?" Jungkook sonríe, adormilado.
"¿Abrazaditos?"
"Sí, mi amor. Abrazados"
"Sí, papi... sí quiero..."
La vocecita se va apagando hasta que suaves respiraciones abandonan sus labios. Tiene los párpados relajados y la boquita entreabierta, a veces su nariz se arruga y sonríe contento por las feromonas de protección que le envuelven.
Taehyung abre un cajón en su escritorio y saca una de las mullidas y esponjosas mantas que Charlotte, la única mucama que trabajaba en su hogar y cuidaba de Jungkook cuando él no estaba, se encargaba de guardar allí por orden de su jefe. El Alfa ya tenía como costumbre trabajar con su pequeño en su regazo, ya sea dormido o jugando.
Cubre la espalda de Jungkook con la manta y da caricias en su nuca, dejando un último beso en sus cabellos y concentrándose en teclear y teclear y teclear en su computadora. El cachorro dormita tranquilo y seguro en sus brazos, el calor de la chimenea y la noche estrellada presente detrás del ventanal.
Los pinos se balancean en un suave vaivén ante la brisa nocturna, y cuando dan las dos de la mañana Taehyung cierra la computadora y alza en brazos a su cachorro profundamente dormido. Cruza la casa a oscuras, pasos firmes y lentos con tal de no despertarle. Entra en su enorme habitación y sin pensar en nada más se mete en la cama con Jungkook aferrado a su pecho. Lo abraza, protegiéndolo de sus pesadillas y del frío, frotando la punta de su nariz en su mejilla para marcarle con su aroma, asegurándose así de que el menor esté a gusto el resto de la noche.
"Buenas noches, cachorro" Jungkook responde con un murmullo algo torpe en sueños, Taehyung se ríe, enternecido "Sh... aquí está papá, todo está bien. Descansa"
Aquí está papá. Sí, Jungkook sabía que mientras papá estuviera ahí todo estaría más que bien.
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mockingbird › taekook
Fanfictionkim taehyung es un alfa tan poderoso como peligroso. su nombre es murmurado en las calles de londres, temido por los policías, deseado por la alta sociedad y venerado por los pobres. un hombre que se sabe anda en asuntos un tanto... sucios. "mami di...