El cumpleaños 9

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(Prometo que actualizaré sobre la boda, mi inspiración se fue de sabático)

Cuando Fundy tenía 2 meses su padre lo dejó, el no tenía cuidado con su familia y Wilbur mismo admitió que no estaba listo para un bebé. Una mañana, mientras su propia familia dormía empaco su maleta con ropa, tomó su guitarra, su camioneta, y preparó el desayuno una última vez.

Mi nombre es Sally, Sally Salmon, como el pescado. Tengo 29 años, mi exmarido tiene 30 años, mi hijo tiene 8, pronto cumplirá nueve.

Cuando tenía 18 años, aún siendo joven y estúpida, me enamoré de un tal William, el parecía un sueño, ojos ámbar, pelo rizado, preciosas alas negras, tenía todo lo que podía desearte en un hombre, y yo solo quería algo, su amor. El tiempo pasó, a los 20 ya estaba casada y a los 21 tenía mi primer bebé.

Cuando lo traje al mundo tenía los ojos azules, y el pelo rojizo, hoy mi querido Fundy tiene el pelo algo más naranja y ligeramente oscuro, además de ojos verdes, heredados de mi. Al nacer le otorgaron un nombre equivocado, es más, le otorgaron el cuerpo equivocado, pues mi querido zorrito, se llamaba Samantha.

Mi pequeño siempre ha sido muy creativo, el y yo jugábamos a toda clase de juegos, la cocinita, a la casita, escondidas y más, claro, siempre y cuando mi trabajo me dejase, fui madre soltera hasta que Fundy cumplió los 7 años, hasta que Fundy decidió contarme algo. En aquel verano que empecé a tomar clases de musica tenía unos 17 años, cuando porfin emprendí con mi academia musical tenía 20 y algo, menos de 25 e de aclarar, mi hijo aún no podría participar en ella, pero tan pronto pudo lo enseñe a tocar canciones en múltiples instrumentos, en muchos, menos la guitarra, la cual me recordaba a su padre.

Recuerdo que Willam me conquisto con música, me tocaba hermosas melodías, y cuando vio a su, en ese entonces, hija por primera vez, le escribió una canción, aún tengo la partitura, y el aún le toca esa canción a mi hijo. Me molesta que se vean, pero justo a esa parte de la historia voy.

Tenía unos seis años cuando Fundy me lo dijo, jugábamos a la casita, yo era la hija y el era mi "madre". Amaba llegar a casa y verlo reír, verlo preguntarme por mi trabajo, el siempre tuvo una vivaz imaginación y un gran corazón, el era tan creativo que lo tome como un juego. Un día, lo vi jugar en una fiesta, las niñas en un grupo y los niños en otros, el se fue con los y me hizo prometer no mencionar los juegos de casitas y eso, yo le hice caso, desde ese día note su comportamiento, y me hice un lema, ¿o un juramento quizás?, era, "Yo, Sally Salmon, cuidare a mi hijo.

Mi hijo tenía unos siete años cuando me dijo que el no era una niña. El yrabajo aquel dia habia dido abrumador pero tome con calma a mi niño, y lo intente ayudar, el estaba llorando y me dijo que había buscado, no había apoyo en esta ciudad, de hecho, estaba prohibido esos tratamientos, tanto en menores, como en adultos. Sus lágrimas, sus lágrimas de aquella tarde de otoño me partieron el alma, y prometí que le ayudaría.

Meses de investigar después, y ya con un niño de ocho años decidí que no podría ayudarlo, no en esta ciudad, pero aquí estaba mi trabajo, mi academia de música, y mi vida. Me dolía ver a un niño de ocho años llorar por la dismorfia, mi niño lloraba al verse en el espejo con el uniforme femenino, pero no había nada que pudiese hacer. Intente ir a protestas, mande correos, hice análisis, pero todos respondían igual "Es una etapa" ¡¿DISCULPA?!

Creo que conozco bien a Fundy, y lo conozco lo suficiente para saber que este era él, este era mi niño, este era mi hijo, Pero creo que me equivoco, o eso decían todos.

Semanas han pasado despues de que mi academia empieza a florecer, decidí investigar sobre ciudades que permitieran a mi hijo transicionar, y encontré algo "Stoneblossom", allí mi hijo podría recibir tratamiento, pero había algo, nunca volvería a entrar a la ciudad, o al menos hasta sus 18 años. Me dolía ver esos resultados, mi hijo, se irá, y no había nadie que... su abuela. Pensé antes de tomar la desición más importante de mi vida.

Era su cumpleaños número nueve, Fundy y yo fuimos a Chuck E'Chesse, el amaba ese lugar, el ratón siempre me recordó a ese tal "Freddy" pero no importa, solo necesitaba pasar tiempo con mi hijo, cosa que hice en aquel "pizzoso" establecimiento. De camino a casa veía a mi hijo con su mochila en la mano, nos dirigíamos a la frontera de la Ciudad Esmeralda, saqué algunos billetes de mi bolso y pagué, eran alrededor de las 5 de la tarde, mi hijo hablaba de lo que haría tan pronto se "volviera un niño de verdad", cuantas ganas no tenía de decirle que ya lo era, y no las suprimi, em respuesta sus orejas de zorro se sacuden alegremente, su cola sigue ese ritmo y le sonrió. Me dolía saber que no vería esa sonrisa en un largo tiempo.

Me dolió decirle a mi hijo que nos ibas a separar, era un día lluvioso, nuestro hogar estaba oscuro, Fundy me mira asustado, lo abrazó, siento su cabello, siento su miedo, le acaricio su cabeza "Ya paso" le digo, el sigue temblando, le tiene miedo a la oscuridad, "Mami, ¿Puede volver la luz?" Me pregunta mi retoño yo asiento y chasqueo los dedos, la luz regresa. Los ojos de mi pequeño se abren, me ilumina el alma ese mirar tan dulce y tan tierno, "Mamá ¿Crees que soy un buen hijo? ¿Aún si no soy un chico de verdad?" Me duele ver que mi propio hijo se diga eso, así que lo tomo en sus manos y beso su pequeña frente "Fundy, se que eres muy pequeño para esto, pero si tu dismorfia es tan mala... ¿Te gustaría que te operen? ¿Te gustaría iniciar tratamiento hormonal?" Se que sonare negligente al preguntar esto a un niño pequeño, pero el fue el que me dijo de ello, no se si eso lo haga "menos malo", yo solo le ofrecí algo que el sugirió.

Ese recuerdo me llegó a la mente mientras conducía, eventualmente llegué a la casa de la Señora Kristen, ella siempre me agrado, preguntaba por Fundy, lo veía con cariño, y me agrada saber que dejaría a mi hijo en buenas manos, o eso creí. Luego vi esa van, y lo vi bajar con flores en las manos "¡¿Sally?! ¡Que agradable sorpresa!" Me dijo, intente calmarme, y volví a hablar con Kristen y El señor Philza, pero entonces vi a Fundy correr a los brazos de su padre, el lucía tan féliz, me hervía la sangre de ver que mi hijo se divertía con este, tipejo, no pregunto por su hijo ni una vez pero se toma el privilegio de abrazarlo, para hecharle más sal a mi herida veo que Fundy pregunta "¿Me veo como un chico?" Wilbur responde con un asentimiento y con una falsa historia de comprar cosas azules¡¿PERDONA?!. YO compre todo, claro, el dinero era tuyo, pero yo  me mate cuidando a Fundy, yo llore con el, YO SI ERA SU MADRE.

La señora Kristen me sugirió irme ya, acepte de mala gana y me dirigí a mi hijo, Wilbur dejo ir al pequeño y lo tome en mis manos "Mami" "¿Si mi niño?" "¿Me vas a extrañar?" "Mi niño" le digo a Fundy, "Sabes que no me iré, estoy contigo en las flores, en los bosques, en el viento, estoy en tus juguetes favoritos, en tus meriendas de mediodía, en tus postres, me tendrás mientras lloras o ríes, en rabietas y celebraciones, yo no me iré de tu lado, me iré de este lugar, porque" y luego lo abrazó, "Los humanos tienen el corazón en un lado del pecho, y al abrazar a alguien tienes dos corazones, y el corazón es donde se concentra el alma, así que cada que te abraces, tendrás una parte de mi alma, ya que te doy mi corazón", mi hijo ríe, y vuelve a su padre.

No se que habrá hecho Wilbir con mi hijo, si lo cuida bien, pero si hizo que aprendiera bobas canciones, canciones inspiradas en lo que yo dije, porque el no podría sentir esa paternidad con Fundy.

El no lloró en su casa cuando le quitaron a su hijo, no lloró cuando veía el "Chuck E'Chesse" favorito de su hijo, no lloraba con los juguetes de su pequeño, no le dolía ver la silla del comedor vacío, y por eso, solo por eso, y porque pasa tiempo con mi hijo, envidio a Wilbur.

Ha pasado un mes desde que dejé a mi niño, hoy llegará un nuevo grupo de alumnos, ojalá llegue a ver a mi hijo en uno porque sería lindo tener a quien querer pues-...

Un niño llegó, tiene un violín muy lindo, dice llamarse Tubbo, el se ve... ¿Cómo Fundy..? Tiene esos ojos verdes, oliva, pero verdes, pelo revoltoso y chino, café claro, pero revoltoso, esa sonrisa... es como la de Fundy...

Es como Fundy...

Hasta dice que su padre es ausente... así que...

Debo cuidarlo como a Fundy. Independientemente de todo daré la vida por él, a menos que mi verdadero hijo se interponga en el camino.

Protegeré  a mis niños.






























Sally 🤝 Doña María
(Aceptar a sus hijos aún si su
entorno es hostil hacia ellos)

Lágrimas de estrellas, Corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora