¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MIGUEL SALIÓ CORRIENDO DETRÁS DE MELODY CUANDO SUS OJOS se conectaron con los de ella pero al cruzar la puerta de su departamento parecía que la chica se había esfumado. Dio vueltas entre el grupo de gente buscando a aquella chica de pelo castaño, pero no fue capaz de localizarla.
Soltó un suspiro de fastidio.
Había estado toda la noche pensando en Melody, pendiente de la entrada. Incluso cuando estaba hablando con aquella —bastante atractiva, eso sí— desconocida. No tenía muy claro si había coqueteado con ella porque lo único que él intentaba era ser amable y no hacerle el feo a Hawk ya que él los había presentado. Sin embargo todo se torció cuando la chica se le lanzó y su cerebro se confundió tanto que pensó que estaba besando a la chica que había estado en su mente toda la noche.
Cuando escuchó el nombre de 'Melody' salir de los labios de Chris, supo que no era así y que había metido la pata hasta el fondo con ambas chicas. Así que, después de disculparse rápidamente con la desconocida, salió disparado a intentar arreglar las cosas con la chica a la que sí conocía. Y demasiado bien.
—Hey, ¿has visto a Melody? —le preguntó el ecuatoriano a Hawk, el cual jugaba al beer-pong.
—No, no la he visto en toda la noche. ¿Por qué? —cuestionó el chico de la cresta, un poco extrañado por la expresión preocupada que tenía Miguel en el rostro—. ¿Ha pasado algo?
Antes de que Miguel pudiera responder o explicarse, el grito de un desconocido llamó la atención de ambos.
—¡Pelea!
La cabeza de los dos chicos salió disparada hacia el punto en el que todo el mundo se estaba reuniendo.
—¿Qué?
Sam corrió hacia ellos con preocupación.
—Creo que es Melody —Dijo la chica con el pánico en su rostro antes de que los tres saliesen corriendo hacia aquel grupo de gente.
Melody nunca se había dejado llevar por la rabia en una pelea. Siempre veía a sus amigos siendo guiados por el enfado durante un enfrentamiento. Miguel contra Robby, Johnny contra Daniel, Robby contra Miguel, Tory contra Sam, Tory contra ella misma...
Nunca había entendido cómo una emoción tan fea y potente era capaz de tomar las riendas de todo tu cuerpo y envenenarlo con ganas de herir a otra persona.
Nunca lo había entendido hasta ese momento.
La confesión de Tory había llegado a una parte de su cerebro a la cuál nunca habían llegado otras palabras. Lo único que sabía era que algo había hecho 'clic' en su mente, y que todos sus demonios habían sido liberados.
