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Aviso que está historia es completamente mía!!

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Chuuya se encontraba en el escondite de la Port Mafia, estaba en una oficina elegante, parecía una habitación, era grande, con unos sillones alcochonados color rojo vino, también, había un típico escritorio y ahi estaba Chuuya, sentado en su silla, mirando para las ventanas traseras, observando la luna y las estrellas. Se escucharon unos pasos cerca y luego que lentamente se abría la puerta, Chuuya no se movió o hizo algún movimiento, seguía sentado mirando para las ventanas traseras, hasta que se escuchó una voz un poco chillona.

— Chuuyaa~ — Dijo un chico de pelo marrón, el peli naranja no se movió de su lugar y habló desde ahí.

— ¿Qué quieres... Dazai? — Pregunto sin rodeos para luego girar en su silla y mirar al otro hombre parado enfrente suyo.

— Ay! Por lo menos hola... Hace mucho tiempo no nos vemos! — dijo con un puchero absurdo.

— Nos vimos hace unas semanas porque me habías pedido dinero. Será por lo mismo que vienes aquí? — dijo con una mirada seria, sin despegar sus ojos de Dazai, quería saber si era eso lo que necesitaba.

— Bueno, tienes un punto. Bueno, la verdad es que si, necesito más... Jeje — Dijo mientras pasaba su mano por su nuca y ponía una sonrisa nerviosa mientras esperaba la respuesta del otro.

— ¿Es en serio Dazai? ¿Solo vienes a mi en busca de dinero? ¿Piensas que soy tu cajero automático o qué? — Exclamó con una voz gélida, que hacía que la piel de Dazai se congelara. Se levantó y se dirigió hacia él, quedando cerca, muy cerca de su cara.

— Si quieres dinero, te lo daré, pero quiero algo a cambio — Su voz sonaba pícara, mientras que también se formaba una sonrisa en su rostro, Dazai lo tomó en broma, sabiendo como era Chuuya.

— Vamos Chuuya! ¿Le harás pagar a tu amigo? — Comentó con una sonrisa burlona en su rostro.

— No estoy jugando, Dazai. Ese es mi trato, ¿quieres dinero? Tendrás que cumplirme algo, sino, no hay nada. — Indicó mientras se cruzaba de brazos y giraba — Es un trato justo — Habló devuelta un poco distante.

Dazai se quedó pensando en que hacer, sabía que Chuuya no lo obligaría a matar alguien, pero intentaba adivinar que querría el peli naranja. — ¿Qué quieres entonces? — Preguntó un poco más nervioso que antes.

— Me alegra que preguntes... — Dijo mientras se acercaba a su escritorio y de ahí sacaba unas esposas con peluche, se acercó al oído de Dazai y susurró — Quitate la ropa, te voy a follar — enviando un escalofrío a Dazai al sentir el susurro tan obsceno.

— Jajaja, Chuuya, vamos, no juegues y dime que es lo que quieres — Dijo soltando unas risas mientras golpeaba la espalda de Chuuya.

— ¿Piensas qué estoy jugando? — Preguntó mientras se alejaba de él para ver su expresión, que con aquellas palabras había cambiado.

— ¿D-de en serio dices eso? — Preguntó Dazai más nervioso que antes, él pensó que era una estupida broma y que en cualquier momento la diría y los dos se reirían.

— Yo no juego con mis tratos, Dazai, ¿quieres dinero? Haz lo que te digo. — Exclamó para luego sentarse en un sillón mientras encendía un cigarro y esperaba la próxima acción de Dazai.

Tanto Dazai, seguía sin saber como reaccionar o que hacer, Chuuya era el que siempre le daba dinero y sabía que si le preguntaba Akutagawa le diría un rotundo no. Dazai soltó un suspiro y luego empezó a quitarse la camisa y el resto de su ropa, quedando así en ropa interior, la cual era negro con el elástico blanco. Chuuya sonrió — Muy bien Osamu... Ahora ven y siéntate... — Dijo mientras palmeaba sus piernas.

Todo tiene su precio [Chuuya x Dazai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora