Pienso que cuando dormimos nos convertimos en dueños de todo, nadie nos puede decir que está bien o que está mal mientras soñamos porque simplemente ni siquiera nosotros somos responsables de eso.
Oliver Reyes.Sky Vega.
Veinte de agosto, 20.27 horas.
Cuando entre en el coche me di cuenta que esta vez Nelsybel era la que iba al volante.
—¿Qué haces? —le pregunté alarmada.¿Alguna vez has ido con alguien que conduce como si quisiera suicidarse?
Así conduce Nelsybel, no me gusta ir con ella al volante, es suicidio.
—Ponerme el cinturón de seguridad —me recomendó Nelsybel —, tú también deberías usarlo.
—No —le digo a Alexandre que estaba poniendose el cinturón en el asiento de copiloto.
—Fue una apuesta —me dijo Alexandre, aferrándose a la puerta.
—¿Y no podían apostar dinero? Cómo hace la gente normal.
—Sí —contesto Nelsybel poniendo el coche en marcha —¿Pero cuál sería el chiste?
Ahogue un grito cuando Nelsybel freno de golpe.
—No seas aburrida —dijo Alexandre apretando su agarre del cinturón.
El viaje a la casa de Nelsybel fue rápido —y no se la manera que me hubiera gustado —, de manera literal, iba a unas cuatrocientos kilómetros por hora, juraría que Nelsybel ponía a prueba la ciencia mientras conducía —vale, quizás soy un poco exagerada —, y entre frenazos, acelerones y colarse entre cada coche que le impedía ir más rápido.
Cuando el coche se detuvo frente a la casa de Nelsybel, Alexandre cambio de lugar, se despidió y se dirigió a su casa, o eso supongo, que quedaba a unas dos cuadras de ahí.
—Nos vemos mañana —me despedí colgandome la mochila con mis cosas en el hombro.
—Vale —dijo bostezando subiendo las escaleras de su porche —. Te quiero, Kiky.
No me moleste en decir otra cosa, si no que empecé a subir las escaleras del edificio junto a su casa.
Cuando ya estuve en el lobby subí al ascensor y presione el botón de mi piso.
Si amigos míos, yo tengo un piso propio.
No lo compre, me lo dejo mi padre en su testamento, solo me quedo ahí una vez al mes, para hacer que tenga algo de vida de vez en cuando.
Saque las llaves de mi bolsillo y entre en mi piso lanza la mochila en el sofá de la sala.
Tenía unos sofás blancos y una pequeña mesita en la sala y en el rincón estaba mi chello —el cual no había tocado hace un tiempo —y al otro lado estaba la cocina. A la cual me dirigí para comer lo que había dejado esa mañana que hice las compras.
Abrí uno de los gabinetes y saque una bolsa de Ruffles.
—Pues, como cocinar no es mi fuerte, voy a comer papitas para ponerme fuerte.
Me reí de mi propia rima, para luego darme cuenta que estaba hablando y riéndome sola.
Vale, Sky. Tenemos que olvidar todas las cosas de locos, no queremos acabar en un psiquiátrico.
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Veintiuno de agosto, 02.28 horas.
Pase toda la noche aburrida, no podía dormir. Por lo que por simple aburrimiento empecé a ver videos en internet hasta que mi teléfono se quejo porque ya no tenía batería.
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Beautiful Eyes [En Edición]
Teen FictionDos adolescentes con enfermedades (no solo mentales), por recomendación de un chico que es un apoyo emocional durante sus tratamientos crean una cuenta para hablar de su dia a dia. Podemos ver cómo poco a poco se vuelven realmente reconocidos por co...