Reborn As Hayley Marshall

20. Viaje de vuelta en coche

—Pero estás bien, ¿verdad? —preguntó Rebekah ya que sus hermanos todavía estaban un poco distraídos viendo a Hayley poner el cuchillo en su sostén.

—Sí, Lockbitch no pudo hacer mucho antes de que lo golpeara —, dijo Hayley pateando un poco el cuerpo de Tyler, sonriendo para sí misma cuando vio que ni siquiera se había despertado.

Su hechizo podría haber sido un poco más fuerte de lo que pretendía, no es que realmente le importara.

—Regresemos a casa ahora, estoy cansada y me gustaría tomar una siesta —, dijo Hayley, frotándose un poco la cabeza ya que todavía estaba un poco adolorida por el lugar donde Tyler la había golpeado, estremeciéndose un poco cuando golpeó un parte con un pequeño bulto que no pasó desapercibido para el resto.

Siendo Finn el que reaccionó más rápido, tomó suavemente la cabeza de Hayley entre sus manos, ahuecando su rostro para que ahora lo mirara.

Levantó la mano para examinar la parte de su cabeza que tenía el bulto, gruñendo un poco cuando la vio estremecerse de nuevo cuando su mano apenas la tocó.

—Está bien, se está curando. Se habrá ido dentro de unas pocas horas, pero lo pondremos en hielo cuando lleguemos a casa para estar seguros. —Él le dijo que frotara un poco su cabeza para aliviar el dolor, luego se inclinó y besó suavemente el bulto en su cabeza mientras sus hermanos gruñían un poco.

Mientras Finn se aseguraba de que Hayley estuviera bien, el resto había arrojado a Tyler en la cajuela del automóvil en el que había llevado a Hayley porque sabían que Hayley quería que Dwayne regresara con ellos, lo que significa que no cabrían todos en el automóvil que ellos entraron

—Vamos, vámonos a casa ahora —, dijo Kol alegremente, entrando en la cabaña y tomando la mano de Hayley entre las suyas.

—Kol, ten cuidado, todavía le duele un poco la cabeza. —Finn regañó a su hermano, lo que provocó que Kol frunciera el ceño y se enfurruñara un poco mirando a Hayley con preocupación.

—Estoy bien —, le aseguró Hayley apretando un poco sus manos. —Finn solo está siendo dramático —, dijo rodando los ojos, lo que hizo que el Mikaelson más joven se animara.

—Entonces, ¿en qué auto quieres viajar? —Kol preguntó mientras movía sus manos de un lado a otro mientras Finn miraba sus manos entrelazadas con celos, lo que Hayley notó, así que tomó su mano con la que tenía libre haciéndolo sonreír un poco y levantar su mano para besarla suavemente.

—Bueno, ¿quién viaja en qué auto? —Hayley preguntó haciendo bastante obvio que todavía estaba enojada con Klaus por su mierda de 'lo prohíbo'.

—Bueno, Klaus viaja en el auto en el que Tyler te trajo aquí junto con Rebekah. Dijo algo sobre querer asegurarse de que no escape. Mientras Finn, Elijah y yo viajamos en el auto que condujimos aquí. —Kol le dijo.

—Iré con ustedes dos —, dijo efectivamente haciendo que la actitud de Kol se volviera más como la de un niño feliz en la mañana de Navidad.

—Esperar. ¿Qué pasa con Dwayne? —preguntó ella con una mirada inquisitiva.

—Bueno, realmente no decidimos en qué auto viajaría porque pensamos que ustedes estarían más cómodos en el mismo auto. Así que dijo que cualquiera que fuera el auto en el que eligieras viajar, él simplemente te acompañaría. —Kol explicó.

—Gracias —, dijo Hayley cuando Elijah le abrió la puerta.

Elijah conducía, Finn estaba en el asiento del pasajero delantero, Kol estaba sentado en el medio de la segunda fila mientras que Hayley estaba sentada a su derecha y Dwayne estaba sentado a su izquierda.

—¿Dónde está Bekah? —Hayley preguntó cuando vio que eran el único auto que quedaba.

—Niklaus y Rebekah se fueron hace unos minutos para poder poner a Tyler en la mazmorra —, explicó Elijah.

—¿Podemos ir a alguna parte? Quiero unas patatas fritas. —Hayley dijo apoyando su cabeza en el hombro de Kol y jugando con el anillo en su dedo.

—¿Qué son las patatas fritas? —Preguntaron Finn y Kol, confundidos.

—Oh, tienes que probarlo. Son tan deliciosos. Son patatas fritas en aceite. —Hayley les dijo.

—¿Qué tipo de papas fritas quieres, Elskan? —Elijah preguntó, comenzando a conducir de regreso a la ciudad.

—Quiero gajos de patata. —Dijo después de pensar por un momento.

—Está bien, puedo hacerte un poco cuando lleguemos a casa. ¿Por qué no tomas una siesta mientras tanto? —Dijo al ver que sus ojos comenzaban a cerrarse cuando la miró por el espejo retrovisor.

—Bueno. —Dijo adormilada inclinándose más cerca de Kol para calentarse.

Kol notó esto y agarró la manta que trajo para ella y la envolvió alrededor de su cuerpo.