Tres meses habían pasado desde que volvimos del hotel.
Tres.
Y a mí en esa casa me quedaban menos de dos.
Habían pasado muchas cosas.
Mi hermano había conocido a Isaac por videollamada y me dijo que era el chico más bueno que podría haber existido nunca. Lynch y yo congeniamos muchísimo y se convirtió en mi mejor amigo. Y mis amigas adoraban a Isaac, aunque también le amenazaron de muerte si me hacía algo. Ah, y también habíamos ido al concierto de Taylor Swift.
Me encontraba en la habitación de Isaac, en su cama, mientras sus brazos me rodeaban la cintura y su cabeza estaba enterrada en mi cuello.
Era de noche y teníamos la casa sola, por lo que habíamos aprovechado.
Isaac dibujaba formas con su pulgar sobre la piel desnuda de mi hombro. No estaba completamente desnuda, me había puesto la ropa interior, e Isaac hizo lo mismo, pero seguía teniendo algo de frío, por lo que me arropé mejor.
─ Te vas pronto, ¿verdad? ─ preguntó con la voz algo rota en medio del silencio.
Me giré para mirarle a los ojos.
─ Ojalá no pudiera hacerlo... ─ dejé la mano sobre su mejilla y me partió el alma ver cómo sus ojos se humedecían ─. En menos de dos meses me iré, pero trataré de seguir en contacto contigo.
Pestañeó y noté la piel de mi mano humedecerse.
Me aferré más a él, como si así pudiera congelar el tiempo y fundirme junto a él durante toda la vida.
─ Me da miedo no volverte a ver... ─ susurró con la voz totalmente quebrada en medio del silencio.
─ A mí también, Isaac. Pero espero que podamos volver a hacerlo.
─ ¿Cómo puede una persona entrar en tu vida y ponerlo todo patas arriba? ─ susurró. Y eso me rompió el corazón, porque sonó tan débil que sentí que se merecía el mundo como mínimo ─. Farah, me niego a ser un tal vez, un quizás, un podría haber sido. Un recuerdo. Un recuerdo que se queme poco a poco hasta no quedar nada.
Ladeé la cabeza, porque me dolía mucho verle así, vulnerable, débil, hundido.
─ Llegaste y me enseñaste que estar roto no es una debilidad y tener cicatrices no significa que sea irreparable ─ sin poder evitarlo, la voz también se me rompió un poco mientras bajaba mi mano por su pecho desnudo, hasta llegar al corazón ─. Si no te vuelvo a ver cuando me vaya, acuérdate siempre de que has salvado a una persona ─ susurré ─. De todas las maneras en las que lo he podido ser.
Su mano, que estaba en mi cintura, subió a mi mejilla, acariciándola con el pulgar.
─ Farah...
Fue como si quisiera decir algo, pero cerró la boca antes de decir nada.
─ Dime.
Suspiró, y me miró de una manera tan profunda, tan sincera y tan bonita que sentí que nada de lo que estaba viviendo era real.
─ Prométeme que nunca te conformarás con menos amor de lo que tenía para ti ─ confesó, vulnerable ─. Soy un desastre, y eso es lo mejor que tengo para ofrecer.
Intercambiamos una sonrisa triste y atrapé sus labios con los míos en un beso dulce, tranquilo, diferente. Como si quisiéramos memorizar cada milímetro de piel de nuestros cuerpos.
No había nada sexual en ese beso, solo eran dos corazones que se habían fusionado por el camino y que estaban afrontando que tendrían que separarse en poco tiempo.
─ Te odio, Farah ─ susurró sobre mis labios.
Sonreí, porque cuando me decía que me odiaba en realidad decía que me quería.
─ Yo te odio más, Isaac ─ sonreí ─. Mucho más.
Le arrebaté una sonrisa y me tumbó sobre él, quedando mi oído sobre su pecho y pudiendo escuchar los latidos de su corazón.
─ Eres el equilibrio perfecto de todo lo que alguna vez he necesitado y todo lo que siempre he querido ─ susurró.
Besé su piel para hacerle saber que le había escuchado y sus pulsaciones se dispararon.
─ ¿Qué pasa si te digo que llevo enamorado de ti desde que llegaste? ¿Qué pasa si te digo que eres la casualidad con los ojos más bonitos que ha llegado a mi vida? ─ preguntó, aún con la voz rota.
─ Cállate... ─ le dije mientras me reía, a pesar de también estar destruida ─. Volveré a verte, Isaac. Lo haré.
─ Claro que lo harás... ─ al final se le rompió la voz aún más.
─ No quiero que llores...
─ ¿Cómo no voy a hacerlo, Farah? ¿Cómo no voy a hacerlo cuando la primera persona de la que me he enamorado se va a ir y no sé si la voy a ver de nuevo o no?
Me quedé paralizada por unos instantes.
¿Yo... fui la primera persona de la que se enamoró?
─ ¿La primera persona de la que te has enamorado... es de mí?
─ Sí ─ confesó en el silencio ─. Tú has sido siempre una primera vez para mí. Nunca me había gustado nadie hasta que llegaste tú. Contigo fue mi primera vez también. Sabes a lo que me refiero. Y también has sido mi primer beso. Y la primera vez que me sentí vivo fue contigo.
Sentí que mi corazón iba a estallar.
─ Isaac...
─ Espero que algún día puedas enamorarte. Porque es una sensación jodidamente preciosa.
─ Ya lo he hecho. Y lo he hecho de ti ─ alcé la mirada para verle mejor ─. Isaac, me he enamorado de ti. Y es una sensación jodidamente preciosa.
─ Deberías escribir una historia sobre esto.
Eso me arrancó una sonrisa.
─ Sí, tienes razón. ¿Cómo la llamarías?
─ El deseo de amar para siempre.
Sonreí de nuevo y le abracé más fuerte.
─ Es un buen nombre. Me gusta.
Tras unos minutos en silencio, estallamos entre risas. Era bonito escuchar su risa mezclada con la mía, pues escucharle feliz era lo mejor que podía haber en este mundo.
Y después nos dormimos, meciéndonos el uno al otro, dándonos besos inconscientemente y sintiendo que nuestros corazones se abrazaban mientras que la cuenta atrás empezaba.
NOTA DE LA AUTORA:
AMIGOSSSS
:(
este libro está rozando su fin :(
pero habrá segunda parte, no os estreséis JAAJAJAAJJASSUASAJSANJSJAJAAJJAJ
mentiría si dijese que no he llorado escribiendo esto, porque odio leer a Farah y a Isaac así, pero es que, todo escritor o escritora me entenderá, la historia está en un punto en el que yo solo soy una espectadora más.
gracias por recibir a Isaac y a Farah con los brazos abiertos.
nos vemos en el siguiente capítulo.
<3
Sara
<3
ESTÁS LEYENDO
El deseo de amar para siempre [TERMINADA ✔️]
Romantik¡ESTE LIBRO ESTÁ EN PROCESO DE CORRECCIÓN! Farah; una chica, en el primer año de Universidad, se va de intercambio a Ámsterdam. Su ilusión y orgullo por cumplir sus sueños y nostalgia por su obsesión quinceañera con ese lugar la llenan plenamente de...