D𝚒𝚟𝚎𝚛𝚐𝚎𝚗𝚝𝚎 [𝙻𝚘𝚟𝚎 𝚕𝚘𝚜𝚝]

12:

Ness siempre había sido una joven segura de sí misma, le encantaba arreglarse y verse bien y ahora que vivían en condiciones más precarias; en las que no contaban con secador de cabello o alisadora, había decidido hacerse un pequeño cambio.

Se miraba frente al espejo del baño, al tiempo que sostenía unas tijeras. Sin titubear cortó su cabello haciéndose flequillo. Lo peino con sus dedos y sonrió satisfecha con el resultado.

─¡Wow!─ fue la expresión que se escuchó al entrar al espacio en el que compartían alimentos.

─¡Vaya! ¿tú quién eres?─ preguntó Kaknab con picardía.

─¿Hay alguna razón en particular para el cambio?─ preguntó Christina haciendole un espacio a su compañera.

─En las últimas semanas nuestras vidas han estado llenas de ellos y quise agregar uno más a lista.

─Pues te ves muy bien─ halago Nicolas

─Si, te queda muy bien─ apoyó K.

─Gracias─ les sonrió

─¿Café?─ ofreció Caleb

─Por favor.

─No se como es que Cuatro te dejo ir─ comentó Christina y el ambiente se tenso. La morena abrió ligeramente la boca arrepentida─ Lo siento, yo...

─El primer día que llegamos a Osadía, Christina bromeó con el nombre de Ness─ comentó Peter─ hubieran visto su cara cuando Ness la reprendió. Desde ese momento me volví tú fan─ señaló a la mencionada con un pedazo de pan con mantequilla.

─Cuando leí su expediente y vi que si facción de origen era verdad, entendí muchas cosas.─agregó Ness.

─No, una cosa es decir la verdad y otra ser imprudente.

─¿Imprudente yo? pero si ¡hola!─ se defendio de Peter.

─No fui yo quien estaba colgada de un barandal.

─Eso fue por culpa de Eric.

─Y después llegó Ness a tu rescaste y continuaste ¿eso no es imprudencia?

─¿Por qué colgabas de un barandal?─ pregunto Kaknab.

Todos escuchaban atentos el relato. Sobre todo los eruditos quienes desconocían cómo eran los estilos de vida en días comunes del resto de las facciones.

Al salir a relucir el nombre de Eric, Ness lo recordó por primera vez después de todos esos días. Sabía que Eric la había descubierto como divergente y no la delató, eso significaba que si estaba con Jeanine y Max era porque lo tenían amenazado de alguna manera -supuso-

[...]

Ness vigilaba desde el viejo helipuerto de la fábrica. Cuando estaba en Osadía disfrutaba de esta tarea, porque podía compartir tiempo con sus compañeros como Cuatro o los últimos meses con Tori y Eric. Pero ahora le estaba pesando, pues con tanto silencio los recuerdos de Cuatro viajaban por su mente una y otra vez.