Capítulo 6

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Desde que Checo dijo cuál era su segundo nombre, ni Max ni Horner  podían parar de reír, ahí supo el neerlandés que Sergio era el hombre que Max no pudo ser por culpa de su padre Jos, lo había forjado de tal manera que Max no podía pensar en otra cosa que no fueran carreras, para el padre de Verstappen, Max era un robot que tenía que obedecer órdenes por montones.

Para el padre del piloto neerlandés, no podía tener sentimientos, no podía llorar ni reír, y Verstappen realmente odiaba eso. Su propio padre lo había tratado así, esos bellos ojos azules del campeón del mundo no mostraban expresión, solamente tristeza por no poder ser como Checo.

- Quisiera poder ser como Sergio - pensó el neerlandés. Odio ser como el idiota de mi papá, si así le puedo llamar.

Era enero del 2021 cuando eso sucedió, el inicio de aquella temporada estaba a un mes y medio de iniciar, y los equipos tenían que ir desarrollando sus coches, pero Red Bull ya tenía todo desde diciembre del 2020, así que podrían entretenerse con otras cosas mientras iniciaba la temporada, aunque el 25 de febrero tenían que ir a Barcelona a hacer las pruebas para ver si tenía algo el auto.

Mientras, Max, Checo y Horner se fueron de vacaciones al Mediterráneo, pasaron por Grecia, Francia e Italia en unas vacaciones inolvidables para los 3, después de pasar 15 días calurosos en el Mediterráneo, quisieron ir a los fríos Balcanes, Rusia, Estonia, Lituania y Letonia fueron sus destinos.

Max parecía que había olvidado todos los problemas con su padre, pero un flashback vino en la mitad del viaje a los Balcanes, por lo cual se soltó a llorar a medio vuelo.

Checo se dió cuenta de esto y fue a hablar con Max.

- Max, ¿pasó algo? - preguntó el mexicano.

- Si Checo, justo quería hablar de eso contigo. - dijo el neerlandés bajó sollozos.

- Cuéntame, Emilian. - dijo Sergio.

- Me acordé de cuánto estábamos hablando de nuestros nombres en Milton Keynes, y cuando te vi bromear sobre eso, me dio frustración no poder tener ni la mitad de tu carácter amistoso con la gente, para el imbécil de mi padre yo soy un robot que no debe tener ningún tipo de sentimientos, y que solo debe estar enfocado en ganar, pero Sergio, por Dios, yo no quiero eso, quiero ser igual que tú, tienes un carácter y carisma que incluso hace sonreír al más pesimista del mundo. Haces sonreír a la gente que está a tu alrededor sin siquiera haber dicho una palabra, en cierto punto se podría decir que eres mágico, pero yo tengo que ser un puto robot para el estúpido de Jos, odio el carácter que tengo pero no sé por dónde empezar a cambiarlo, quiero tu carisma, quiero tu alegría y tu aura, brillas demasiado Sergio, pensé que nunca iba a decir eso, pero ha cambiado mi opinión sobre ti. - concluyó Max llorando más que antes.

Sin darse cuenta, Sergio ya estaba llorando también. Sabía que esos ojos azules estaban opacados por culpa del papá del neerlandés, no tenían brillo y lucían tristes.

- Max - dijo el mexicano - comprendo bastante tu situación, y no porqué lo haya pasado, sino porque estar en este deporte es casi darle tu vida. Pero eres humano, mereces reír, necesitas llorar como cualquier otra persona, necesitas salir y despejar la mente, no enfoques toda tu vida a la F1 aunque a tu papá no le guste eso, eres un adulto, tu padre no debería ya tener ese control sobre ti, aparte ya eres dos veces campeón del mundo, ¿por qué debería seguirte controlando? Vas a dar lo que puedas en la pista, para lo que tu esfuerzo alcance, si tu esfuerzo te hace quedar segundo, está bien, porqué lo hiciste tú, corriste tú, no tienes que convencer a tu padre de nada. Tú ya tienes tu carrera hecha y no le debes nada a Jos, ¿de acuerdo? - terminó de hablar Sergio.

- De acuerdo - replicó Max, y le dio un abrazo al mexicano, hablar con él así lo había ayudado mucho. Sabía que hablar con Checo en modo de amistad era su lugar seguro cuando se venía una tormenta sobre él.

Sergio se sorprendió con la calidez y sinceridad del abrazo del neerlandés y solo se limitó a regresarle el abrazo.

- Verstappen, cuenta conmigo siempre que necesites a un hombro para llorar y desahogar todo lo que tengas en tu corazón - dijo el piloto mexicano con una sonrisa que opacaría al mismísimo Sol.

- Lo mismo de mi parte para ti, Sergio - dijo Max con una sonrisa.

- Esa sonrisa opaca al mismísimo Sol - pensó el neerlandés. Checo es una persona tan linda, tan cálida, y que bonitos ojos tiene también, sonríen y expresan mucho más que los míos, como quisiera ser como él. Sus ojos. Amé sus ojos y lo que transmiten.

- Por Dios, ¿qué me está pasando? ¿Por qué pienso así de Checo si antes lo odiaba? No, no puede ser esto. No me puede estar pasando, no, no es posible, no me puede empezar a gustar él, es solo mi compañero de equipo, no debe pasar de eso.

- Pero es que no puedo dejar de pensar en esa risa, y en esos ojos, no, no, NO! No puede ser esto. NO! No me puede empezar a gustar mi compañero de equipo, solamente debemos llevarnos bien, no es posible esto, ¿cómo voy a hablar con él sin pensar en lo maravilloso que es de alma y físico?

- Maldita sea, era lo único que me faltaba, me comporté como un verdadero imbécil cuando le dije piloto de segunda, el arrepentimiento de eso me está empezando a consumir, soy un idiota, un verdadero idiota.

Faltaban dos horas para llegar al aeropuerto internacional de Moscú y Max seguía pensando en lo que había hablado con Sergio y de lo maravilloso que era, era inevitable, le estaba empezando a llamar la atención para tenerlo como más que un amigo, pero Max sabía que no tenía que ser más que una simple amistad.

Checo se había quedado dormido en la clase ejecutiva que compartían Horner, él y Max, el neerlandés no pudo evitar verlo con admiración cuando Sergio estaba durmiendo.

Faltaban 5 minutos para aterrizar, así que entre Horner y Max tuvieron que despertar al mexicano, cuando se despertó, el campeón del mundo no logró guardarse una sonrisa de admiración.

- Es que incluso acabado de despertar se ve tan hermoso - pensó Max. Era inevitable que el mexicano le estaba empezando a gustar.

- Buenos días, dormilón - dijo Christian.

- ¿Qué pasó? ¿Ya casi llegamos? - dijo Checo con voz adormilada.

- Sí, Sergio. Ya casi aterrizamos. - le respondió Max.

- Quisiera que esa voz adormilada me despertara día tras día - pensó Max.

Bueno chavxs, acá está el CAP6, nuevamente tardé un poco porque estaba pensando cómo redactar este capítulo, era el principio del gusto de Max por Sergio, así que quería que sonara lo más realista posible la mente del neerlandés.

Por cierto, me encantó el carrerón de los McLaren, Lando en podio y Piastri muy cerca del podio también. Quiero saber su opinión del GP de Silverstone.

PD. Destituyeron a Nyck de Vries para regresar a Daniel Ricciardo, también quisiera saber su opinión de este tema.

El jueves/viernes les cae capítulo.

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