Comenzaba la semana, en la cual estaban marcados los últimos parciales del semestre para la joven mujer, donde también tenía que cumplir sus respectivas seis horas de trabajo en la cafetería cerca del campus al cual asistía por clases.
06:15 a.m.
Con ligero rezongo, se removía entre las sábanas blancas que la arropaban en las frías noches en su ciudad, los ojos le pesaban y sentía que no había descansado lo suficiente, se disponía a juntar fuerzas para salir de la cama y comenzar la semana asquerosamente estresante que le esperaba al tener que cumplir con sus respectivas obligaciones.
— pfff puta madre, otra semana de mierda, estoy cansada necesito descansar, o al menos manifiesto algo de emoción a mi vida - comentaba la ahora malhumorada mujer, mientras salía de la cama.
06:25 a.m
El sonido del chorro de agua caliente golpeando con sutileza los azulejos del piso inundaban el cuarto, aumentando cada minuto la cantidad de vapor y empañando todo vidrio existente, sí, a la niña le encantaba pegarse duchas con agua hirviendo, como para pelar pollos, se disponía a entrar bajo la corriente caliente y mojar por completo su esbelto cuerpo, acompañado de una rutina exfoliante que realizaba cada 3 o 4 días, con productos que le regalaban un olor característico, cuidaba bastante su persona en cuanto a higiene, podía no peinarse pero oler mal, JAMÁS, en lo absoluto.
Decidió vestir cómoda pero bonita, escogiendo un par de medias térmicas en un color negro, una falda del mismo color, manga larga con cuello alto, con unos borcegos de color vino, complementaría todo con una gabardina en color negro también, sin romper ese look en parte monocromático.
Con unos splashes de su body mist favorito, pink cool and bright, cremas y un tanto de perfume, estaría lista para proseguir con un maquillaje sencillo.
06:55 a.m.
— carajo, carajo voy tarde, voy tarde - comentaba apurando sus pasos por el pasillo dirigiendose a la isla de la cocina del apartamento.
Preparando su desayuno religioso, tres tostadas con su respectiva mermelada de uva, un licuado de frutos rojos para llevar y consumir de camino al campus.
Al fondo se escuchan los pasos de una pelinaranja alegre.
— nobara: buenos días corazón de miel, puta diría que te ves estupenda y que estoy celosa por los idiotas de tu salón - exclamó, escaneando completa a la pelivioleta.
— (...): buen día vida, ni comienza a amanecer y ya estás exagerando.
— nobara: deja lo cortés conmigo, sabes que luces radiante perra.
— (...): dejé licuado exacto para ti y itadori, no se sirvan de más eh.
— (...): voy saliendo hiper tarde, nos vemos en el campus love - comenta mientras lleva un pedazo de tostada a la boca y se dirige a la puerta con intención de salir.
07:38 a.m.
Con pasos más que acelerados iba rumbo a la universidad, entraba en exactamente 22 minutos a su primera clase teórica, ese día tenía marcado un examen parcial que definiría si habilitaba o no a su respectivo final.
— maldita sea, no pensé que llegando el día me iba a poner tan nerviosa - susurraba para sí misma mientras terminaba de tomar el licuado de frutos rojos.